‘Carrer’, el nuevo disco de Ebri Knight para denunciar las distintas crisis que sufrimos

Un pañuelo rojo al cuello al estilo de los partisanos italianos. Una mezcla de folk, punk y rock. Letras combativas y políticas mayoritariamente en catalán. Son los ingredientes principales de una banda de Argentona (Barcelona) que lleva dando que hablar durante los últimos años. Son Ebri Knight y desde hoy está disponible su quinto disco de larga duración, “Carrer”. 11 canciones para “denunciar las distintas crisis que sufrimos” en la actualidad. Y con un eje troncal, como su propio nombre indica: la calle.

El disco comenzó a gestarse en otoño de 2019. La situación sanitaria ha alargado los plazos previsto. Así lo cuenta a cuartopoder Arnau Aymerich, guitarrista y cantante del grupo: “Nuestra idea inicial era tener un año entero para hacer todo el proceso creativo y grabar en primavera o verano de 2020. Vimos que el calendario se iba a relajar un poco y pudimos poner un poco más de atención a cada fase del proceso creativo. Trabajamos más la creación y la grabación y producción la hicimos con un poco más de calma de lo que era de esperar”.

En anteriores trabajos, Ebri Knight había centrado su mirada más en recuperar cuestiones de memoria histórica o democrática. Así lo atestigua, por ejemplo, el EP lanzado en 2019, “La voz dormida”. En esta ocasión, según indican, se trata de un disco con letras más directas e influenciadas por cuestiones actuales. “Empezamos a componer el disco la semana en la que salió la sentencia a los políticos independentistas que están presos. Y lo que pasaba en las calles era muy revelador. Teníamos una situación que nos interpelaba y la primera canción que abre el disco, Pau, habla de la policía. Es una temática que nosotros tampoco habíamos abordado nunca de una manera tan directa”, explica Aymerich.

A partir de ahí, sumando la situación social, “con las distintas crisis acumuladas, con los diferentes frentes que están luchando a lo largo de los años, y encima con la crisis sanitaria que hace más hostil la calle”, el grupo creyó que el hilo que tenía que conducir el disco tenía que ser la calle. “Tenemos una situación que yo no recuerdo en mi vida un momento donde la calle fuera tan hostil y tan grave. La situación es muy grave porque realmente nos da un poco de miedo salir a la calle”, afirma el cantante.

Como todo el sector cultural, su vida profesional se ha visto afectada. En su caso, forman una cooperativa desde hace 3 años. “Notamos mucho que este funcionamiento nos permitía hacer frente a cada semana que pasaba con más tranquilidad de lo normal. Durante el confinamiento hicimos reuniones semanales virtuales, lo que hacíamos era cada semana de poner una perspectiva nueva. Porque al principio, en la primera reunión pensábamos cuánto iba a durar, si salvábamos bolos, si pedíamos ayudas...Pero la cosa se fue alargando hasta el punto de que no solo nos desapareció casi un verano sino que ahora mismo el riesgo de que otro verano desaparezca comienza a ser real, porque no sabemos cuánto va a tardar la vacua permitirnos un poco de normalidad cultural”, explica Aymerich.

“Los grupos que hacemos una música más movida y estamos acostumbrados a tocar en festivales o en fiestas, nuestro equilibrio profesional y económico depende de ese circuito. Lo que hemos hecho es vivir en ese equilibrio entre la precariedad a la que ya estábamos acostumbrados pero intentando sobrevivir con algunas ayudas o porque la mayoría de nosotros estamos embarcados en algunas aventuras provisionales, formación, estudios, etc.…”, añade el músico de Ebri Knight.

La pandemia les ha llegado al grupo en un momento de consolidación económica. “Desde 2016 empezamos un proceso de centrarnos profesionalmente en la banda. Llevábamos ya un par de años con cierta normalidad, es decir, teniendo un salario al borde de ser digno. Un poco surfeando la precariedad pero haciendo el trabajo que nos gusta, que tiene mucho valor. Estábamos en un momento de consolidar ese escenario cuando llegó la pandemia”, señala.

Como otros artistas, Aymerich critica la falta de apoyo a la cultura. Pero no solo ahora. “No ha habido nunca una política cultural que se crea la cultura como un trabajo como cualquier otro. En los últimos 40 años no se ha hecho ningún paso decisivo en esa dirección y otros países de Europa sí han hecho esa apuesta. Conocemos otras realidades que están a años luz de la nuestra. Lo que venimos es ya de años manifestando el malestar por las diferentes precariedades que existen en el mundo de la música.

Perspectiva de género

Desde Ebri Knight destacan la importancia de presentar el disco una semana como esta. Por un lado, se cumple un año del inicio “oficial” de la pandemia en España. Y además por ser la semana del 8M. “Una de las crisis más graves que hay en el panorama cultural es la perspectiva de género. Estamos dentro de un mundo profesional profundamente masculinizado, donde se dan continuamente ejemplos de abusos de poder por cuestiones de género”, comenta.

En su caso, tuvieron recientemente dos bajas en la banda. Las suplieron entonces con dos mujeres para tocar la flauta y la batería. Una apuesta que fue buscada a propósito para intentar variar esa perspectiva. Un paso pequeño y muy concreto pero que siempre ayuda, tal y como, por ejemplo, Amparo Sánchez (Amparanoia), comentaba en una entrevista con este medio.

“Hace ya unos veranos hicimos un proceso de identificación de fortalezas y debilidades y en el tema de género teníamos un problema muy gordo. Éramos un grupo con una trayectoria amplia y con todo el equipo masculinizado. Pero este no debe ser el centro del debate, puede ser una anécdota, es un buen paso incluir a dos mujeres pero el problema es más profundo y nosotros no dejamos de reproducir ese rol aunque estemos intentando detectar esas lagunas y solucionarlas”.

Música como herramienta política

Ebri Knight es una banda marcadamente política. Y hacen gala de ellos sin complejos. Uno de los temas del nuevo disco no se va por las ramas. Su título, Estima la música, odia el fascismo. En su discografía, versiones de canciones populares republicanas, su anterior disco se llamó “Guerrilla”...

.“Es imprescindible que un espacio de fiesta no sea neutral. Que un espacio donde estamos pasándolo bien no deje de tener valores. Empezamos hace 16 años con un proyecto muy pequeño, con poco contenido. Y nos fuimos politizando con los años, vimos que íbamos teniendo una responsabilidad que iba creciendo. Cada proyecto se inspira de los valores que sus miembros deciden. Pero nosotros no entendemos este proyecto sin los valores del antifascismo, del feminismo o ecologismo...Nuestro trabajo nos da un altavoz cada vez que damos un concierto, o cada vez que alguien nos da un play en internet. En este disco nos planteamos que los mensajes que queríamos dar era darle vueltas a los principios de transformación social pero con algo de esperanza. Nos hace falta un mensaje muy claro de esperanza”, comenta Aymerich.

Hablando de la mencionada canción, la premisa en este disco era “no darle tantas vueltas a las cosas, sino darle más importancia al espíritu punk” que tenían en un principio. “Nos salió este tema desde esa perspectiva, decir las cosas lo más claras posibles. Estamos muy contentos porque era algo que queríamos hacer, un tema muy festivo, claramente antifascista y con importancia de nuestros orígenes”.

¿Auge de la música en catalán y valenciano?

Cualquiera que siga un poco con atención el panorama musical, especialmente dentro del amplio panorama que significa el rock o el hip-hop, se habrá percatado de la gran cantidad de bandas que usan el valenciano o el catalán en sus canciones y que gozan de amplia visibilidad. Ebri Knight son otro ejemplo y la evolución la han vivido de primera mano.

“Durante la década de los 2000 hubo bandas muy valientes. Sobre todo en el País Valencià, Obrint Pas. Hicieron un trabajo de trinchera, en un territorio, Valencia, donde todo el mundo se pensaba que solo había fachas. Estaban reflejando una realidad lingüística basada en la dignidad. Normalizaron que un grupo de mestizaje tocara por toda España y Europa cantando en valencià. Eso posibilitó que todos los grupos que han ido surgiendo la última década lo hayan hecho con mucha más fuerza, con mucho menos remordimiento y más normalidad. Creo que es brutal lo que ha pasado en el País Valencià y se ha reflejado en Catalunya de la misma forma”, explica Aymerich. En esta hornada, de ambos territorios, destacan grupos como Zoo, Roba Estesa, Aspencat, Smoking Souls, Senyor Oca, Txarango, Crim, La Fúmiga o Auxili, habituales de los festivales, cuando los había, en los últimos años.

Reconocen que en 2005, cuando empezaron a tocar y cantaban en catalán, “era un poco raro”. Para Aymerich, además, las generaciones que han crecido a partir de los 2000 “han estado menos acomplejados a la hora de escuchar música”. “Ha habido un proceso de empoderamiento lingüístico y un proceso de normalización en el resto del Estado”. Y pone un ejemplo propio: “Yendo por ciudades españolas con Huntza, que cantaban en euskera, y nosotros en catalán, la gente cantaba las canciones, las entendía, hacía por entenderlas y las vibraba”.

Para Aymerich, “se ha roto un poco la idea de que todo lo que venía de las nacionalidad periféricas estaba relacionado con algo malo”. “Es algo que el Estado tiene cada vez menos fuerza para transmitir. Lo lingüístico es político porque hay una fuerza intrínseca que trasciende más allá de lo que son las fronteras administrativas. Vivimos en una sociedad en la que cada vez más se tienden a romper las barreras lingüísticas.

Libertad de expresión y censura

Inevitable preguntarle al músico de Ebri Knight por la situación de la libertad de expresión en el mundo artístico tras los últimos casos sonados. Y es que ellos en 2018 vivieron una situación de censura. Les cancelaron un concierto en Valencia tras presiones de grupos de ultraderecha.

“La censura es un tipo de represión que se reproduce en la medida de que la sociedad está preparada para hacerle frente. Lo malo del Estado español es que estamos acostumbrados a la censura, somos el líder mundial en censura artística, una medalla realmente vergonzosa. Es un récord fatídico”, señala.

“Yo recuerdo cuando nos pasó eso, en Valencia, mucha gente nos interpelaba pero lo profundamente grave es que haya gente en la cárcel por expresas sus opiniones políticas. Hay opiniones gravísimas de la ultraderecha, contra colectivos vulnerables que no pueden defenderse, que salen impunes porque tienen impunidad real. El problema es mucho mas grande que la sola censura, que es un brazo de la represión. Se materializa también en el momento que se manifiesta la ultraderecha con la sonrisa amable de los cuerpos policiales paseando a su lado, por ejemplo. Todo ese amiguismo, esa amistad que tiene el poder con la ultraderecha, posibilita que todas las formas de represión vayan manifestándose poco a poco. Lo que necesita el Estado español es empezar de cero, pensar de cero sus instituciones y que tengan un carácter democrático. La represión no deja de ser un síntoma de que esto es urgente”, añade.

Y para finalizar, quiere dejar un mensaje. “Quien tiene la gran responsabilidad de acabar con la ultraderecha, aparte de todos y todas combatiendo en las calles y todos los frentes, son todas aquellas fuerzas que se quieran identificar con la izquierda que quieran realmente transformar realidad a través de los poderes institucionales. Porque si cogemos el poder desde la izquierda y somos incapaces de cambiar las cosas, eso va a ser carnaza para la ultraderecha y que siga creciendo durante años”.

Mientras hacen frente a la incertidumbre de qué pasará con los grandes eventos y cuándo volverán, Ebri Knight ya ha anunciado varios conciertos a partir del mes de abril en diferentes puntos de Catalunya, Valencia y Madrid.