Pecados, tumbonas y cine para sobrevivir en verano

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Guia de cines de verano
El patio del Palacio de Cibeles en plena proyección. / madridfree.org

Por más que los predictores el tiempo amenacen con olas de calor –lo que antes venía siendo la canícula- o quizás precisamente por eso, la gente disfruta del cine de verano como de los mejores pecados que cometer cuando la cosa aprieta. Así que nos hemos dado un garbeo por las proposiciones más indecentes e interesantes de la geografía patria.

La Casa Encendida tiene abierta una Terraza Magnética para vivir intensamente los atardeceres madrileños, donde contemplar películas que difícilmente se verán en otras partes y asistir a conciertos también raros de ver. De la curiosa Häxan (1922), de Benjamin Christensen, sobre brujos en la Edad Media, a John muere al final (2012), de Don Coscarelli, pasando por Martha Marcy May Marlene, de Sean Durkin, premiada en el Festival de Sundance 2011. En conciertos, están programadas actuaciones de Colleen, el dúo iO, Lucrecia Dalt y :zoviet*france, entre otros. Música electrónica y música incalificable, a la última. Lo que queda de julio y todo agosto, en este plan.

Las entradas se agotan para ver películas bajo el cielo de Madrid, en el patio del Palacio de Cibeles, hasta el 8 de septiembre: de Cabaret, a Truman; de Annie Hall a La gata sobre el tejado de zinc; El golpe, Delicatessen, La vida de Brian, Vértigo, Amanece que no es poco, El tercer hombre... Para no levantarse ni a por pipas.

Por 4 euros se sigue viendo cine de verano en el Parque de La Bombilla, de Madrid -y van 32 ediciones- que ofrece dos pantallas enormes, una de 35 mm, para clásicos incondicionales, y estrena terraza chill out de lo más molón, por no hablar del detalle de ver cine en el coche, si es descapotable, especialmente. La chica danesa, de Tom Hooper; El puente de los espías, de Steven Spielberg; El renacido, de González Iñárritu, pero también Peanuts. Puede una sumergirse en sesión continua para ponerse al día del trabajo atrasado en materia de pelis. Hasta el 15 de septiembre.

La Filmoteca malagueña del Cine Albéniz lleva dos meses ofreciendo películas clásicas, tan difíciles de ver, tan añoradas; la pena es que el 28 de julio echa el cierre con El expreso de Shanghai, de Stemberg.

En Almería están que se salen con las terrazas de cine de verano de Aguadulce: cuatro terrazas y dos películas diarias por terraza, hasta el 31 de agosto. También en Córdoba y en Málaga y en Sevilla; pocos rincones deben quedarse sin cine al fresco estos meses en España, cuando dicen por ahí que se cumplen 53 años desde que se instauró el primer chiringuito cinéfilo.

Pero lo que supone un paso más es lo que organiza Turisme de Valencia desde hace unos veranos: 18 playas, de las mejores de Europa, que ofrecen películas cuando cae la noche y pliegan los parasoles. No hay que pagar la entrada: sólo se requiere silla plegable y coger buen sitio antes de las diez de la noche, que es cuando ruge el león de la Metro.

Habrá quien quiera -si anda por ahí, de vacaciones- completar su visita cultural, histórica, etc., con un sorbete de limón, mientras contempla a George Clooney, al fresco, en Toledo: Cine de verano en el Parque de las Tres Culturas, y hasta la primera semana de septiembre, donde poder ver la peli de Jodie Foster, Money Monster, y Julieta, de Almodóvar, por ejemplo.

Para amantes de los musicales, frikis de Grease o Dirty dancing, la impagable Mamma mía! y hasta Un rayo de luz, y que además quieran emular a sus protagonistas, hay una red de distribución de cines de verano, Sing along viene a llamarse, repartidos entre Madrid, Barcelona, Málaga, Bilbao, Vigo, Coruña, Avila y Granada, que incluye la posibilidad de tararear en plan karaoke, hasta con versión original subtitulada. Comer helados y cantar al mismo tiempo es posible que resulte estimulante. Parece que el invento nació en Londres, en el Festival de Cine LGTB, antes de doblar el milenio, en 1999.

En la Sala Montjuic, de Barcelona, alternan cine, conciertos y picnic al aire libre hasta el 5 de agosto, en que mantienen el secreto de una película sorpresa combinada con un concierto de Anita Zengeza Band. Todas las películas llevan la compañía de un concierto para completar la velada; por ejemplo, Casablanca –sí, la mítica, la de siempre- el día 27 de julio, con el Mysteretrio Quartet.

Y, por último pero no menos importante, el invento del Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB): Gandules, cine de verano, lleva años triunfando.  No es de extrañar, si se tiene en cuenta que “gandules” significa hamacas o tumbonas, que es el asiento para ver las películas que proponen este año: dedicadas a los pecados capitales, algunos inventados, que irán tentando al personal durante todo agosto. Lujuria (Laberinto de pasiones, de Almodovar), gula (Joven y alocada, de Marialy Rivas), soberbia (The Room, de Tommy Wiseau, y así.  Del 9 al 25 de agosto, martes, miércoles y jueves, gratis total.

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