Dos mujeres, un destino: Claramunt y Torrents en la Barcelona insurrecta
La historiadora Laura Vicente sitúa su última libro en el siglo XX, pero todos los elementos que aparecen en su título tienen hueco en la actualidad: ‘Mujer contra mujer en la Cataluña insurgente” (Comuniter, 2018). La investigadora desgrana el alma revolucionaria de Barcelona de la mano de Teresa Claramunt, sin olvidarse de la otra parte, la burguesa, a la que pone carne y hueso Rafaela Torrents. Es la necesidad de comprender la que hace que Vicente explore estas dos personalidades tan distintas. Solo una condición común: ambas son mujeres con ambición en un mundo de hombres.
Que nadie espere ni una referencia al independentismo en el libro. La rebeldía de esta Cataluña a la que se refiere Vicente es la de los obreros contra la burguesía o la de las mujeres contra la sociedad opresora que pretendía ahogar sus aspiraciones. En la identidad pesaba mucho la clase social. De fondo, una Barcelona con dos almas, que toma cuerpo a través de las minuciosas descripciones. La burguesa del ensanche y los balnearios, y la proletaria, cuya existencia se hacinaba en el barrio del Raval.
A pesar de que Vicente es una buena conocedora del pensamiento libertario, el perfil de la anarquista Teresa Claramunt tiene que compartir protagonismo en estas páginas con la Marquesa de Villanueva y la Geltrú, Rafaela Torrents. “Había estudiado a Claramunt y me planteé también verlo desde el otro lado, el de la burguesía. Casi nadie conocía a Torrents, pero vi su correspondencia y me enganché. Ella también buscó, a su manera, su autonomía personal y no siguió el papel marcado por la sociedad”, explica su autora.
Vicente parte de una premisa que aún es difícil de entender. Las mujeres no son un colectivo, son la mitad del mundo. “El universal 'mujer' no existe. Todas las mujeres pueden sufrir el estereotipo”, explica la historiadora. Esta idea ha hecho que la investigadora pusiera el foco en la subversiva Claramunt, pero también en la burguesa Torrents, que usó sus propias estrategias para escalar en la sociedad en la que vivía: “Rafaela estaba protegida por una buena vida. No tenía que arriesgar tanto como Claramunt. Ella no cuestionaba la sociedad, sino que buscó una estrategia moderada, conservadora como ella. Se acercaba a los hombres y movía hilos en la política y los negocios".
Aprovechando la biografía de estas dos mujeres, Vicente repasa la geografía de esa Barcelona insumisa, deteniéndose en algunos de sus lugares. De hecho, el libro comienza con el atentado del Liceo, un espacio de recreo para la exultante burguesía, donde estallaron dos bombas el 7 de noviembre de 1893, lanzadas por el anarquista Santiago Salvador Franch . Este acontecimiento agitó los mundos de estas dos mujeres que, probablemente, nunca llegaron a cruzarse. Las propias circunstancias económicas las situaban en dos clases sociales enfrentadas. Claramunt comenzó a trabajar en la industria textil a los 10 años para dar de comer a su familia, mientras la Torrents disfruta de una vida acomodada fruto de los negocios de la Cuba esclavizada.
Claramunt fue detenida tras la represión que siguió al atentado y volvería a serlo varias veces más, siempre bajo sospecha por su actividad libertaria. Fue una mujer coherente con sus ideas, una actitud difícil que exige renuncias. Las penurias económicas y su intenso activismo marcaron su existencia. También la maternidad, que fue la única circunstancia que pudo apartar a Claramunt de sus tareas obreristas. Tras varios intentos, solo su Proletaria Libre logró sobrevivir y lo hizo por poco tiempo.
Claramunt ya practicaba la ‘sororidad’, esa palabra tan de moda, en finales de siglo XIX. “Por su juventud, para Teresa fue importante la confianza que le generó el grupo de mujeres (Narcisa Casanovas, Gerudris Fau, Federación López Montenegro, entre otras) con las que colaboró para crear la “Sección Varia de Trabajadoras Anarco-Colectivistas de Sabadell” en 1884”, relata Vicente en el citado libro. También en lo personal destaca la importancia de su "hermana Purificación y sus amigas Saperas y Cayetana Griñón”. Para Torrents también fue de vital importancia su hermana Ramona.
El matrimonio marcó a ambas. Torrents se casó con el indiano Josep Samà, que la dejó viuda y rica pocos años después. Esto le permitió moverse con holgura y dedicarse a la carrera política para posicionar a su hijo Salvador. Pero si algo se salió de la línea fue su relación con el político liberal Víctor Balaguer, con quien tuvo una estrecha amistad que también se refleja en las cartas. En las epístolas, Torrents busca influir en sus decisiones.
Vicente visibiliza en su relato conexiones que a menudo pasan desapercibidas y que ponen nombre y apellidos al refrán tan manido de que “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”. “Era muy habitual que los hombres, maridos e hijos, utilizaran la mediación de las mujeres para pedir favores, pues la influencia de políticos destacados era clave en un sistema que no escondía el trato de favor que se practicaba, desde el poder, para lograr los empleos y otros favores para sus clientes y amigos políticos. Ella aprendió y llegó a ser amiga de Balaguer y, a través del afecto, consiguió influencia y favores”.
“En Barcelona aún queda mucho de Claramunt. Sus ideas siguen siendo actuales. Aunque era una obrera, no una intelectual, ella cuestionaba de manera clarísima lo que hoy aún cuesta”, explica Vicente sobre la independencia de esta anarquista, que fue coherente con sus ideas.
Dos mujeres, dos modelos de la lucha por hacerse un hueco en una sociedad patriarcal, machista y que dejaba a las mujeres en un segundo plano. Vicente se propone revisar la historia desterrando nombres pero también prejuicios. Empecemos.
No habia independentistas, pero despues del atentado, es arrestada. En aquellos años se aplicaba el 155 tambien. Aquí, el seguimiento al coherente y luchador@s siempre está presente; hacer España una tiene mucho trabajo, no digamos cuando se juntan con lo social…
La CNT, pagó con el incendio de La Escala y esa ascensión que bien pudo tener. Está todo inventado, desde siempre.
Rafaela Torrens, ahora seria Independentista… Y no la veo filtrando cosas a la Camacho con la querida del Puyol. La tierra es la verdadera patria, y nos pertenece por igual. Teresa Claramunt
su ideal está intacto, pero en su contra hay leyes Mordazas con cadenas perpetuas revisables ( depende de quien seas )… ¡ Parece que no pasa el tiempo y mira !.