El sector oficial baraja suspender cautelarmente los derechos del PSC en el PSOE

El sector mayoritario del PSOE está estudiando la posibilidad de suspender o restringir, al menos temporalmente, los derechos que establece el protocolo que vincula el PSOE y al PSC, que data de 1978, y que, por ejemplo, permite a los socialistas catalanes formar parte de los órganos de dirección del PSOE y tener voz y voto en la toma de decisiones del partido, pero no así al PSOE en los órganos del PSC. No hay reciprocidad ni nadie se había planteado que la hubiese hasta que la relación PSC-PSOE empezó a agrietarse.

Diversas voces del sector mayoritario aseguran que, para ser justos, esa relación desigual debería ser revisada, máxime cuando los socialistas catalanes han roto de forma "unilateral" la unidad de acción entre ambos partidos, según denunció recientemente el comunicado que hizo público la Comisión Gestora que dirige Javier Fernández, pero que esa es una decisión que ni debe ni puede tomar la Gestora, ni tampoco debe tomarse de forma apresurada. Sin embargo, no quieren que, en esta ocasión se repita lo que sucedió en 2013, cuando los diputados del PSC, excepto la exministra Carme Chacón, rompieron la disciplina de voto al apoyar el "derecho a decidir" en una iniciativa parlamentaria de CiU, en contra del criterio y la voluntad del PSOE. Entonces, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, decidió crear una comisión para revisar ese protocolo. En aquella ocasión, la comisión se creó, pero pasó el tiempo y nunca llegó a tomar decisión alguna. De hecho, el episodio  quedó en el olvido.

En esta ocasión, el sector oficial no está dispuesto a dejar pasar una nueva indisciplina del PSC.  Y, mientras el Comité Federal encarga a quien corresponda los trabajos de revisión, quieren que se tomen medidas cautelares, como la retirada de los derechos del PSC que, pese a ser un partido distinto con sus propios estatutos, tiene los mismos derechos que cualquier federación socialista.

Esa posible retirada de los derechos adquiridos, de aprobarse por el Comité Federal y mantenerse en el tiempo hasta después de la celebración de las elecciones primarias para nombrar al secretario general, que preceden a la celebración del Congreso Federal socialista, supondría un mazazo para las aspiraciones de Pedro Sánchez de concurrir a esas primarias y volver a recuperar, con el voto de la militancia, el liderazgo del PSOE.

Sánchez y su entorno son conscientes de que  el socialismo catalán, que representa el tercer territorio en volumen de militancia dentro de la familia socialista, podría dejar literalmente, fuera de la carrera al ex secretario general, porque, hoy por hoy, es el territorio donde creen contar con más adeptos, llegado el momento de acudir a las urnas. Ya sea por simpatía, convicción o fe en Sánchez, o por rechazo a la visión del socialismo que ofrece la andaluza Susana Díaz, pero el PSC es sobre el papel, uno de los principales graneros de voto de la militancia para Pedro Sánchez. Y desde el sector oficial, decidido a combatir cualquier posible conato de regreso de Sánchez, no ha pasado por alto ese "detalle".

Con todo, quienes acusan al PSC de haber "traicionado" a su partido hermano, argumentan que, en palabras de un miembro de la actual mayoría "si estaban decididos a votar en contra y tomar sus decisiones a pesar de todo, no deberían haber acudido al la reunión del Comité Federal y mucho menos haber tomado parte en la votación. Porque si votas y participas en el debate y la toma de decisión, no puedes después negarte a acatar el resultado, que es lo más democrático y saludable".