‘Mundo obrero’: cuando la plaza roba el protagonismo al palacio

  • La obra, escrita y dirigida por Alberto San Juan, se representa en el Teatro del Barrio hasta el 2 de octubre

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“La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, afirmaba Salvador Allende, poco antes de ser asesinado, desde el Palacio de la Moneda, que estaba siendo bombardeado. La historia la hacen los pueblos, pero la escriben aquellos vencedores del reguero de conflictos que la humanidad va dejando en su paso por el tiempo. La historia, repleta de nombres propios, avanza gracias a un sinfín de anónimos que pocas veces serán recordados en las páginas.

Mundo Obrero, obra de teatro escrita y dirigida por Alberto San Juan e interpretada por él mismo, Luis Bermejo, Lola Botello y Pilar Gómez, se representa en el madrileño Teatro del Barrio hasta el miércoles 2 de octubre. Una comedia musical que inserta al espectador en distintas épocas, desde la Semana Trágica de Barcelona, hasta la actualidad, a través de dos protagonistas, Luis y Pilar, que simbolizan distintas generaciones de clase obrera y cómo se enfrentan a cada momento poniendo su amor por encima de todas las cosas.

Es septiembre de 2019, y España se divide entre el hastío hacia la política que se arroja hacia unas nuevas elecciones generales, tras la incapacidad de Pedro Sánchez de formar gobierno durante casi cinco meses, y la inseguridad que producen los titulares alarmantes: una nueva crisis económica se aproxima. Es septiembre de 2019 y en el escenario del Teatro del Barrio la obra Mundo Obrero se hace más actual que nunca: frente a las intrigas palaciegas que hoy tienen lugar en las sedes de los partidos, donde se diseñan de nuevo discursos de campaña, y los spin doctors someten a la ciudadanía a un nivel de estrés elevado, frente a esto, la calle y las relaciones personales como única certeza frente a los abusos del poder contra las mayorías en el transcurso del tiempo.

Es septiembre de 2019. Un total de 200 familias de distintos barrios de Madrid se organizan contra la subida abusiva del precio de los alquileres que les puede dejar en la calle. Tal y como adelantó cuartopoder.es, Fidere, la socimi de Blackstone, lleva a cabo una política de encarecimiento de precios de la vivienda que amenaza a 10 bloques enteros en la capital. Septiembre de 2019, ciudades de todo el mundo celebran manifestaciones multitudinarias de personas anónimas que reclaman a los gobernantes medidas eficaces y urgentes contra el cambio climático, una realidad que ya es una emergencia global.

Las canciones de Santiago Auserón crean el ambiente en la comedia, los acordes que saca San Juan de la guitarra, los ritmos que impone la batería, nos van dibujando paisajes y paisanajes, épocas, en un escenario casi vacío, con pocos elementos escenográficos. Luis Bermejo tira de recursos de clown para sonsacar carcajadas en el público. Y es que podía ser una tragedia, pero la elección es contar lo que ocurre a través de la comedia, de la risa. Reírse de uno mismo y sus desdichas, quitarle importancia al infortunio para fortalecerse de cara a lo que puede llegar en el futuro. "De aquello de lo que te has reído, ya no puedes tener miedo", decía un profesor. Y es que la vida se impone, a pesar de los pesares, como demuestran los distintos luises y las distintas pilares que van apareciendo y desapareciendo mientras se desarrolla la función.

La historia siempre recuerda a una minoría que tuvo entre sus dedos el poder, la capacidad de imponer una versión. Y olvida a las masas que la construyeron. La historia la hacen los pueblos, pero la escriben unos pocos, decíamos. Y es hoy cuando nuevos problemas se asoman a la ventana y nos anticipan un futuro que no tiene por qué ser mejor que el pasado. La gente anónima que nunca sale en los periódicos demuestra hartazgo, se ve en las encuestas, por quienes deberían trabajar en la solución de unos problemas que deberían tener solución, los políticos. La intrahistoria, otra vez, será olvidada en los libros del futuro. Cuando no llevamos ni un quinto del siglo XXI, podemos intuir que no tiene por qué ser mejor que el funesto siglo XX. Llegan las dudas.

Y en España, hoy, mientras los problemas reales sociales crecen, la historia la escriben unos pocos. Los medios de comunicación rellenan sus espacios ávidos de inmediatez con la contienda que se disputa en el plano electoral. Los políticos son los protagonistas, los electores pasan a un segundo plano. Las encuestas rellenan de interpretaciones cuantitativas las tablas estadísticas, pero no son capaces de recoger los humores cualitativos que se transmiten de boca a boca, de mirada en mirada.

Los personajes de Mundo Obrero sacan a la luz, con una actitud casi pedagógica, la simpleza de que es el conflicto social el que ha hecho avanzar a las sociedades. Las conquistas de los que, pelea a pelea, han ido avanzando en lentas fluctuaciones. Los libros hablarán, en un futuro, de la inestabilidad política, de las cuartas elecciones generales en menos de cuatro años. Sin embargo, está en la calle, en la plaza, aquello que dota de sentido las sofisticadas discusiones de los palacios. Esta obra dota de protagonismo a la gente común, y eso la hace necesaria en los tiempos que corren.

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