Orgullo Gay contra los recortes y la privatización de lo público

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La cabecera de la manifestación de ayer, con los dirigentes de FELGTB, COGAM, CCOO y UGT. / J. J. Guillén (Efe)

Año tras año, lo más interesante del Día del Orgullo Gay es la inmensa cantidad de heterosexuales que también lo celebran. Ayer, en Madrid, se vio a gente de toda laya y condición. De adolescentes pijas a viudas cristianas con escapulario en el pecho. De niños de papá a encorbatados ancianos que hace poco menos de diez años aprendieron que las palabras maricón o bollera no son insultos, sino adjetivos borricos del amor más normal. Algunas, muy contadas veces, España puede parecer un país contemporáneo, tolerante y democratizable. Y ayer fue un día de esos en Madrid. Muchas decenas de muchos miles de muy diferentes personas colapsaron el trayecto desde la estación de Atocha a la Puerta de Alcalá para disfrutar del orgullo.

El Orgullo Gay tomó ayer, con mucha mayor capacidad de convocatoria, el testigo del 15-M. La manifestación se convocó bajo el lema Jóvenes sin Armarios, pero fue mucho más allá. El Orgullo Gay de anoche no fue una movilización por la igualdad sexual. Fue una movilización por la igualdad en general. Y contra las políticas gubernamentales de recorte y privatización de lo público. Sanidad, educación, derechos. Solo se podía entender en gramática sexual, esta manifestación, resumiéndola como grito de los que están jodidos contra los que están jodiendo.

Gente de todos los sexos y de ningún sexo se desnudó frente al Ministerio de Sanidad para exigir el derecho a una salud pública. Y hasta la Puerta de Alcalá se gritó “Ana Mato dimisión”. Y se ironizó, desde el escenario allí montado, con las fiestas que la Gürtel pagó a la ministra de Sanidad en los cumpleaños de sus hijos. Y con su afición a la beatería semanasantera: “Estamos celebrando el Paso del Eterno Recorte de la Sanidad con Nuestra Señora del Confeti”. Los recortes en sanidad, agregaron, afectan especialmente a los portadores de VIH. Pero fue solo una frase. La vindicación no era endogámica de los homosexuales. Era generalista, como la propia celebración.

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Una de las pancartas contra los recortes sanitarios que se pudo ver en la manifestación de ayer. / J. J. Guillén (Efe)

Pero, sin duda, la reina de la fiesta fue la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. El presunto boicot al que la regidora ha sometido a los organizadores ha inspirado un grito unánime de dimisión: “El Orgullo es el evento anual más multitudinario de la ciudad, que atrae más de 200.000 turistas y que reporta a la ciudad más de 110 millones de euros, además de servir de altavoz internacional de un Madrid diverso, imagen que turísticamente sí explota el Ayuntamiento de Madrid en el exterior. Sin embargo, la miopía del Consistorio le impide invertir en el Orgullo: no mejora los transportes, ofrece medidas higiénicas (baños o contenedores de basura) claramente insuficientes, y además boicotea la organización del Orgullo. A sólo 24 horas del inicio de la Manifestación, el Ayuntamiento se echó atrás en el montaje de la iluminación y el sonido del escenario final, buscando en el último momento dejar sin voz las reivindicaciones del Orgullo. A ello se suma la vergonzosa demanda de una fianza por la organización de la Manifestación que la Concejalía de Medio Ambiente [nos pidió] a sólo cuatro días de su celebración: 150.000 euros que no han pedido a ninguna otra organización por manifestarse en las calles de Madrid. Tras más de ocho horas de buscar explicaciones, y una oportuna filtración a la prensa, el Ayuntamiento tachó su petición de error”, han señalado en un comunicado previo a la marcha.

Ya en la Puerta de Alcalá, cuando el sol se iba poniendo, los portavoces de la organización se han referido al apoyo consistorial a otros eventos, como las visitas papales o las muy beatas jornadas de la juventud. Sin citarlos, elegantemente: “Hemos visto en reiteradas ocasiones los apoyos del Ayuntamiento a eventos que se celebran en esta ciudad, pero nunca lo hemos visto en el Orgullo. Está claro que la diferencia es ideológica y tienen que hacérselo mirar”.

La pasada semana, en Barcelona, la víspera del Orgullo Gay fue aderezada por los Mossos D´Esquadra con varias redadas nocturnas en locales de ambiente. Agentes con pasamontañas, sin identificación visible y chalecos antibalas, irrumpieron en varios bares gays con la evidente intención de intimidar. En Madrid, sin embargo, todo se desarrolló ayer con tranquilidad absoluta.

Pasaron las carrozas. La gente se besaba. El Samur se aburría. Este periódico visitó a las once y media de la noche la tienda sanitaria de la calle Montalbán. Vacía: “Nada, algún mareo por el calor”.

La gente se besaba. Y solo el Samur se aburría. Por resumir.

1 Comment
  1. juanjo says

    Enhorabuena tíos, fue genial. Y fuimos tantos, tantos, tantos, que, al decir verdad, sólo faltaron, los que sobraban.
    ……………
    A simple vista: la alcaldesa y sus fratres y adláteress,
    …..
    , el Bárcenas, el Rajoy y otros de sus muchos chorizos,
    ………
    El Ignacio González, el Fernández Lasquetty y otros depredadores de bienes públicos.
    …………..
    El Rouco Varela y otros perniciosos adoctrinadores de niños y jóvenes adolescentes
    …………….
    Y algún etc. etc, etc. más, oculto entre los armiños de las diócesis, o los caudales rediticios de las preferentes.
    ……….. .
    Por tanto, arriba el arco iris.
    Armarios de par en par.
    Cada cuerpo luciendo su tesoro
    Y los grandes dioses derramando libertad.
    …..

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