CINE / El estreno de la semana

‘A Ghost Story’: soporífera fantasmada hipster

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'A Ghost Story'
Poster original de 'A Ghost Story'. / Universal Pictures

En esta infumable película, que todo modernete está obligado a adorar con delectación, hay una escena que la define perfectamente. En ella su protagonista, Rooney Mara, se pasa comiendo una tarta casi cinco minutos. El director la capta sentada en el suelo de la cocina, descalza, en plano fijo, sin cortar. Y con su novio (Casey Affleck) al fondo, un tipo que ha muerto y la observa con una ridícula sábana de fantasma encima. Y ella venga a zampar tarta. Y tú pensando: ¿pero cuándo va a cortar el plano este señor? ¿Me está vacilando o qué pasa? Imaginen así casi cinco minutos de metraje. ¡Cinco minutos! Hay cortos que duran menos y tienen más cine que todo este plano y esta película completa.

'A Ghost Story' es el típico film con vocación de ser irritante. Te aguanto este plano de señora tragando tarta durante cinco minutos porque soy un artista que no se ajusta al ritmo de lo comercial (de hecho, y para colmo, su director también es montador). Y contrato a Affleck (al que no se le entiende cuando habla porque lo hace susurrando) para ponerle una sábana de fantasma (con agujeros en los ojos) durante la mayor parte de la película. Vamos, que debajo de la sábana podría estar Affleck o mi prima. Por cierto: el director de esta cosa, David Lowery, ya trabajó con Mara y Affleck en En un lugar sin ley y repite ahora con él en Old Man and the Gun (el viejo será Robert Redford).

'A Ghost Story' va de una pareja que compra una casa en la que se producen ruidos. De fantasmas. Él muere en un accidente coche y se levanta, en la mesa del forense, con una sábana y vaga como fantasma por el mundo. Al regresar a su casa descubre que su chica está rota de dolor y se pone fina a tarta. Luego él ve que no se puede “suicidar” y vaga por el tiempo y el espacio, hasta conocer a unos colonos que son masacrados por indios (¿?). Todo porque yo lo valgo. El final, que no revelaré, es circular y confuso, todo en ella está escrito porque sí.

El responsable del guión (y la dirección, por supuesto, que este señor es un artista total) es el citado Lowery. Al parecer esta historia de fantasmas le viene de lejos porque ya rodó un corto inspirado en la película Poltergeist. Lowery, además de rodar este cine independiente de puro postureo, también ha coqueteado con el cine más comercial, como Peter y el dragón (comentada en cuartopoder.es). Ahora prepara Peter Pan (otra vez) para Disney, nada más alejado de este pretencioso cine indie.

Tengo que reconocer que me he reído mucho leyendo críticas de esta película, auténticas pajas mentales pseodofilosóficas que producen sonrojo. No daré nombres. Se supone que esta idiotez pretende hablar de la fragilidad de la existencia, del vacío y del absurdo de amar, vivir y crear (él es compositor de música rara). Y de la nada, del sinsentido, de la futilidad de todo. Pero mire, es que eso ya lo explicaron mejor los surrealistas hace un siglo y esta memez no les llega ni a la suela de los zapatos. Y encima Lowery cree tan poco en su propuesta visual que se inventa un personaje (un calvo petulante interpretado por Will Oldman) que verbaliza todo su mensaje, su discurso, en una escena larga y jactanciosa hasta la risa.

Todo en 'A Ghost Story' es vacuo y caprichoso. Me parece absurdo contratar al señor Affleck para que aparezca en tres secuencias (el resto es un doble con una sábana encima o el señor Affleck está loco, que puede ser). Como es absurdo y exhibicionista el formato elegido, cuadrado, como de película casera. Y para qué hablar de su guión, veleidoso, errático, ridículo.

Este largometraje que debería haber sido un corto porque no da para más (de hecho su director es un experto en el formato y ha rodado una docena de ellos) intenta emocionar y no lo consigue, pretende asustar y se la pega, busca filosofar y da risa. No se puedes fracasar de forma más sonora. En fin, esto es el Ghost del cine independiente, un olvidable puré de Tarkovski, Hooper, Malick y Myazaki.

Lo mejor: nada.

Lo peor: Mara comiendo tarta.

El plan b:

Si quieren llevara los peques al cine, pueden ver Deep, película española (hay que tenerlos cuadrados para hacer un largo de animación en España) de Julio Soto con guión propio junto a José Tatay y Salva Rubio. La música es del inevitable Fernando Velázquez (qué producción anual la de este señor...).

En un futuro relativamente cercano, el planeta tal y como lo conocemos ha desaparecido. En él solo sobreviven unas curiosas criaturas abismales. Su hogar es una profunda grieta en el océano y los protege el famoso Kraken. Una catástrofe hace que el pulpito Deep y sus amigos deban emprender un viaje para salvar a todos los habitantes de la grieta, una aventura llena de peligros. Buscando a Nemo, vamos. En fin: peli para críos y sin exigir demasiado.

UniversalSpain (Youtube)

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