La piratería es delito. Es un mensaje que desde gobiernos, instituciones e industria del entretenimiento se repite constantemente y que al usuario le queda más o menos claro, pero la forma en la que se combate en muchas ocasiones plantea serias dudas.
En la mayor parte de los países de la Unión Europea existe regulación, en algunos casos más estricta, en otros más laxa, que penaliza la piratería, pero… ¿por qué en algunos territorios --como España-- se hace pagar al consumidor un canon digital antes de que cometa la falta?
La medida, de forma preventiva, no convence, máxime cuando algunos informes señalan que pagan justos por pecadores y que, en realidad, la verdadera repercusión de esta práctica sobre las ventas de los productos no es tan elevada.
Es difícil cuantificar de forma exacta el dinero que está perdiendo la industria por la piratería de discos, películas y libros, pero lo que parece claro es que no es tanto como a menudo se quiere hacer creer.
La Comisión Europea encargó en 2014 a la firma holandesa Ecorsys un macroinforme cuyo objetivo era determinar económicamente el efecto de la copia ilegal de contenidos en todo tipo de soportes. El organismo pagó 360.000 euros por el estudio, que fue finalizado casi un año más tarde, en mayo de 2015, y estaba compuesto por más de 300 folios de conclusiones. Sin embargo, estas no debieron gustar demasiado y quedó silenciado, guardado posiblemente en un cajón.
Ahora se ha sabido que el informe de Ecorsys determinaba que el libre acceso a la cultura no repercute de forma significativa sobre las ventas de los contenidos registrados. Ha sido Julia Reda, eurodiputada alemana del partido pirata, la que ha tenido acceso al mismo de forma casual y lo ha publicado en su totalidad su blog, aireando las conclusiones que se quisieron tapar hace ahora dos años.
Según la eurodiputada, la Comisión ha tratado de evitar su publicación de forma deliberada, ya que han estado utilizando otros estudios posteriores, y ha silenciado este que demuestra que no existe evidencia estadística sólida que relacione el descenso de las ventas con la infracción del copyright.
De todas maneras, que no se pueda probar estadísticamente no quiere decir que no haya relación alguna, aunque sí evidencia que puede que ésta no sea tan significativa. De hecho, según otro estudio, de reciente publicación, elaborado por Digital Europe --la asociación que representa la industria tecnológica en Europa-- y Eurimag, que aglutina a las compañías continentales de la imagen e impresión, los usuarios cada vez utilizan menos soportes físicos como el CD o DVD para copiar música o películas.
Este informe, que lleva por nombre “Cuantificación del perjuicio causado por copia privada en España” asegura que el avance de los servicios que permiten el consumo de música y contenidos audiovisuales en streaming, como Spotify, Netflix o HBO, ha reducido considerablemente el número de copias privadas que se llevan a cabo.
El estudio señala que sólo el 1,6% de los españoles realiza copia de contenidos en CD o DVD y, en el caso de las películas y series, el porcentaje cae a menos del 0,6%. Además, de las más de 3.000 personas encuestadas para elaborar el informe, sólo el 0,69% señaló que compraría la obra si no pudiese realizar la copia.
Aún teniendo en cuenta que habrá encuestados que no se atrevieron a confesar que sí realizan copias de contenidos en soportes tradicionales para su consumo propio, las cifras que registra este análisis no justifican que todos los consumidores, desde el pasado 1 de agosto, tengan que pagar un canon digital de forma preventiva al adquirir sus productos tecnológicos “por si llegan a practicar la piratería”.
De hecho, el informe establece que los daños resultantes de la copia privada han ido disminuyendo año tras año, de unos 18,7 millones de euros en 2012 a 11,9 millones de euros en 2015. En la actualidad se estima en 7,3 millones de euros.
Por el contrario, las ventas previstas de los dispositivos sujetos a gravámenes reflejan que el importe que se recaudará anualmente con el nuevo canon digital es superior a 72 millones de euros. Esto quiere decir que la recaudación prevista por el actual canon digital será 10 veces mayor al daño que efectivamente está causando la copia privada. Y quien va a pagar esa sobretasa va a ser, una vez más, el consumidor.
la union europea ha ocultado deliberadamente durante años un informe que demuestra la falsedad de las descargas ilegales,
El canon es una golosina y una vez acostumbrados les cuesta renunciar a la mordida.