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20 años del ‘Ay Dolores’ de Reincidentes, un icono del punk-rock contra la violencia machista

  • La canción, en lo puramente musical, sorprendía especialmente por incluir instrumentos no habituales en la música del grupo
  • “Para mí sigue siendo quizás la mejor composición del grupo”, afirma Fernando Madina, cantante y bajista de Reincidentes
  • ‘Ay Dolores’ se convirtió a partir del año 2000 en una canción conocida, que fue tocada por orquestas y sonaba en bares, pubs o discotecas

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“Las diez menos cuarto en el reloj. La noche abre su puerta en tu cabeza. En la tele un culebrón, la comida en el salón. Esperando una sonrisa, un te quiero, una caricia”. Lo normal es que conozcas estas frases. La primera vez que las escuchaste era primavera del año 2000. Hace 20 años, el grupo sevillano Reincidentes publicaba su octavo disco de estudio, Y ahora qué. Era el primero tras su aclamado directo, Algazara, publicado dos años antes. El tercer corte del mencionado álbum, publicado en la discográfica BMG/Ariola, se convirtió en un auténtico éxito. Una de esas canciones que por temática y música ha formado parte de la cultura popular de nuestro país durante estas dos décadas. Hablamos de Ay Dolores, un alegato a ritmo de punk-rock contra la violencia machista.

Continúa la canción: “Las llaves tornan gris tu habitación, entrando con el odio tras sus ojos. Ya no tienes su calor, el alcohol es su sabor, empezando con reproches, los insultos, el desprecio”. La canción, en lo puramente musical, sorprendía especialmente por incluir instrumentos no habituales en la música de Reincidentes: un cajón flamenco, una guitarra flamenca, teclados, percusiones, violín y violonchello, palmas y voces flamencas

Ay Dolores es, junto a Vicio, la canción más popular y conocida de los sevillanos. Dos temas y dos canciones muy diferentes entre sí. “Esta es bastante mejor canción, nunca entendimos por qué Vicio tuvo tanto éxito, siempre la habíamos tratado como una más. En cambio, con esta nos dimos cuenta enseguida de que iba a ser especial. También por el tratamiento de instrumentos de música clásica, del final flamenco. etc. La canción tenía una voluptuosidad que no tenían otras. Había muchos elementos que hacían que la canción tuviera un potencial enorme”. Así lo explica a cuartopoder Fernando Madina, cantante y bajista del grupo, aprovechando una charla más extensa recientemente publicada.

La letra nos lleva a la historia de Dolores, nombre bien elegido para la ocasión. “Y ahora no tienes nada que decir, ya no sé si soy mujer o soy una mierda. Sumida en la sinrazón, despojada del valor. víctima de su miedo, del fracaso, de sus celos”. El artífice de la canción es Juan Barea, uno de los guitarristas de la banda. “Lo más habitual es que Barea haga las músicas y yo las letras. Pero en este caso la canción es entera suya. Hay veces que un grupo le da muchas vueltas a una canción. Pero otras veces se visualiza la canción de forma muy fácil. Esta canción Barea la tenía muy clara, muy dentro”, señala Madina. “Para mí sigue siendo quizás la mejor composición del grupo”, señala con rotundidad.

“Tenía la impresión de que el machismo acabaría siendo algo residual, un anacronismo producto del pasado franquista que el Estado totalitario y la Iglesia se habían encargado de inculcar. Pensaba que el tiempo y el cambio de valores iban a enterrar esa forma de discriminación”, escribe Barea en el libro del proyecto Awkan, publicado por Reincidentes en 2015. “Ojalá la canción que compuse sea, por su contenido, una triste realidad enterrada en el pasado”, añade el guitarrista.

“Lunes, martes y miércoles, y otra vez la vida se te escapa entre tus dedos. Hundida en el qué sé yo, destrozada en el sillón. Con la cara hinchada, por algo más que la tristeza”, sigue la canción. Para Kike Turrón, periodista especializado y autor junto a Kike Babas de El Sol y la Rabia (Virus, 2007), una biografía del grupo, la canción “tiene una emoción, energía y producción que destaca de todo el resto de su cancionero”. “Recuerdo cuando la sacaron y me dio la impresión de que el grupo estaba entrando en un terreno nuevo y bonito en cuando a conceptos musicales, enriqueciendo su tozudo punk-rock con este tipo de arreglos. No fue así, digamos que el Ay Dolores es una preciosa anomalía en la producción musical de la banda”, añade.

Sonaba en orquestas, bares o fiestas

Otra estrofa: “Pero, ya es la hora de que todo vaya bien. Volar sin alas, sentir que ya eres libre. Soñar con el príncipe azul, gozar de lo que eres tú. Rompiendo las cadenas con que la sociedad te atrapa”. Uno de los méritos de esta canción fue su alcance. Es probable que junto a la ya mencionada Vicio, aunque no seas seguidor del grupo, la hayas escuchado alguna vez en algún lugar. La tocaron orquestas de las que actúan en las fiestas populares, sonaba en bares, pubs o discotecas…

Y también en la radio, como recuerda Madina. “Nosotros estábamos con una gran discográfica, con BMG/Ariola. Se vendieron 35.000 copias en una semana. Hubo muchas emisoras de radio que la sacaron, eso también ayu”, reconoce. “Esta canción le ha gustado a mi madre y ella no me dejaba ir a ensayar cuando éramos pequeños”, añade ejemplificando esta especie de rara avis en la carrera del grupo.

Por aquel entonces, aunque parezca mentira, no era tan habitual como hoy en día hablar o cantar sobre la violencia machista. Sí que es cierto que había otros grupos de nuestro rock que habían visibilizado el tema pocos años antes como Def Con Dos (Ellas denunciaron o Agrupación de Mujeres Violentas), Barricada (Mañana será igual), Boikot (Penadas por la ley). También Ska-P publicó ese mismo año su canción Violencia machista. Pero la canción de Reincidentes trascendió más. Un ejemplo de intergeneracionalidad de la canción se ha podido comprobar este año cuando en pleno confinamiento una artista como Rozalén la versionó desde su casa.

No era un temática muy frecuente. Estaba comenzando a aflorar en los medios de comunicación la violencia machista. Esa violencia ha existido toda la vida pero salía menos en medios”, destaca Madina. La canción, para Madina, “salió redonda”. El cantante y bajista apunta además que desde una asociación feminista se les iba a conceder un premio el pasado marzo por el aniversario de esta canción pero por la pandemia la entrega fue aplazada.

La canción, desgraciadamente, podría estar escrita hoy a pesar de su antigüedad. ¿Qué ha cambiado en estas dos décadas? Preguntamos a Madina. “Creo que lo único que ha cambiado es que cada vez que se produce un asesinato de una mujer la gente lo sabe, se visualiza. Y la gente tiene la oportunidad de mostrar su indignación y solidaridad con la víctima. Ha cambiado que antes no existía el teléfono de atención a la víctima, han cambiado leyes, antes ni las había. Porque se consideraba algo normal. La mujer era propiedad del marido en este país. Ahora la gente joven no lo ve así. Yo tengo una hija en 2º de ESO y tiene una visión de ese problema que no tiene nada que ver con otras generaciones”, reflexiona.

Para el periodista Kike Turrón, Reincidentes “añadió su granazo de arena a una causa que durante años ha estado ocultada”. Una causa, que, añade, “sigue estando, por desgracia e incultura, vigente en nuestra sociedad, llenando minutos de telediario con casos diarios”. “Algo se va moviendo, aunque falta mucho todavía. Hay mucha más gente que toma conciencia y esos niños de antes poco a poco han ido llegando a políticos o periodistas. La manera de enfocar el asunto es diferente a hace 20 años. Se esta evolucionando muy despacio pero la percepción del problema va cambiando”, afirma Madina.

La canción, por cierto, termina con
una estrofa con aire de esperanza y optimismo. O de liberación y valentía. Y un cambio de nombre. “Por fin, esta historia ya terminó. Dolores cambió su nombre por Libertad, escapando del cabrón, que tu vida destrozó. Porque la vida es sólo un cuento que hay que vivir en el momento. ¡Ay!, Dolores, los palos en tu espalda, la tortura en tu mente. ¡Ay!, Dolores. Con el silencio de la sociedad”.

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