LITERATURA / La editorial Lumen publica un libro con los ensayos completos del poeta, editado por Jaume Andreu
La poesía, según Jaime Gil de Biedma
Los amantes de la poesía y fans de Jaime Gil de Biedma, en particular, tienen la fortuna de poder llevarse a la butaca un libro bello y nutrido de la mejor prosa del poeta. En edición de Andreu Jaume, la editorial Lumen ha publicado El pie de la letra. Ensayos completos, un volumen considerable donde reúne, además de algunos ensayos ya conocidos de Jaime Gil de Biedma, una serie de escritos dispersos algunos de los cuales son rigurosamente inéditos. Es una bonita edición donde pueden leerse reflexiones literarias genuinas de este 'poeta de la experiencia' tan fino, para muchos el mejor del siglo XX español.
En él, Gil de Biedma dedica un extenso capitulo a celebrar la poesía de Jorge Guillén, a quien siempre consideró su maestro, aún cuando ya lo había superado y legítimamente podría haber abandonado el elogio. Pero, leal y agradecido, llega a pedir a sus lectores que lean a Jorge Guillén, en una de sus conferencias.
Pero, lo delicioso del libro es el largo paseo por toda la mejor poesía del mundo y de la historia, con el pretexto de escribir sobre Jorge Manrique, Pedro Salinas, José Agustín Goytisolo o Luis Cernuda. No digamos cuando se trata de hablar de Eliot, su luz y guía; Baudelaire o hasta Alain Robbe-Grillet, a propósito de dos de sus novelas.
Pero es la forma de contar de Gil de Biedma, su divertido, en ocasiones, modo de ver las cosas, la vida, el arte, lo que anima a emprender la lectura y seguir su curso con placer, a veces memorable.
Episodios de su propia vida, compartida con sus amigos editores, poetas, novelistas, sugieren el rico ambiente intelectual de esos años barceloneses que vieron vivir a Gil de Biedma hasta que, como recoge en el poema elegíaco de Antonio Machado sobre José Nogales, le tocó su turno de partir “con nuestra música a otra parte”.
Sólo alguien que ha leído tanto y tan bien puede permitirse hablar con tanta familiaridad y fluidez de los rincones de la poesía que a la mayoría de los mortales se nos escapan crudos. O hilar con tanta gracia situaciones propias de sus momentos con amigos al anecdotario poético mundial, con la capacidad de evocación que sólo los más grandes logran sin aparente esfuerzo.
Una velada en Luzón, Filipinas; las contrariedades que padeció con Costafreda, que no acababa de gustar de su poesía; las complicidades literarias y lectoras con sus amigos Carlos Barral, Beatriz de Moura, Juan Marsé... Cualquier pretexto produce una reflexión rica que invita a la sonrisa o puede sumir en un ánimo melancólico.
Gil de Biedma, hombre cosmopolita, contempla con cierta sorna no agria ni altanera, a “la diminuta y avispada sociedad literaria española” en el articulito dedicado a Angel Crespo, y también, y sobre todo, lee con salero sus propios poemas –qué acierto incluir esa última comparecencia pública en la Residencia de Estudiantes, invitado por Carlos Alberdi- ante un público devoto, ¡qué, si no!
Y leer, una vez más, después de tanto tiempo, ese alegato tan dolorosamente humano, contenido en “Contra Jaime Gil de Biedma”, en el que resulta tan inevitable verse retratada como lectora, querido lector. Lean este libro. No se lo pierdan.