¡En Pie!, la única corriente no pacifista del 15-M, anuncia su disolución

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Un manifestante, frente al cerco policial en la fracasada convocatoria del 25-A / Juanjo Martín (Efe)

La Plataforma ¡En Pie! ha hecho pública su disolución. Desaparece así el único movimiento surgido del 15-M que quiso ir más allá de la resistencia pacífica, de la simple desobediencia civil. De todos los colectivos nacidos del 15-M, ¡En Pie! fue el único que se declaró no pacifista. Que sugirió la posiblidad de pelear más allá de las palabras, las pancartas, las asambleas y las manifestaciones: “Somos personas pacíficas, pero no pacifistas. Nos posicionamos a favor de la legítima defensa de las personas ante la violencia indiscriminada de este régimen opresor, y respetamos las distintas formas de lucha siempre que se mantengan dentro del marco del respeto por los derechos humanos fundamentales, y siempre que la lucha sea en pro de la justicia e igualdad para todos y todas”, escribieron en su documento base.

Ahora, tras el fracaso rotundo de su convocatoria del 25 de abril, en la que querían asediar el Congreso de los Diputados indefinidamente hasta lograr “la dimisión del gobierno, disolución de las Cortes y de la Jefatura del Estado”, han decidido desaparecer. No sin dejar un claro mensaje crítico hacia todos los movimientos ciudadanos que llevan más de dos años tomando las calles sin conseguir apenas nada: “Desde la Plataforma ¡En Pie!”, señalan en su comunicado de despedida, “creemos en la importancia de evitar repetir una misma estrategia cientos de veces a sabiendas de que la misma no aporta ningún resultado, tan sólo consigue dar la falsa sensación a quienes la llevan a cabo de que se está haciendo algo y calman su conciencia, a la vez que nos conducen al cansancio colectivo y aumentan la sensación de impotencia”. Cuando hablan de cansancio colectivo, se refieren a la escasa capacidad de convocatoria que tuvieron tanto el segundo aniversario del 15-M como la manifestación internacional del pasado primero junio celebrada bajo el lema Todos Unidos contra la Troika.

La crítica de la facción no pacifista del 15-M, en su comunicado de disolución, incluso alude al posible boicot que han sufrido desde otros grupos indignados: “No nos dejemos amedrentar, un grupo de personas que crean firmemente en una acción, tienen todo el derecho y la legitimidad para llevarla a cabo, y los mencionados anteriormente tienen la obligación moral de respetarlo, les guste o no. Quienes por el contrario emplean esfuerzos y recursos en boicotear dicha acción demuestran que sus objetivos nada tienen que ver con el cambio del sistema, y sólo pretenden vendernos el espejismo de que algo cambia para que todo siga igual”.

Defensores del boicot y el sabotaje, pero siempre bajo la premisa de la defensa de los derechos humanos, ¡En Pie! nació en septiembre de 2012. Habían convocado una acción conjunta del 15-M y las mareas ciudadanas bajo el lema Ocupa el Congreso. Pero a alguna gente el lema le pareció excesivo. Anticonstitucional. Guerracivilista. Hubo discusiones para suavizar el lema. Nada de ocupar. Al final, el acto se llamó Rodea el Congreso. Y los que estaban en desacuerdo con el suavizante semántico, crearon la plataforma ¡En Pie!

Nadie sabe quiénes son. Cuántos son. Cómo son. Se comunican solo a través de internet para evitar el control policial de sus acciones. Su lenguaje siempre ha sido menos ortodoxo que el de los otros movimientos del 15-M y nada, con perdón por la expresión, en absoluto denigratoria, nada perrofláutico: “Próximamente anunciaremos la fecha de una nueva convocatoria a… asediar, quemar, fumigar, ocupar… el Congreso, o si preferís decirlo así, se convocará directamente a una algarada o una rebelión popular… no nos importa cómo se le quiera llamar”.

Esta disolución de ¡En Pie!, en todo caso, no es definitiva. Y así lo advierten en su comunicado final, no exento también de crítica a una ciudadanía no dispuesta aun, según ellos, a fajarse en la batalla: “La Plataforma se reactivará de nuevo si se da alguno de los siguientes casos: que tengamos una nueva propuesta que aportar, que pueda ilusionar y despertar a la sociedad, acercándonos al cambio deseado; o que el rumbo de los acontecimientos se precipite y la sociedad se muestre verdaderamente dispuesta a presentar batalla. En este caso pondremos todos los medios a nuestro alcance para apoyar y empujar la ruptura y el cambio”.

Y acaban citando a Emiliano Zapata, que no es mal personaje para citarlo en estas crisis: “El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre, pero que no grite cuando le pisen”.

1 Comment
  1. juan gaviota says

    No creo ni remotamente que la ciudadanía ,este por la revolución al margen del guión oficial.
    Pero por otra parte, estoy seguro ,que dado el nivel de incompetencia y latrocinio de la casta cortijera; No les va a faltar ocasiones para poner en marcha su plan .
    Grecia está a la vuelta de la esquina.

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