Miembros de la dirección nacional del PP piden la dimisión de Esperanza Aguirre
Miembros de la dirección del PP próximos a Mariano Rajoy y del PP madrileño no ven otra salida desde que ayer estalló la "Operación Lezo" –relativa a operaciones presuntamente corruptas en el Canal de Isabel II y que, de momento, se ha saldado con 12 detenciones, entre otras la del expresidente madrileño Ignacio González– que una dimisión con carácter inmediato de Esperanza Aguirre, su predecesora y mentora.
Desde primera hora de la mañana de ayer, tras conocerse la noticia de la detención de González, los cañones de Génova –tanto en el PP nacional como en el de Madrid– apuntaban a Aguirre. Su dimisión en su día como presidenta del PP madrileño por lo que entonces argumentó era una responsabilidad "in vigilando" en los casos de corrupción que se habrían producido durante su mandato y perpetrado, presuntamente, por gente de su más estrecha confianza, les resulta ahora "muy insuficiente", en palabras de uno de los miembros del PP nacional.
Otras fuentes consultadas por cuartopoder.es comentaban abiertamente que "cuando tienes a tu mano derecha (en alusión a Ignacio González) en el calabozo y a tu mano izquierda (Francisco Granados) en la cárcel, no puedes seguir ostentando un cargo de representación del PP, porque estás dañando al partido". Quienes son ahora mayoría en el PP y dicen haber sufrido a "Aguirre y sus maniobras contra Rajoy" se apuntaban ayer al clamor ‘popular’ contra la exlíderesa sin ambages.
Pero también en el PP de la Comunidad de Madrid había quien, quizás, olvidaba el discurso oficial de la presunción de inocencia y recordaba perfectamente a quien fuera su jefe de filas y su "elevado nivel de vida". Un miembro del Ejecutivo regional decía que "muchos, que conocíamos el sueldo, porque es oficial, de Ignacio González, tanto como vicepresidente como en calidad de presidente de la Comunidad, nos preguntábamos de dónde saca pa´tanto como destaca´, pero, por lo que parece, Esperanza Aguirre jamás se hizo este tipo de preguntas".
Parece claro que buena parte del PP da ya por amortizada a Esperanza Aguirre, quien fuese otrora símbolo de éxitos electorales y prosperidad en el partido. A golpe de decisión judicial, a pocas horas de que tenga que ser ella misma quien declare en calidad de testigo ante la Audiencia Nacional, y tras un Congreso del PP madrileño en el que la candidatura auspiciada por el aguirrismo obtuvo un resultado casi testimonial, hay también quienes le pasan factura ahora, ya que en su día no pudieron ni toserle. Mientras, su entorno, un reducto de fieles que le han acompañado hasta el final, asegura que la lideresa baraja la posibilidad de dimitir, no por ningún clamor, sino porque ella "tomará la decisión mejor para su partido y la comunicará cuando estime oportuno".
