Esteban Hernández: “La izquierda no ha entendido la expresión ‘perdedores de la globalización’ ”

  • Entrevista al autor de 'El tiempo pervertido'

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Esteban Hernández es periodista, actualmente en El Confidencial es jefe de Alma, Corazón y Vida, la sección que analiza los cambios socioeconómicos que se están produciendo. Ha colaborado en periódicos como La Vanguardia o El Mundo, y en un buen número de revistas culturales. Autor de El fin de la clase mediaNosotros o el caos y Los límites del deseo, recientemente ha publicado en Akal El tiempo pervertido.

Con motivo de esta publicación, le entrevistamos en cuartopoder.es, ahora que llega el periodo de descanso navideño y podemos disfrutar de más tiempo para la lectura. El tiempo pervertido es una guía de las fuerzas políticas que se están desarrollando en este S.XXI. Alabado por politólogos, teóricos e intelectuales de renombre, muestra una radiografía que ayuda a entender el giro conservador que estamos viviendo y profundiza en las mediocridades de la izquierda.

— En el libro habla de la ideología. Un aglutinante importantísimo para organizar la sociedad y las cabezas en el S.XIX y XX. ¿Qué rasgos destacaría de la ideología hoy?

— Hay una ideología dominante que tiene rasgos que no parecen ideológicos, te lleva a ser una persona conectada con los tiempos, es decir, saber situarse en los entornos laborales correctos. Por otro lado, hay una incitación a acoger elementos modernos como tener una buena apariencia física incluso teniendo muchos años, tener una actitud positiva, pensar que los tiempos pueden ser difíciles pero saldremos bien de todo. Hay muchos elementos de juego que se ve en los concursos televisivos populares. Todos estos elementos los hemos asumido de una forma común.

Por otro lado, en el  tema económico, elementos ultraortodoxos de la economía neoliberal han impregnado la gestión de las empresas, los estados, instituciones internacionales… Si sumamos esas dos cosas principales, podríamos obtener la ideología dominante de hoy.

— Además, en el libro habla de la importancia de la tecnología para percibir el mundo y situarnos en él. El libro se publicó antes de las elecciones andaluzas, de la irrupción de Vox en las instituciones. Vox ha apelado, de alguna manera, a un sector de población que se podría calificar de provincias, quizás alejado de la revolución tecnológica, pero por otro lado las redes sociales y Whatsapp han jugado un papel fundamental en su campaña. ¿Cómo valora esto?

— Hay una situación muy contradictoria. Una idea muy dominante en los sectores progresistas cercanos a los partidos viejos socialdemócratas e, incluso, al centro de Macron, pero también en algunos sectores de la izquierda más allá del PSOE que es que la brecha tecnológica decide la posición política. Si vives en entornos urbanos, conectados, joven, serás progresista; si vives en un entorno rural, serás conservador. Creo que es una idea falsa. Situar a los votantes de derechas entre los viejos no tecnológicos, gente atrasada y enfadada,mientras la gente que vota progresista es moderna, actualizada y tiene una mentalidad más abierta es parte de la ideología también de nuestra época y, además, no responde a la realidad.

En segundo lugar, la tecnología juega un papel muy importante en la difusión de noticias, falsas y no falsas. El mayor canal de difusión de noticias es Google, que se permite rentabilizar nuestras noticias, y Facebook. Después de eso, está todo lo que se difunde por Whatsapp. Todo esto pertenece a Facebook. Hay unos nuevos mediadores que tienen un papel esencial a la hora de difundir las noticias que llegan a la gente. No podemos olvidar eso a la hora de entender el nuevo panorama político porque, si nos fijamos desde el Brexit hasta la victoria de Trump, la gran mayoría de los medios estaban a favor de posturas progresistas, pero el resultado fue que ganaron el Brexit y Trump. Esto es así porque tenían otros canales de comunicación que, además, tendían a alejar a la gente de los canales oficiales.

Andalucía juega un papel con sus especificidades. No podemos olvidar que el PSOE llevaba 40 años en el poder, que hay unas zonas con una emergencia de población, con una derecha que lleva mucho tiempo perdiendo y puede adoptar factores más fuertes. Whatsapp no tiene la culpa de lo que los progresistas han hecho mal. La gente no es tonta y fácil de engañar, me parece una explicación fácil.

— ¿Qué han hecho mal los progresistas para que el populismo de derechas está irrumpiendo con fuerza?

— No magnificaría Andalucía, Vox ha sacado un 10% y es el quinto partido, no ha ganado las elecciones. Pero es cierto que hay un movimiento grande a nivel internacional e este sentido. Si analizamos los grandes líderes internacionales, tenemos a Trump en Estados Unidos, a Bolsonaro en Brasil, a Putin en Rusia, Erdogan en Turquía, Netanyahu en Israel, Polonia, Hungría, China… Es un movimiento global de líderes que no podemos tachar de débiles o poco democráticos.

Nos toca de cerca porque las derechas en Europa han tenido un doble muelle. Esa alternancia de los dos grandes partidos que se iban alternando en el poder ya no existe. En el mejor de los casos, ha quedado uno de ellos. Lo que ha surgido son tres tipos de derechas. La de los países del este, muy nacionalista, religiosa, anti Soros pero no anti Estados Unidos. En ella, el componente migración es importante pero lo que es decisivo es considerar a Rusia como enemigo.

Hay otra derecha, minoritaria en sus países, que no tiene opciones de gobierno, como la AfD alemana o los suecos y su función es llevar al resto de partidos, no solo de derechas, a posiciones más duras. El mejor ejemplo de esto lo tenemos en el Brexit, el UKIP era minoritario, ahora no tiene casi ninguna representación, pero consiguió arrastrar a los conservadores británicos hasta posiciones más duras hasta el punto de que ya han abandonado la Unión Europea. En este contexto está Vox, no es un partido con opciones de gobierno pero arrastra a la derecha hacia otra lugar.

Luego hay otra derecha, la populista del sur de Europa, como la de Le Pen o Salvini y Di Maio. Tiene algún componente nacionalista y religioso, pero, sobre todo, un componente social muy importante, como Trump. Estos tienen opciones de gobierno, son partidos de mayorías. Respecto a esta última opción, han empezado a conectar con capas de la población que están pasando por un momento delicado y son parte de su electorado. No solo les votan los muy religiosos o los fascistas, también es gente que percibe que el futuro puede ser malo y reaccionan entendiendo que la solución no es tanto la lucha de clases, sino la lucha de territorios. Creen que yendo sin la Unión Europea y sin inmigrantes les va a ir mejor, que van a solucionar el problema social a través del cierre nacional.

Frente a esa situación, la izquierda ha hecho muchas cosas mal, pero la principal es no haber sabido identificar qué hay debajo de esa expresión de perdedores de la globalización. A veces porque piensa en términos antiguos refiriéndose a los obreros de siempre, a veces porque piensa que la suma de las minorías con las mujeres será la nueva fuerza que se oponga al fascismo…

El tema esencial es la globalización y tiene un montón de perdedores. Las clases obreras de viejo cuño, gente del sector servicios que no pueden cubrir su subsistencia, profesionales pauperizados de sectores que antes eran seguros, como empleados de banca, abogados, periodistas… Están los pequeños empresarios, desde la tienda de barrio hasta algunos fabricantes que tienen difícil tener recorrido. Tenemos pensionistas que pierden nivel de vida, familias pauperizadas porque han tenido que repartir recursos entre todos… Todas estas capas sociales y que se pueden ampliar a las capas medias altas nacionales que son más favorables a la derecha populista son clases perdedoras a las que la izquierda no ha sabido dirigirse. Si la izquierda hubiera tenido un mensaje para esta gente, hubiera tenido más recorrido. Los perdedores de la globalización no han encontrado en la izquierda su apoyo.

— En este sentido, Monereo, Anguita e Illueca escribieron un famoso artículo en cuartopoder.es, ‘¿Fascismo en Italia? Decreto Dignidad’. Proponían una mayor soberanía nacional frente a la Unión Europea y sus poderes que no han sido elegidos democráticamente. ¿Cree que van por ahí los tiros?

— Me sorprendió el nivel de hostilidad de la izquierda a las tesis de Monereo, Illueca y Anguita, también a las tesis de Daniel Bernabé. Me sorprendió hasta cierto punto. Había llegado una nueva izquierda que creía que iba a tener más recorrido y opciones de gobierno y cuando se han dado cuenta de que no va a ser así, de que está más cerca de la desaparición que del gobierno, rechazan a quien pone en cuestión sus posiciones.

Sobre la postura de los tres autores, tenemos que entender dos aspectos. El primero, la configuración del mundo, tal y como está ahora, hay zonas geográficas a las que le viene bastante mal y España es una de ellas. Por otro lado, también hay capas sociales a las que le viene bastante mal, el 80% de la población española. La UE está organizada de tal manera que Alemania marca la pauta y está supeditada a sus intereses. La UE tiene unas deficiencias enormes de poner límites a los fondos de inversión y grandes tecnológicas que están captando recursos de las sociedades del continente. Uno no puede pensar que esta UE tenga validez.

La segunda parte. En un contexto como el actual, geopolítico, el mapa del mundo establecido tras la caída del mundo ha cambiado enormemente. Hay dos potencias, una económica, Estados Unidos, y otra emergente, China. Están en guerra comercial y en plena competición. Europa está saliendo perdiendo y va a perder más todavía. En ese sentido, haciendo la batalla por nuestra cuenta no es posible. Necesitamos aliados porque España no tiene nada de los esencial, ni energía, ni capital, ni armas, ni tecnología. Pensar en una opción soberana que vaya por sí misma es irreal. El problema es con qué socios o a quién nos vamos a subordinar para que vaya bien.

Mi posición es que una Europa fuerte, que ejerciera como tercera potencia mundial, sería favorable para pelear en este contexto geopolítico. Desde luego, no tendría que ser esta UE. Una coalición europea sería de las mejores condiciones para España.

— ¿Cómo valora aquellas experiencias de gobierno en la UE de la izquierda, como Portugal y Grecia?

— Mal. En Grecia gobierna la izquierda plenamente al dictado de Bruselas y Portugal igual. Otra cosa es que Portugal esté más estabilizado. Nosotros hemos mejorado también ciertos números desde la crisis pero eso no supone mejoras para la ciudadanía. La crisis no es paréntesis en una trayectoria ascendente, es un elemento más de un cambio de sistema en el que cada vez las clases medias y las obreras vamos a vivir peor. Esto es un cambio de sistema que ya existe. Si frente a ese cambio de sistema, queremos mirar ciertos números macro, no es mi opción. La desigualdad ha disminuido, los servicios públicos también porque hay que pagar la deuda que cada vez es mayor. Un gobierno contemporizador con eso no se mete en líos, pero es poco útil, no le veo la capacidad de mostrarse como modelo de nada.

— También en el libro hace referencia a que tanto desde izquierda como desde derecha se pone en tela de juicio la institucionalidad de la democracia liberal. ¿Qué riesgos y oportunidades ve en esto? En el caso de la Justicia española lo vemos muy claro.

— Para mí es algo profundamente negativo. Cuando hablamos de instituciones hablamos de la Justicia, pero también del periodismo, de la medicina… No hablamos exclusivamente del funcionamiento del Parlament. Estamos viendo cómo la lógica democrática ha perdido un enorme peso en relación a la lógica económica y financiera, todo está subordinado a esto y esto es negativo. El hecho de que el periodismo esté cada vez más supeditado a elementos económicos y partidistas es negativo. El hecho de que la medicina esté supeditada a elementos económicos y no pueda seguir su lógica propia es profundamente negativo. Así podemos seguir…

Esto genera problemas políticos, sociales, pero también entre los profesionales de esos sectores. Si el médico tiene que hacer mal su trabajo porque no tiene medios, vive en un entorno bastante malo para él y para su trabajo. Este es el precio de perder las instituciones, no le veo ninguna oportunidad a esto.

2 Comments
  1. florentino del Amo Antolin says

    El señor Esteban se olvida de una cosa, que en este País núnca se analiza: Aquí ganó el fascísmo, con una involución y miles de asesinados, con una iglesia con derechos de pernada hasta hoy día… Cuarenta años de dictadura y otros cuarenta con una monarquía que juró los Principios Fundamentales del Movimiento, ( ese que nos dejó un millón de muertos ). Que las burguesias del regimen se dotaron de un instrumento escrito por una mayoria comprada por el yugo y las flechas; esos siete Padres de tal artilugio, estaban bien pagados… ¿ en que País de Europa pasó esto ?. ¿ La España guerracivilísta la copiaron otros estados ?. ¡ El capitalismo se viste de cordero global !. Hombre, Grecia tuvo la dictadura de los coroneles, y… La votación prefirieron República. Portugal, con la dictadura de Salazar… El ejercito le entregó el poder al púeblo; en la revolución de los claveles… ¡ Aquí sufrimos un 23 F y entraron en el Congreso ametrallando la voluntad popular !. Aquí, funcionó un bipartidismo camuflado hasta hace muy poco, que no rompe amarras con el pasado; un ¿ ejemplo que desmienta esto ?.
    Critica a la izquierda, que parece culpable de todo lo que pasa por el orbe global. Amigo, el capitalismo depredador, tiene sus fábricas de medios y de fundaciones al abrigo del temporal de clase; dirigiendo sus medios bien lubricados y protegidos. Una justicia unida jamás será vencida y si la pone el mismo Gobierno mejor. ¿ Es homologable en Europa ?.
    Nada tiene logica, a lo sumo desesperación porque hay actores sociales, impregnados de posibilismos demoscopicos con intenciones de que nada cambie; unas izquierdas hace tiempo vendidas a las puertas giratórias, engrasadoras de un pasado sin resolver, sin desclasificar y sin admitir que la herencia de una dictadura es un lastre Insuperable !. https://uploads.disquscdn.com/images/fd8af77a07abeff724a1c5e555e547c35ccd3702a69f7e43d45900b3c4c51694.jpg

  2. k gb says

    _Este entrevistado no hace mas que tapar la realidad :

    el atraso tecnologico del medio rural que el PP$-e se ha dedicado a PPerpetuar= desinformación

    -Hasta el PP$:e neoliberañl ha qedado blanqeado con Vx
    como en ls demas paises de la UE etc

    -la mayoria de medios son de izdas ?,…JJJJJJJJAAAAA

    la nueva milonga de quien sabe que gana manipulando
    – En Italia Salvinio todo el dia calentando la cabeza a la gente con que ya no pueden venir mas,

    no hace casi otra cosa,salv qe no ataca a ls muiltinacionales que provocan exodos…
    -no son democratas quiens usan las amenazas y mentiras para llegar al poder en la democracia y luego la dstruyen desde ahi
    -ls perdedores de la globalizacion son la mayoria obrer@s gente formada para trabajar como peones y sin estudios superiores y ad+ estan tbn quienes eran clase media y han sido engañados por el PP-PP$.e

    -esa es la UE del PP , de la derecha , neoliberal

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