Areces: “El director con el que peor lo he pasado es Álex de la Iglesia, pero repetiría”

  • Entrevista al cómico que ahora estrena 'Yo, mi mujer y mi mujer muerta'

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Carlos Areces es uno de los cómicos más conocidos y brillantes que tiene este país. Debutó hace 17 años en La hora Chanante, con un grupo de talentos que dejó el humor patrio patas arriba. Sus inolvidables compañeros en aquella locura fueron Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Julián López, Pablo Chiapella y Raúl Cimas. Con ellos volvió a trabajar en Muchachada nui (donde interpretó al Joven Rappel y El bonico del to y creó la serie de animación Los Klamstein), Museo Coconut y Retorno a Lílifor. Y además de actuar, dirigir y dibujar, Areces compone y canta con Aníbal Gomez en Ojete Calor, el “primer grupo musical de subno-pop que es lo que quedaría en el retrete después de dos horas de digestión si Prince se comiera una partitura del grupo Parchís rehogada con un buen vino manchego”. Casi nada.  

Areces está de promoción con la comedia negra Yo, mi mujer y mi mujer muerta, que se estrena este mes, y me confiesa que no ha desayunado, así que en la cinematográfica librería Ocho y Medio, donde hemos quedado, pide algo para comer. Un zumo de naranja, un generoso pincho de tortilla y pan tumaca. Disfruta de su desayuno y se pone cómodo (se acaba tumbado en una cheslong) mientras charlamos.

–Típica pregunta para empezar: ¿cómo te llega el guión de Yo, mi mujer y mi mujer muerta?

– Me lo pasa Santi Amodeo, con el que ya estuve apunto de trabaja en ¿Quién mató a Bambi?. Ya tuvimos una reunión para esa peli, pero la final no pudo ser. Santi tiene un estilo muy interesante, tira a lo sobrio, cosa que yo agradezco porque no me suelen pedir ese tono. Todos nos quejamos de que nos encasillan. 

– Me apetece verte alguna vez fuera de la comedia, haciendo un drama.

– Y a mí también (risas).

– ¿Te han ofrecido dramas?

En teatro sí, Bufalo 66 y Mi querida señorita, que está ahora en marcha. No he hecho drama porque conozco mis limitaciones. No podría hacer de boxeador borracho que pega a su mujer, físicamente hay algo en mí para que no te lo creas. Pero en ese drama del boxeador seguro que hay un papel que sé hacer. 

– Salvo rarezas, ninguno de los Muchachada habéis hecho drama por separado, como tampoco lo hicieron los Monty Python.

– Actuar es jugar. Los productores quieren que hagas un personaje hasta la saciedad y llega un momento en el que te aburres y quieres probar otras cosas.

– Millán Salcedo, de Martes y trece, me dijo que os admiraba mucho.

– Qué honor.

– Pero también me dijo que le daba rabia que os separasteis como grupo cómico y buscaseis otros trabajos. ¿Por qué esa separación?

– Porque salen oportunidades que no quieres desaprovechar. Y cada uno va a un sector. A mí me gusta actuar, a Ernesto Sevilla dirigir, a Joaquín Reyes la televisión, a Raúl Cimas escribir... 

– ¿Qué tal fue el rodaje de Yo, mi mujer y mi mujer muerta?

– Todo eso tan veraniego que ves en pantalla lo hicimos en febrero. Oscar Martínez lo pasó fatal porque hacía un frío inaudito. Y los pobres figurantes se tenían que tirar a la piscina...

– Por cierto, también te gusta dibujar, como a Joaquín Reyes. Te graduarse en Bellas Artes y has publicado en El jueves y en Fotogramas.

– Yo dibujaba, lo que pasa es que cuando me profesionalicé como actor, dibujar era un problema porque requiere mucho tiempo. No podía sacar dos días a la semana para ponerme a dibujar. Imagina tener que rodar en Galicia, llevarte la tableta... era un coñazo y económicamente no compensa. Llevo mucho sin dibujar. Y es una pena porque lo quiero retomar pero cuando llego a casa lo que me apetece no es dibujar, es tumbarme en el sofá y ver la tele. 

– ¿Lo has pasado especialmente mal con algún director? Bueno, eso no me lo vas a decir.

"Meterte en una peli de Álex es montarte en un coche de carreras sin frenos"

– Te lo digo porque hay mucha confianza con él. Con el director que peor lo he pasado es con Álex de la Iglesia, pero repetiría siempre con él. Meterte en una peli de Álex es montarte en un coche de carreras sin frenos que no va por una pista, sino por las calles de una ciudad. Eso a veces acaba contigo de manera física, pero por otra parte es lo más parecido a lo que siempre he pensado que es rodar una película. 

– Una intensidad total, vamos.

– Sí, intensidad, y eso me gusta, lo disfruto. Álex es extremo, pasional. Y a veces tu cuerpo no responde. El rodaje de Balada triste de trompeta fue muy duro y muy intenso. La película de mi vida es Balada triste de trompeta

– ¿Otros directores que te han marcado?

– Pedro Almodóvar y Javier Ruiz Caldera, un director con el que he rodado Spanish Movie, Promoción fantasma y Anacleto: Agente secreto y que ha mejorado cada uno de los guiones que yo he interpretado para él. Por sistema. Narrativamente, Javier tiene una agilidad pasmosa y encima es el único director al que no le he visto dar una voz en el rodaje. Es la persona mas educada que me he encontrado en esta profesión. También con Nacho Vigalondo tengo conexión total en la enfermedad. Nacho en un enfermo y un loco y por eso es un genio y conecto con él. A otro que le debo mucho es a Borja Cobeaga, a mi personaje en Negociador le tengo mucho cariño.  

– Pues hay mucho cineasta vasco que te quiere.

– Me faltan Medem y Urbizu.

Carlos Areces
El actor Carlos Areces en pleno rodaje. / ConUnPack Distribución

– Francisco Franco te persigue, los has interpretado nada menos que cinco veces. 

– No depende de mí, me llaman. Y la razón es el parecido. Una vez iba por la calle y de repente un tío, que no me conocía de nada, me paró. Ya había hecho cinco veces de Franco. Y va el tío y me dice: “No se lo tome a mal, pero se parece usted muchísimo a Franco. Y se lo digo porque podría usted ir a la tele o al cine y hacer de él y ganar dinero”. (Risas) Yo es que con bigote soy Franco. El otro día hicieron un pase de la nueva película de Amenábar, que va de Unamuno, Millán-Astray, Franco... ¿Te puedes creer que a la salida un tipo vino a felicitarme? Me dice: “Felicidades por la película, muy necesaria”. (Risas)

– Lobos de Arga fue una peli entretenida en la que haces de Calixto. Intentasteis hacer un John Landis en Galicia, una mezcla de humor con terror y es una pena porque no funcionó nada bien en taquilla. 

– Fue fatal y es una de mis pelis a las que más cariño le tengo. En el rodaje hubo química, me lo pasé muy bien con Secun de la Rosa y con Gorka Otxoa.   

– Además de dibujante eres un loco de los cómics. ¿Qué lees, qué compras, qué coleccionas? 

– Tengo un archivo que en el día de mañana acabará en una biblioteca.

– Vamos, que tienes toneladas. ¿Compras por internet, tiendas, mercadillos?

– Sobre todo internet. Y leo muchas reediciones, me gustan los de superhéroes bastante violentos. 

– Típica pregunta para acabar: ¿proyectos?

– Queda por estrenarse la nueva temporada de La que se avecina y hemos rodado ya la mitad. También la serie El pueblo para Amazon y voy a intentar hacer una película para rodar en Barcelona, en otoño. 

– Vamos, que no paras.  

– Afortunadamente no, pero ya sabes que este oficio es una montaña rusa...

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