CINE / El estreno de la semana

‘Dunquerke’: espectacular en imágenes, gélida en emociones

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Dunkerque
Cartel de 'Dunkerque', la película dirigida por Christopher Nolan. / Warner Bros Pictures España

Con el sueldazo que ha recibido Christopher Nolan por dirigir Dunkerque se podrían rodar diez películas españolas con buen presupuesto y tres pelis americanas independientes. Esta especie de gurú para hipsters y modernos de toda índole ha cobrado la barbaridad de 20 millones de dólares y se llevará un 20% de los beneficios de taquilla. Si Warner cree que lo vale, felicidades, seguro que es así. Y pasta les ha hecho ganar. Mucha.

Antes que nada: no soy fan de este director, que me parece un presuntuoso y uno de los directores más sobrevalorados del siglo XXI. Memento me parece muy artificiosa, El truco final olvidable, las tres que hizo de Batman (sobre todo las dos últimas) tremendamente pretenciosas, Origen un aburrido ejercicio onanista e Interstelar soporífera e ininteligible. El original thriller Insomnio es lo que más me ha gustado de este señor.

Pero vamos a su última película, centrada en el rescate de Dunkerque. La de esta página de la historia, la decisión de los alemanes de no avanzar en Dunkerque y acabar con el ejército británico, extraña todavía hoy. ¿Un ataque alemán hubiese supuesto el final del mundo libre? Hitler aprobó la orden de sus generales y los alemanes se detuvieron durante tres días clave para rescatar a más de 330.000 soldados aliados. Y de eso trata la nueva de Nolan, un episodio de la II Guerra Mundial maltratado en Hollywood por dos sencillas razones: fue un desastre y no había heroicos americanos de por medio.

El guión de Dunkerque, que ha firmado su majestad Nolan él solito, tiene tres puntos de vista repartidos en tres terrenos: tierra, mar y aire. Por un lado está el territorio de los atrapados en la playa (soldados y alto mando), el de un padre, su hijo y el amigo de éste en una barca privada (la población civil fue al rescate de los militares atrapados en la costa) y el de un piloto interpretado por Tom Hardy, que vuelve a aparecer en una película de Nolan tapado por una máscara como en esa pretenciosidad llamada El caballero oscuro: La leyenda renace.

En tierra: El arranque de la película es absolutamente espectacular y enseguida sabes que estás ante un film de raras magnitudes en las salas de cine. La primera media hora de Dunkerque es sencillamente fabulosa. El personaje de Fionn Whitehead (clavadito al joven Tom Courtenay, por cierto) ve cómo los alemanes arrojan desde sus aviones propaganda animándoles a rendirse explicándoles que están rodeados. De camino a la playa es ametrallado, descubre cadáveres, intenta cagar sin conseguirlo... Una odisea continua la de este pobre muchacho.

En mar: Mr. Dawson y su hijo se adentran en el mar para rescatar a los soldados que puedan. Los acompaña un apocado chaval que se anima a ir a la guerra por ser, por fin, alguien en la vida “y salir en el periódico local”.

En el aire: Farrier (Hardy) es un diestro piloto que domina las nubes y sabe cepillarse a todo alemán que se acerque a acosar a los barcos y a los hombres atrapados en Dunkerque. La escenas aéreas son impecables y se nota que están rodadas con naves auténticas, sin muchos efectos digitales.

¿Y qué sabemos de estos personajes? Nada. El soldado Tommy es transparente, sabemos que sufre mucho y que vive experiencias físicas terribles pero es un personaje sin chicha, mal dibujado, poco trabajado. Lo mismo se puede decir del piloto Farrier y del señor Dawson, que es muy terco y solo sabemos que ha perdido a un hijo mayor en las primeras semanas de la guerra. No hay más.

Y aquí entramos otra vez en el gran defecto del megalómano Nolan: es un gran técnico, pero no sabe escribir, no sabe crear personajes memorables. Y lo que es más gordo: pretende emocionar (en la muerte del chaval en la barcaza, en el recibimiento de la población a los rescatados y sobre todo en el final con las palabras de Churchill) y no lo consigue en ningún momento. Vamos, que no ha dado una y lo de las emociones a este señor no se le da. Warner tendría que haber contratado a uno o más guionistas para mejorar este guión (de únicamente 112 páginas), pero estamos hablando de un tipo intocable, insobornable, sobrado e iluminado.

Lo peor: la banda sonora de Hans Zimmer, un muy innecesario flashback y ver casas actuales en las localizaciones de Dunkerque.

Lo mejor: Kenneth Branagh y el trabajo de sonido, absolutamente impresionante.

Dunkerque podría haber sido una de las más grandes películas sobre la II Guerra Mundial y se queda en el camino. Pasada su primera media hora se desinfla y se repite. Películas como Ven y mira, El día más largo, El puente sobre el río Kwai, Un puente lejano o Patton le dan mil vueltas a esta espectacular pero fallida y glacial película. Y no, no meto en la lista al Soldado Ryan de Spielberg. En fin: otro intento fallido, señor Nolan.

El plan b:

¿Te gustan los gatos? ¿Te parecen, como a mí, criaturas fuera de lo normal y admirables hasta el empacho? Pues tu película es Kedi (Gatos de Estambul). En este documental la cámara (en picado sobre las azoteas pero sobre todo a ras de suelo) refleja las vidas de estos mininos tratados como uno más en una ciudad tan hermosa como Estambul. Una bonita pieza de homenaje a unos felinos bellos, listos y tremendamente diferentes entre ellos. Animales caseros o salvajes que han salvado a gente de la depresión y la soledad y han acabado siendo el emblema de una ciudad, de toda una comunidad. Casi nada.

Warner Bros. Pictures España (YouTube)

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