Huelga de hambre para exigir la Ley Trans: “Queremos hechos, no palabras”

  • Este viernes es el tercer día de la huelga de hambre llevada a cabo por unas 70 personas de todo el Estado para exigir que se tramite la Ley Trans
  • “Esto es la culminación de un proceso porque ya no nos quedan más puertas a las que llamar”, indica Natalia Aventín, presidenta de Euforia Familias Trans-Aliadas y madre de un joven trans

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Este viernes es el tercer día de la huelga de hambre llevada a cabo por unas 70 personas de todo el Estado para exigir que se tramite la Ley Trans. Desde el miércoles, varias de ellas permanecen en la plaza que se encuentra en frente del Congreso de los Diputados para que los representantes parlamentarios se encuentren con su protesta todos los días. “Queremos hechos, no palabras”, indica a cuartopoder Mar Cambrollé, presidenta de la Federación Plataforma Trans.

Casi mes y medio después de que se hiciera público el borrador de la Ley Trans del Ministerio de Igualdad , siguen sin producirse avances en su trámite. Las leyes Trans y LGTBI no han llegado ni siquiera al “consejillo” previo que se celebra antes del Consejo de Ministros. La ministra Irene Montero ha acusado a los socialistas de bloquear aquello que contempla su acuerdo de Gobierno, mientras la vicepresidenta, Carmen Calvo, ha quitado hierro al desacuerdo. Tanto ella como otras feministas del PSOE han hecho pública su oposición a “la autodeterminación” del género en la que se basa esta nueva norma.

Esta parálisis desespera a muchas personas trans, que han decidido asumir una huelga de hambre para reclamar que se empiece a tramitar una ley que consideran urgente. Muchas de ellas tienen un largo historial por la defensa del colectivo y han participado en las consultas para elaborar leyes autonómicas. Algunas colaboraron ya con los distintos grupos parlamentarios para eliminar los requisitos que establece la 3/2007 para el cambio de sexo registral. Ese trabajo decayó con el fin de la anterior legislatura.

El hijo de Natalia Aventín, presidenta de Euforia Familias Trans-Aliadas, tuvo que esperar cinco años a que el Tribunal Supremo avalara el cambio de sexo en el Registro Civil por ser menor trans. Lo solicitaron cuando él tenía 12 años y lo lograron a los 17. “Esto es la culminación de un proceso porque ya no nos quedan más puertas a las que llamar”, indica. Preguntada por si su situación hubiera sido diferente con una ley trans aprobada, responde: “Hubiera podido dedicarme más a mi hijo y menos al activismo. Él no ha tenido muchos problemas, gracias en parte a mi lucha, pero no es así en todas las familias”, contesta.

Cansadas y algo doloridas después de dos días sin ingerir alimentos, Aventín y Cambrollé manifiestan cierta decepción ante la falta de empatía que dicen encontrar en la clase política. “Hacer política no es solo una estrategia, hay que hacerla con el corazón. La gente que depositamos el voto somos personas que tenemos trabajo, vidas, lloramos y sufrimos. La política no puede ser inhumana. Somos personas, no teorías”, comenta Cambrollé, quien considera que la polémica en torno a la Ley Trans está generando un clima de odio inaudito que propicia las agresiones a las personas trans.

Frente al Congreso hay varias personas en huelga de hambre que proceden de Euskadi, Aragón, Andalucía. La mayoría son de Madrid. Entre ellas, hay madres de menores trans y no binarias. Para Cambrollé la urgencia de esta ley tiene que ver con los derechos básicos de lo menores y las personas trans. “Es importantísimo que las nuevas generaciones y la juventud no sean cuestionadas por sus identidades ni en el ámbito escolar ni en el sanitario. Está en juego algo muy profundo que las mujeres ya consiguieron: pasar de ser sujetos tutelados por el Estado a ser sujetos de derechos”, explica.

También se encuentra en huelga de hambre, frente al Congreso, Rosa María Ortega. Explica que su hije tiene 15 años y género no binario. “Le costó mucho decirnos quien era realmente porque no hay referentes. Desde que lo hizo está feliz. Elle está en sus clases y soy yo la que tiene que estar aquí”, explica. El actual borrador de la Ley Trans contempla que las personas interesadas puedan omitir el sexo en sus documentos oficiales de identificación. Pero el colectivo no binario quiere que exista una tercera casilla y no solo aparezca en el DNI, sino también en el Registro Civil.

Estas activistas avisan de que continuarán con la huelga de hambre hasta que la Ley Trans llegue al Consejo de Ministros. En su defecto, exigen que el bloque de la investidura tome cartas en el asunto y presente una proposición de Ley Trans en el Congreso de los Diputados. “Necesitamos derechos. Y es preciso recordar que los derechos se garantizan para quien los necesita y no obligan a nadie”, sentencia Cambrollé.

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