‘Cazafantasmas’: feminismo mal entendido y pinchazo

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Cartel de Cazafantasmas. / Sony Pictures Spain

Qué jodido es eso de hacer gracia. ¿Por qué Dan Aykroyd, Harold Ramis y sobre todo Bill Murray tienen gracia pero las protagonistas de la nueva Cazafantasmas no la tienen? No es una cuestión de género, es algo natural, depende del talento. También de que el guión sea digno y no un mal calco, como es el caso.

Cazafantasmas, la de 1984, es una película chorra, nacida del seno de los comediantes del programa televisivo Saturday Night Live, pero estuvo bien rodada y producida y marcó una época para los que, por aquel entonces, estábamos creciendo. La 2, eso sí, nos pareció una mierda bastante considerable. Pero la original es un clásico del cine palomitero de los ochenta.

Su historia entre bambalinas es curiosa. La idea original era una comedia negra protagonizada por Aykroyd y John Belushi, pero una dosis fatal de speedball (también llamada “bola de poder” y que consiste en mezclar heroína y coca) de este último dio al traste con el proyecto.

Aykroyd entró en una profunda depresión y metió el guión en un cajón, pero Ivan Reitman, que acabó dirigiendo la película, le animó a que lo retomase con Harold Ramis, que interpretó al cerebrín Egon Spengler. Gracias a Reitman el proyecto cobró vida y el papel del golfo Peter Benkman, que iba a interpretar Belushi, fue para Bill Murray, que aportó algunos diálogos, aunque nunca fue acreditado como guionista. Sin duda alguna, él es lo mejor de la película.

Reitman también fue clave para darle al primer guión, muy oscuro, un nuevo tono de humor gamberro. También para cambiar su primer acto, en el que se explicaría la creación del grupo de cazadores de fantasmas.

El casting propuesto inicialmente no es el que conocemos. El papel del pardillo Louis era para el entonces exitoso John Candy, pero finalmente recayó en Rick Moranis. El personaje del negro, Winston, había sido pensado para Eddie Murphy, pero acababa de ser fichado para Superdetective en Hollywood y contrataron en su lugar al soso Ernie Hudson. El papel de Egon (que tan bien desempeñó Ramis, que murió en 2014 por una enfermedad rara llamada vasculitis inflamatoria autoinmune) fue pensado para otro famoso cómico: Chevy Chase.

El rodaje fue complejo y su presupuesto muy alto: 30 millones de dólares de entonces. El famoso templo de Gozer del final de la película, por ejemplo, es uno de los decorados de estudio más grandes que se ha construido jamás en Hollywood.

Y qué decir del mítico logotipo de la película (con el que, por cierto, se pretende hacer un gag en la nueva entrega), reconocible en todo el planeta.

Centrémonos en este nuevo e innecesario Cazafantasmas. Hace dos años, Reitman dijo definitivamente que no rodaba la que sería la tercera entrega. No la haría sin su amigo Harold Ramis, aunque se comprometió con Sony a ayudarles a encontrar a un nuevo director para un nuevo Cazafantasmas en forma de reboot. Mientras, Bill Murray pasaba olímpicamente de los nuevos guiones que le llegaban. Según Reitman, “Nunca dijo que no, pero tampoco dijo que sí”.

Y llegaron las cazadoras de ectoplasmas chicas y con ellas la polémica. Sony se ha agarrado a que hay mucho misógino y cuarentón frustrado que no acepta su querida Cazafantasmas con tías, pero en realidad es una manera poco sutil de camuflar lo obvio: el Cazafantasmas con chicas es una peli muy mala. Y no por las chicas, que no son graciosas, sino por su espantoso guión. Son malos hasta los efectos especiales, con lo que figúrense.

En estos ridículos tiempos de lo políticamente correcto, Sony ha optado por un guión que remarca de forma pueril el lado feminista de la cinta, un reclamo con el girl power como bandera. En esta nueva Cazafantasmas las chicas contratan a un secretario buenorro (el cachas Chris Hemsworth) con el que hacer chistes sexistas. El chaval es sumamente corto, pero como está muy bueno le dejan hacer en su oficina. ¿Se imaginan la que se iba a montar si hoy hiciesen eso unos tíos con una secretaria? ¿El girl power era eso? ¿Invertir los roles para perpetuar la misma degradación sexista? Y además de meter a calzador una relación lesbiana metida con pinzas y con mucho miedo, encima lo rematan cargándose a uno de los fantasmas apuntándole a los genitales. En fin, que estamos ante una nueva página de feminismo rancio y reaccionario: tías calcando la actitud machista de los tíos. Lo curioso es que el estereotipo racista no cambia: la negra, la que no es científica, sigue siendo la bruta.

Esta Cazafantasmas debería haberse llamado Cazafalos, porque parece una película que está más interesada (yo diría que hasta obsesionada) en subrayar su feminismo que en contarnos una buena historia o entretenida o graciosa. Para fantasmas sus personajes, su trama, su trabajo de guión o su patético villano (un pobre nerd). Inexistentes todos. Etéreos.

En cuanto a su reparto, Kate McKinnon y Leslie Jones están espantosas y Melissa McCarthy y Kristen Wiig sólo pasables. Hacen lo que pueden con semejantes personajes. También salen, pasando por caja, todos los actores de la franquicia inicial excepto el pobre Ramis y Moranis, que ha pasado del tema y lleva diez años desaparecido.

Sony, que sigue amarrándose a franquicias como las de James Bond o Spider-Man, contaba con una nueva, pero se estima que con este truño ya han palmado más de 70 millones de dólares. No habrá, gracias a Gozer, segunda parte.

Sony Pictures España (YouTube)
2 Comments
  1. Volare says

    Parece que Hollywood acaba de encontrar la solución a su falta de ideas y proyectos…tras lanzarse a la desesperada al mundo de los comics. Remakes con mujeres, transexuales, chinos, negros y demás minorías.

    PS: Memento Kellys.

  2. Manu says

    Si criticas la pelicula eres machista, asi que los criticos para que no les digan machistas le dan criticas positivas, asi que no se puede confiar en nada bueno de lo que se diga de esta pelicula gracias a todo el feminismo que carga, desde un principio fue producido aprovechando lo POLITICAMENTE CORRECTO y PROGRESISTA, ninguna critica puede ser objetiva por estar siguiendo una tendencia, asi que, la pelicula solo fue para darles gusto a las feministas, es como contratar a una mujer en una empresa aunque no sepa hacer el trabajo solo por cumplir la cuota de genero impuesta por lo POLITICAMENTE CORRECTO.

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