La isla del tesoro está en Bahamas
Ofelia de Pablo y Javier Zurita (Texto y fotos ©)
El suave rumor de las olas acaricia la playa bajo mis pies. Desde mi ventana, un mar color esmeralda mece la tercera barrera de coral mayor del mundo que con sus 225 kilómetros de largo ofrece todo un espectáculo submarino para los amantes del mar. Mi habitación hoy está situada en una de las once hermosas cabañas de lujo que se esconden en esta playa desierta de la Isla de Andros, la mayor del archipiélago de las Bahamas.
Este archipiélago, mecido por los mares Caribe y Atlántico, acoge 700 islas y más de 2.000 arrecifes –los famosos cayos-, rodeados de idílicas playas de arena blanca y rosada. Son las primeras islas que avistó Colón en 1492 y se mecen en un mar cristalino formando un auténtico paraíso entre palmeras y corales.
Pero, sin duda de todas las islas Andros es la más salvaje. Las mantas rayas, los corales de mil formas y tamaños, los peces tropicales en grandes bandadas y los increíbles blue holes son lo más parecido a un sueño para cualquier buceador. Y todos están aquí. Si lo tuyo no es la inmersión profunda aquí también tendrás tu pequeño edén, tan sólo con unas gafas de buceo y unas aletas se abre un universo en cuanto te sumerjas en el mar.
Las cabañas, construidas en madera, nos ofrecen un magnífico alojamiento de forma completamente ecológica. Tienen varios premios en su haber gracias al ejemplo de utilización de recursos y ponen a tu disposición un kayak y excursiones para bucear durante toda la estancia.
Cae la noche y miles de estrellas nos arropan en un territorio deshabitado, algo que convierte a esta parte de las Bahamas en lo más parecido al paraíso que uno pueda concebir.
Guía práctica:
Dónde: Tiamo Resorts (desde 225€ por persona en habitación doble incluyendo desayuno, aperitivos, cenas, kayak, equipo de buceo sin botellas y excursiones).
Cómo ir: Iberia vuela a Nassau desde Madrid vía Miami.
