LA RECONSTRUCCIÓN SOCIAL

Las ‘costureras’ de Quintana que cosen pañales para familias en apuros

  • En la zona de Quintana y Pueblo Nuevo un grupo de vecinos se ha organizado para coser mascarillas, levantar una despensa solidaria y diseñar pañales reutilizables
  • Son productos caros, muy usados y que se donan poco, así que optaron por coserlos
  • Además de utilidad social, son buenos para el medioambiente, ya que reducen el consumo y están hechos con material reciclado

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Mientras en la Comisión del Congreso de los Diputados se habla sobre reconstrucción, en los barrios madrileños hace ya tiempo que comenzaron a tejer hilos. A veces, literalmente. En la madrileña zona de Quintana un grupo de vecinos se ha organizado para coser mascarillas, levantar una despensa solidaria y diseñar pañales reutilizables para familias en apuros económicos. Antes de la crisis de la covid-19, uno de cada cuatro niños en España estaba en riesgo en pobreza. Ahora, podrían ser más. Por eso, un grupo de personas voluntarias se ha puesto en marcha para repartir productos en la Asociación de Vecinos de Quintana y en la asociación cultural Jara, en Pueblo Nuevo.

La crisis de la covid-19 ha hecho que se desborden las necesidades en los barrios y lleguen nuevos perfiles a los bancos de alimentosAseguran que la crisis de la covid-19 ha dejado a "mucha gente en situación de vulnerabilidad", no solo padres o madres. "Hemos recibido solicitudes de ayuda de personas de 20 años que acaban de llegar a España y que se han encontrado con esto. Son gente muy joven que no tiene para comer. Les hemos derivado a bares en los que hacían comida solidaria", rememora Paky Gómez de la asociación Jara, situada en Pueblo Nuevo

En Pueblo Nuevo ya se había organizado un grupo para coser mascarillas cuando la emergencia sanitaria era lo más urgente. Del mismo modo que variaron las necesidades ha variado la solidaridad de este grupo de vecinos. Después, montaron la "despensa" de Quintana y comenzaron a hacer acopio de todo tipo de materiales de primera necesidad, desde alimentos hasta productos de higiene personal. “Había muchísima demanda de pañales”, recuerda Almaïs Gervasini, una de las voluntarias del proyecto.

Este tipo de productos, al igual que las leches de bebé, suelen ser más caros. Por tanto, hay que comprarlos con el dinero de las donaciones. “Viendo que el coste de los pañales comerciales se llevaba parte del presupuesto y que convenía más reunir alimentos, nos propusieron hacer los pañales al grupo de costureras de mascarillas”, asegura Gervasini. Algunos voluntarios del grupo de mascarillas se ‘mudaron’ al de pañales de tela y se incorporaron algunos nuevos. En total, hay en este momento ocho ‘costureras’. No eran profesionales, pero algunas se encargan de cortar, otras de coser y aprovechan todos los materiales que caen en sus manos. 

Vídeos de Youtube e ingenio

Cuando tuvieron el grupo creado, vieron vídeos en internet, eligieron un modelo y añadieron algunas modificaciones para hacerlo más práctico y sostenible. Después se lo pasaron por Whatsapp a las demás. Cada una cose en su casa y hacen magia con todo tipo de materiales. Usan desde el “toldo de un cenador” hasta cortinas de baño de poliéster para el exterior. Para el interior tiran de camisetas o franela. La mayoría provienen de las donaciones de los vecinos, pero otros materiales como las gomas o el velcro, más escasas, tienen que comprarlas. “Las costeamos vendiendo las mascarillas por la voluntad en una farmacia del barrio”, explica Gervasini.

Completan el interior con unas gasas también donadas por las farmacia, configurando unos pañales lavables. Según la hora del día, las familias saben cuál deben utilizar. 

Ponérselo fácil a las familias

Durante las últimas semanas, estas mujeres se han convertido en improvisadas ‘costureras’, ‘economistas’ o ‘diseñadoras’. Todo entrecomillas porque han tenido que aprenderlo sobre la marcha. Intentan, en la medida de lo posible, facilitárselo a unas familias que están agobiadas por la incertidumbre sobre el futuro: “Decidimos hacerlo de manera que se asemejaran a los pañales comerciales. Es bastante fácil”, explica Paky Gómez de la asociación Jara, que forma parte del equipo de costureras. 

Estas mujeres se han visto obligadas a recuperar algo tan antiguo como los pañales de tela, mucho más ecológicos, pero que los padres y madres jóvenes ni siquiera han conocido. La mayoría están acostumbrados a los pañales desechables que se compran por paquetes en los supermercados. Por eso, les recomiendan que combinen los comerciales con estos de tela: “Bastante tienen con ser padres o madres con esta situación como para añadir trabajo en casa”, replica Paky, que también ve el lado positivo del asunto: “Si algunos se acostumbran sería fundamental para el medioambiente, es sostenible”.

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