WikiLeaks, el popular portal de filtraciones, ha publicado esta semana 8.761 documentos bajo el nombre de Year Zero (Año Cero) y ha alertado con su contenido tanto a la comunidad tecnológica como a millones de usuarios de ordenadores, televisores inteligentes y aplicaciones de mensajería instantánea en todo el mundo.
Nadie queda libre del hecho que revela la mayor filtración tecnológica de la historia: la CIA (la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) puede convertir prácticamente cualquier dispositivo tecnológico --tenga conexión a Internet o no-- en un objeto que espíe conversaciones o proporcione información sensible sin que su propietario se percate de ello.
La publicación de WikiLeaks revela cómo la CIA tiene organizado un completo entramado cibernético que permite espiar tanto el contenido de teléfonos móviles como la información que contienen televisores inteligentes y otros dispositivos, que podrían llegar a ser convertidos en micrófonos infiltrados.
Lo que hacen los miembros de la agencia estadounidense es buscar errores en los sistemas operativos más utilizados en el mundo (tanto Windows para ordenadores personales como iOS o Android para teléfonos móviles) y, en lugar de hacerlos públicos para que sus desarrolladores puedan lanzar un parche y resolver la vulnerabilidad, se callan y aprovechan el agujero de seguridad para tener acceso ilícito al dispositivo.
De ser cierto lo publicado por WikiLeaks, esto es lo que provoca que la CIA pueda tener acceso teórico, por ejemplo, al contenido de los mensajes que se envían a través de WhatsApp, Telegram, Weibo y otras aplicaciones de mensajería instantánea. El hackeo del sistema operativo del dispositivo es lo que permite a la agencia de seguridad norteamericana burlar el cifrado punto a punto de los mensajes que se envían a través de estas aplicaciones, hasta ahora consideradas plenamente seguras, pues sólo remitente y receptor del mismo tenían acceso a su contenido, que ni siquiera es descifrado en los servidores de la app.
El hecho de que el hackeo se realice sobre el sistema operativo del dispositivo y no directamente sobre los sistemas de encriptación de WhatsApp o Telegram impide al usuario protegerse ante este tipo de vulnerabilidades. Lo que sí puede hacer es asegurarse, de forma activa, de que tiene instalado en su dispositivo la última actualización del sistema operativo, lo que garantizará que posee protección ante todos los agujeros de seguridad conocidos. Sin embargo, si hay errores que alguien (sea la CIA o quien sea) no ha reportado y se está aprovechando de ellos, no hay protección posible.
De la misma manera, es recomendable tener instalada la última versión de la aplicación de mensajería instantánea, para tener protección ante los últimos bugs conocidos. En este sentido, también se desaconseja descargar versiones beta de las apps, que permiten acceder a nuevas funcionalidades en fase de prueba, pero que pueden incluir errores que dejen la puerta abierta a un ataque de seguridad.
Otras noticias tecnológicas de la semana
Además del anuncio de WikiLeaks, durante los últimos siete días se han producido otras noticias tecnológicas de interés. Por ejemplo, Facebook ha desvelado por fin cómo luchará contra las noticias falsas en la plataforma.
La red social etiquetará con una señal de color rojo aquellas informaciones que considere que podrían no ser ciertas y añadirá justo bajo el titular los datos cuya veracidad se desconoce.
Para ello, Facebook firmará acuerdos con distintos medios de comunicación que ayuden al etiquetado de las informaciones. Así lo ha hecho ya la compañía en Estados Unidos, primer territorio en el que se lanza la nueva funcionalidad, llamada fact check, donde ha sellado una alianza con la cadena ABC News y la agencia Associated Press, entre otras compañías de medios. A España se espera que la nueva herramienta para descubrir noticias falsas en la red social llegue en los próximos meses.
Junto a esta novedad, la red social también ha presentado esta semana “Día de Messenger”, la herramienta que permite compartir contenidos efímeros, que desaparecen a las 24 horas de su publicación, en la app de mensajería instantánea de Facebook.
El lanzamiento no ha agradado mucho a los usuarios, que tienen a su disposición la posibilidad de compartir este tipo de contenidos también en Facebook, Instagram e incluso WhatsApp. Lo que ha hecho Mark Zuckerberg, propietario de todas ellas, es lanzar un órdago contra Snapchat, app que popularizó este tipo de envíos y a la que intentó adquirir, sin conseguirlo, en 2013.