Familiares de migrantes argelinos y tunecinos desaparecidos: “Queremos saber qué ocurrió”
- El hijo de Berdai (Argelia) había visto que le denegaban el visado hasta en tres ocasiones. Decidió optar entonces por la vía irregular
- La última vez que Souad habló con su hijo fue cuando él le llamó desde el barco para pedirle perdón por haberse marchado sin avisar
A Berdai Aldjia Belabed, una madre de Annaba (Argelia), su hijo no le dijo que tenía previsto abandonar su país para alcanzar la costa europea. La familia tenía una buena situación económica, pero Mérouane, que entonces tenía tan solo 26 años, se decidió a abandonar el país en 2007 en una patera junto a una decena de personas. Tenía inquietud por averiguar cómo se vivía fuera de Argelia. Desde entonces, se perdió su rastro y está en paradero desaparecido.
El marido de Bedai Aldjia fundó el Colectivo de Familiares de Harraga Desaparecidos de Argelia y el despacho donde solía trabajar se ha convertido en un lugar donde llegan cientos de familias de argelinos a pedir ayuda. Harraga significa “los que queman” y se refiere a los migrantes que queman su documentación para evitar ser deportados una vez alcanzan el continente europeo. Este grupo, que no es una entidad reconocida debido a que el Gobierno argelino es estricto con las organizaciones civiles, empezó en la ciudad de Annaba, pero ya atiende a unas 400 familias de todo el país que tienen a migrantes desaparecidos.
Como otros muchos jóvenes, el hijo de Berdai había visto que le denegaban el visado hasta en tres ocasiones. Decidió optar entonces por la vía irregular. “Él no quería salir porque tuviera problemas económicos, sino porque era joven y tenía derecho a la movilidad”, explica Kouceila Zerguine, abogado del colectivo argelino, que trata de derribar los prejuicios sobre el nivel económico de los migrantes que muchas veces se tienen en Europa. “Hay muchas causas para migrar y todas ellas, ya sean a nivel político o social, le hacen un flaco favor al Gobierno. Hay mucha gente que abandona Argelia porque es muy difícil vivir ahí, por ejemplo, si piensas distinto o si eres una mujer y quieres una vida independiente”, señala.
Berdai y el abogado del colectivo han acudido a Madrid a un encuentro organizado por la Caravana Migrante de Italia y la caravana española Abriendo Fronteras, que han puesto en contacto a familiares de migrantes desaparecidos en la frontera sur de Europa y en la frontera de Centroamérica con EEUU para que compartan sus experiencias de búsqueda. Los argelinos acusan a su Gobierno de ignorar sus demandas porque "les interesa vender la imagen de que Argelia es un país turístico donde se vive bien”, explica Kouceila.
Pero la oleada de migración argelina dibuja un país del que escapar. En 2005 comenzó una emigración masiva que llevaba a emprender el viaje a 200 argelinos cada día, según calculan desde este colectivo. Además de la cifra desconocida de miles de inmigrantes atrapados en Argelia, el hermético régimen argelino, tampoco da a conocer el número de compatriotas que abandonan el país ni los que mueren en el Mediterráneo tratando de alcanzar las costas europeas. Desde Harraga Desaparecidos indican que además de los peligros del mar, los migrantes argelinos caen en redes de tráfico de órganos o de explotación laboral. Sin números, es como si no existieran. “No hay posibilidad de tener una cifra oficial de desaparecidos porque no hay una institución que se dedique exclusivamente a cuantificar a los migrantes”, resume Kouceila.
Por otro lado, el colectivo de familiares de desaparecidos de Túnez La Terre Pour Tous ha logrado, con la movilización, obtener alguna respuesta de su Gobierno, aunque la lucha es igual de ardua. Imed Soltani busca a sus dos sobrinos desaparecidos Belhassan Soultani y Slim Soultani, de 23 y 25 años de edad, quienes se embarcaron rumbo a Europa en marzo de 2011 para poder conseguir trabajo y poder ayudar a su familia. “Fue cuando la Primavera Árabe y las fronteras estaban más o menos abiertas”, explica.
A esta familia les llegó un vídeo que mostraba su detención en Mineo (Sicilia), el centro para inmigrantes más grande de Europa que fue clausurado por el ministro de Interior de Italia, Matteo Salvini, el pasado mes de febrero. El caso es parecido al de Souad Zaidi, una madre tunecina que se unió a La terre de Tous después de la desaparición de su hijo Mohamed Ali Sori y sus dos sobrinos, quienes emprendieron un viaje a escondidas de su familia. La última vez que hablaron fue cuando él le llamó desde el barco para pedirle perdón por haberse marchado sin avisar. Desde entonces, se encuentran en paradero desconocido.
La Terre Pour Tous ya atiende los casos de 504 familias. “Muchas de las familias están atendidas por médicos y psiquiatras. El único remedio para ellas es saber la verdad, saber qué ocurrió y poder llorar a sus muertos”, explica Imed. La asociación, según narran, logró reunir sus casos de desaparecidos entre los años 2011 y 2012 en un documento que el Gobierno de Túnez envió a Italia, pero desde 2017 el Ejecutivo italiano ni siquiera responde. El silencio al otro lado del mar es estrepitoso. Ahora estas familias buscan acercar su realidad a Europa y concienciar de la problemática de los migrantes desaparecidos, ni muertos ni vivos, que les impiden poner punto final a la tragedia.