Al personal que atendió al fallecido por ébola no se le ha sometido ni a una analítica para descartar contagios

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Imagen del pasado 7 de agosto durante el traslado de Javier Pajares al hospital Carlos III. / Efe
Imagen tomada el pasado 7 de agosto durante el traslado de Javier Pajares al hospital Carlos III. / Efe

Tras la muerte ayer del sacerdote Miguel Pajares en Madrid por ébola, el personal sanitario que lo atendió desde que llegara el pasado jueves al hospital Carlos III continúa sin ningún control sanitario. Ni siquiera se les ha practicado una analítica rutinaria. No se hizo cuando salieron de atender al paciente cada día, ni se ha hecho ahora que el paciente ha muerto de una enfermedad que no tiene tratamiento y que es altamente contagiosa.

No realizar esa analítica es una elisión acorde con los protocolos contra el ébola dictados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Protocolos que ni siquiera se modificaron cuando este 8 de agosto la OMS decretó emergencia pública sanitaria internacional y recomendó implementar medidas para detener su transmisión. Realizar a un adulto una analítica básica que incluya marcadores de inflamación y de infección, con los cuales se podrían detectar focos infecciosos en fase activa, cuesta alrededor de unos 70 euros. Magro desembolso por muy mal que ande la sanidad pública.

La única recomendación que el Ministerio de Ana Mato y la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid le han dado a los enfermeros que han estado en contacto con Pajares, protegidos con trajes de aislamiento, es que se controlen ellos mismos la temperatura corporal con un termómetro. Y, en caso de que les suba la fiebre, alerten a Prevención de Riesgos Laborales.

"Yo quiero estar convencida de que no ha pasado nada", nos cuenta Amelia Batanero, secretaria del Sindicato de Enfermeros de Madrid. "De hecho, no ha habido ninguna incidencia. Nadie ha informado de que se pueda haber manipulado mal un traje. Pero los protocolos de actuación que tenemos que seguir continúan sin entregársenos por escrito. Y pueden surgir más casos de ébola".

El tema de los protocolos sanitarios se observa bastante raro a través del cristal del ébola llegado a España. Por ejemplo, en el Clinic barcelonés, a cualquier sanitario que haya entrado en contacto con la bacteria Marsa (estafilococo resistente al antibiótico que puede provocar como mucho un forúnculo o una neumonía), se le practica un frotis nasal para ver si está infectado.

"Si no hay protocolos, tendrían que haber aislado a la gente que ha estado en contacto con el ébola”, coinciden varios profesionales sanitarios consultados por cuartopoder.es. Otros aseguran que no es necesario. Que todo está controlado. Son todo opiniones. Ninguno de los facultativos consultados ha consentido que citemos sus nombres y apellidos. De forma anónima, uno de los enfermeros que atendió a Pajares sí publicó el relato de su experiencia en el portal de AME, tras solicitar cuartopoder.es un testimonio directo anónimo.

"Nos presentamos en la noche del 5 de agosto, y el personal de guardia aquella noche entre los que me incluyo, a través de los medios de comunicación nos enteramos que se va a repatriar al sacerdote. Avisamos a nuestro inmediato superior (Supervisor de Guardia) el cual desconoce por completo el modo de proceder teniéndose que poner en contacto con el Jefe de Hospital de guardia aquella noche, el cual a su vez desconocía la noticia y comienza a activar el protocolo establecido (recordemos que hasta esa misma noche el paciente iba a ser ingresado en La Paz). Siendo el personal de UCI el encargado del recibir al sacerdote no se pone en conocimiento del mismo dicho protocolo".
El gasto que ha supuesto la repatriación, a petición propia, del sacerdote Miguel Pajares (75 años), para la que ha sido necesario fletar un avión medicalizado, desplazar un equipo médico, movilizar al Ejército y aislar una planta del hospital Carlos III, es una incógnita que el Gobierno se niega a desvelar. Solo fletar el avión medicalizado podría haber costado alrededor de medio millón de euros. El monto total de la operación desplegada para mantener vivo al sacerdote español durante una semana se podría aproximar al millón de euros. Dos de los compañeros de Pajares murieron en Monrovia. España no repatría a extranjeros.

Médicos del Mundo, tras la aparición del brote en Guinea-Conakry hace un par de meses, decidió reciclar sus equipos en Sierra Leona. Pasaron de centrarse en la atención materno infantil a dedicarse a la prevención del ébola. Diecisiete cooperantes —una enfermera y un administrativo españoles, y 15 trabajadores locales— han improvisado en dos meses un equipo en la provincia de Kabala, norte del país, junto a la frontera guineana donde se detectó el brote. Incluso, ya han aislado una planta del hospital de la capital para atender a infectados. “Jamás nos vamos a oponer a la repatriación de un enfermo, pero quizá hubiera sido más efectivo desplazar al personal sanitario a Monrovia para atenderlo y haber destinado esos fondos a prevención”.

El Real Decreto 519/2006, de 28 de abril, por el que el Boletín Oficial del Estado establece el estatuto de los cooperantes, obliga a las ONG a suscribir un seguro privado que cubra a sus trabajadores “la repatriación en caso de accidente, enfermedad grave, fallecimiento, catástrofe o conflicto bélico en el país o territorio de destino”. cuartopoder.es se puso en contacto con el hospital que posee la Orden de San Juan de Dios en Barcelona para saber si Miguel Pajares estaba asegurado. Ninguna voz autorizada se puso al teléfono tras solicitarlo en varias ocasiones.

Pero es que, además, este estatuto del cooperante no se aplica a los misioneros, que pueden permanecer en sus países de destino sin seguro. Por eso el Gobierno español se ha visto obligado a cargar con los gastos de repatriación de Miguel Pajares, aunque en principio la directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, anunciara el jueves en rueda de prensa que “la orden San Juan de Dios asumirá los gastos que tenga que asumir por pedir la repatriación”.

También es cierto que los misioneros de la Orden de San Juan de Dios no se podrían proteger bajo el paraguas de este Estatuto de los Cooperantes, pues, en su artículo 8, referido a incompatibilidades, excluye a “aquéllos que impliquen colaboración con los objetivos o actividades de alguna empresa, sociedad o compañía con ánimo de lucro”. Y los Hospitalarios de San Juan de Dios conforman una orden mendicante fundada en 1572 que en 2011 facturó 25 millones de euros, solo en España, a través de la empresa Gestión Hospitalaria 2000 S.L., y que únicamente contaba con “entre cinco y diez trabajadores” en 2013 a pesar de declarar activos que superan los nueve millones de euros. Se dedica a la gestión de compras y suministro de materiales para hospitales públicos y privados.

2 Comments
  1. Josep Lluis says
  2. Enfermera uci says

    La persona que escribió la carta a la cual se hace referencia a través de un enlace en este escrito,me consta que en ningún momento ha tratado al sr.Pajares,ni siquiera ha llegado a personarse en las instalaciones del H.Carlos iii. Dicho escrito esta sujeto a interpretaciones.

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