Eurovisión y Operación Triunfo, ejemplos de la nueva televisión transmedia que viene

  • Aprovechar el tirón de las redes sociales permite a la televisión tradicional aglutinar más audiencia frente al televisor
  • Los canales sociales no deben entenderse como competencia directa de la televisión, sino como la manera de fidelizar a los espectadores y hacerles sentir especiales
  • Tal y como hiciera Operación Triunfo, el Festival de Eurovisión se abre este año a las nuevas generaciones y sus nuevas formas de comunicarse

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Estos días se está celebrando en Lisboa el Festival de Eurovisión, un evento que ahora se vive durante más de una semana, sobre todo en las redes sociales. Desde que hace 10 días comenzaran los ensayos para el mayor evento de la canción en Europa, el festival es trending topic en Twitter, algo que no es casualidad, sino que responde a una estrategia social muy medida, que demuestra cómo la televisión tradicional debe cambiar su forma de entender las emisiones para adaptarse cada vez más a la pujante “audiencia social”.

El fenómeno no es nuevo. En los últimos años, el Festival de Eurovisión ha sido el programa de televisión con mayor alcance (participación, comentarios generados, número de usuarios interactuando) en redes sociales como Twitter, batiendo incluso al fútbol en cuota de interés, tanto en España como en otros países europeos. Únicamente la Super Bowl estadounidense genera tanta expectación y conversación en las plataformas sociales como el eurofestival.

Los responsables del certamen han visto en las redes un filón. Hasta el año pasado, por ejemplo, los ensayos se realizaban a puerta cerrada y se tenía que “luchar” para que no se produjesen filtraciones de las grabaciones, algo cada vez más difícil de lograr desde que cualquiera tiene en la palma de su mano un teléfono móvil con conexión a Internet.

Sin embargo, en esta edición del festival se ha decidido alimentar el ansia de información de los espectadores emitiendo estos contenidos a través del canal oficial de Eurovisión.tv en YouTube. En esta plataforma, los nuevos espectadores pueden encontrar cada día no sólo imágenes y vídeos exclusivos de lo que sucede en Lisboa, sino contenidos específicos creados para la red social: entrevistas con los cantantes, reportajes sobre la ciudad… todo pensado para una audiencia 2.0 que no sólo no resta audiencia a las emisiones tradicionales, sino que las complementa y logra sentar a más personas al frente de la pantalla.

Es la nueva narrativa transmedia en la que la televisión tradicional debe basar sus contenidos: todo forma parte de una misma historia que se va desgranando a través de distintos canales: televisión tradicional, redes sociales e incluso otros soportes tanto físicos como digitales. Hacia ella va la nueva televisión.

Precisamente los representantes españoles en el festival, Amaia y Alfred, proceden de un programa concurso que ha sabido entender antes que nadie en nuestro país cómo debían utilizarse las redes sociales y cómo es necesario crear contenidos audiovisuales específicos para ellos. “Sin las redes sociales, el programa no habría tenido el éxito esperado, quizá ni hubiera existido”, señalan Belén Pueyo y Elena Gómez, del equipo digital de Gestmusic. Aparte del buen trabajo de casting y de realización, gran parte del boom del renacer de Operación Triunfo encuentra su explicación en una nueva forma de entender la televisión, creando un canal 24 horas de emisión única a través de Internet, desarrollando una estrategia clara y definida que no rivaliza con las emisiones semanales, sino que lleva hacia ellas al público en volandas.

Eurovisión ha seguido este año el mismo patrón. Cada día los ensayos han sido tendencia en Twitter, plataforma en la que incluso se han creado hashtags específicos para el certamen, que despliegan iconos de apoyo a cada uno de los cantantes o muestran el logotipo del festival para ordenar y animar la conversación.

El certamen volverá a ser líder en audiencia social en la final del próximo sábado, en la que Alfred y Amaia se medirán a otros 24 participantes europeos y, posiblemente, se vuelvan a vivir cotas históricas de audiencia también en televisión. El tirón de Operación Triunfo y la expectación generada en redes sociales logró que el pasado martes la retransmisión de la primera semifinal de Eurovisión cosechara un 4,4% de audiencia en La 2 de TVE, duplicando las cifras logradas tan sólo un año antes.

Los espectadores quieren elegir cuándo y dónde ver la televisión, pero también que se les cuente una historia envolvente de la que ellos mismos puedan participar. Además de tener acceso a contenidos exclusivos, pueden adquirir productos en distintos soportes (DVD, CD, revistas…) y participar también decidiendo lo que quieren ver o a quién quieren hacer ganador.

Las redes sociales han cambiado el modelo comunicativo tradicional para hacerlo bidireccional. Los usuarios no sólo reciben mensajes o programas de televisión, sino que también quieren ser escuchados, acceder a contenidos exclusivos y participar de todo el proceso de forma natural, con transparencia y honestidad. La misma que Alfred y Amaia, baluartes sin saberlo de esa nueva televisión transmedia, defenderán sobre el escenario del Altice Arena lisboeta el próximo sábado. La misma que les llevó hasta ahí y que llevó a su programa a protagonizar una auténtica revolución nacional.

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