Daniel Seseña *
El espacio que hay entre “todos los derechos reservados” y el “todo gratis” es descomunal, no hay duda. Pero muchos se empeñan en no reconocer los componentes del medio. En esta travesía, por ejemplo, nos encontramos con mucho sentido común. Me refiero a una alternativa real al veterano "Alto el paso" del Copyright, como es Creative Commons (CC); que lejos de expoliar la autoría a los creadores -como otros tantos interesados quieren hacer creer- invita a ampliar la obra, a compartirla y a reducir las barreras de permisos que impiden innovar. Hace unos días tuve el privilegio de entrevistar para Cámara Abierta 2.0 a Joichi Ito (en el vídeo), presidente de la organización y, desde abril, director del Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts. Venía a España a presentar The Power of Open, un libro ‘abierto’ en todos los sentidos que recopila y comparte casos que demuestran que hay vida, éxito y nuevos modelos de negocio más allá de la hermética y vieja fórmula del Copyright. Charlando con él, un visionario que a pesar de convivir con la etiqueta (mitad peyorativa, mitad fruto del marketing lógico) de gurú, transmite tanta normalidad y naturalidad en sus argumentos que abruma.
¿Qué es Creative Commons? Reconozco que me dio apuro preguntarle algo tan básico... Pero por qué no. Qué mejor respuesta que la que te pueda proporcionar una fuente tan directa como es el responsable de la organización. Reconozco que me esperaba un argumento más tirando a técnico que a metafórico. Pues, como es propio de alguien acostumbrado a mirar más allá de barreras y clichés, y sortear obstáculos contra la creatividad, reventó rápido mis esquemas. "Mucha gente comete el error de pensar que Creative Commons es como una barra libre, pero la libertad no es una cerveza gratis, sino la capacidad de crear y desarrollar la habilidad de conectar para innovar". ¿Y quién posee esa habilidad? Los ejemplos más claros son los 30 que se citan en The Power of Open. Casos como el del periodista Dan Gilllmore que escribió y publicó su libro Nosotros, el medio bajo una licencia Creative Commons. Asegura que el control exclusivo de los derechos de autor de su libro no era lo más conveniente para sus intereses. Y no se equivocó, a diferencia de lo que mucho amantes del 'catenacho' (cerrojo) puedan pensar, la distribución gratuita del libro le ha supuesto a Gillmor un éxito financiero sin precedentes. “Aún recibo cheques de royalties cada tres meses. No está mal para un libro que se publicó hace seis años”, comenta en su parcela de The Power of Open.
Pero hay más. Y como ya cité en el reportaje de Cámara Abierta, el caso del escritor de ciencia ficción, James Patrick Kelly, que comparte sus novelas con los lectores (después de leerlas, estos deciden si pagar o no por el contenido), ahora destaco el caso del centenario Museo Isabella Stewart Gardner de Boston. Su interior además de contener más de 2.500 obras de arte, alberga cientos de horas de actuaciones en vivo de música clásica almacenadas en CDs. En septiembre de 2006, el conservador de música del museo Scott Nickrenz lanzó el podcast titulado El Concierto. Resultado: Desde diciembre de 2010, El Concierto ha sido descargado más de 1.8 millones de veces por oyentes en 190 países, desde Azerbaiyán hasta Croacia. ¿Dónde habría quedado ese valiosísimo material si Nickrenz no hubiera abierto las compuertas? Sí, es una pregunta retórica.
Y además de los ejemplos de éxito que demuestran que otros modelos de negocio son posibles, el libro es toda una guía de iniciación. Si alguien tiene dudas respecto a los tipos de licencias que se pueden usar, queda explicado sin ambigüedades posibles. Es el usuario quien elige cuánto y cómo quiere compartir; cuánto y cómo modificar su obra; y qué uso -comercial o no comercial- desea realizar. En otras palabras, ante el semáforo en rojo de “Todos los derechos reservados”: CC abre puertas, portones o pasarelas con el fin de agilizar la libre circulación de cultura, actualidad, pero sobre todo innovación. Y para los periodistas, me respondía el propio Joichi Ito: “Es muy importante el caso de Al Jazeeraa”, porque fueron pioneros en liberar parte de sus imágenes, por ejemplo, en el conflicto de Gaza. De ese modo pudieron distribuirse libremente bajo licencia Creative Commons y llegaron a Wikipedia... Después a otros canales de televisión internacionales, que pudieron seguir reportando las fotos. “Aumentaron las relaciones con otras empresas y otros medios”, dice Joichi Ito, y añade: “Es muy importante como negocio, porque Al Jazeera ha ganado mucho dinero liberando parte de sus contenidos.
La entrevista la realizamos en los jardines de la Escuela de Organización Industrial (EOI); entidad responsable, por cierto, de la traducción de The Power of Open al español. Y el lugar de la presentación del mismo, no podía ser más adecuado, un espacio abierto... Y abierto al público. Un manto verde que invita a la relajación, quizá por eso, le pregunté ¿cómo un tipo tan conectado a todo, al mundo, a la gente, con tanta implicación en tantísimos proyectos, etc., consigue desconectar? Y con la misma naturalidad y serenidad con la que me contestó a cada cuestión, más una sonrisa algo más... abierta, respondió: “Bajo el agua, buceando no oigo a nadie, no suena el teléfono. Mañana me voy a Omán a bucear. Me encanta”.
Pero a juzgar por las fotos que ha colgado en su blog, es fácil comprobar que Joichi Ito no deja de compartir ni debajo del agua.
Queda claro que hay que darle una vuelta de tuerca más al caletre si se quiere avanzar en algo. Gracias por este articulo esclarecedor.