Davos acusa a España, pero pasa olímpicamente de lo importante

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El economista Nouriel Roubini, el pasado miércoles, en la sesión inaugural del Foro de Davos (Suiza), donde dijo: "La economía española es demasiado grande para caer, y demasiado grande para ser salvada". / Jen Christhophe Bott (Efe)

La Cumbre de Davos es un evento privado anual que se ha convertido en el punto de encuentro de lo más granado de las economías, con asistencia pública y privada de lo más VIP. Una especie de retiro espiritual de lo financiero en el que las conclusiones deben ser guía a seguir en los sucesivos meses para países y empresas. La que se acaba de celebrar ha señalado a España como una de las grandes causas de zozobra mundial. Sigo alucinando cuando veo el enorme riesgo sistémico que nos atribuyen. Sin duda, otros países como Italia o Reino Unido están infinitamente mejor que nosotros, empezando por la transparencia de sus sistemas. Reino Unido ha sido ejemplar en términos bancarios y Berlusconi es una garantía de credibilidad en los mercados.

A mí no me gusta un pelo ese foro, ya que ha sido históricamente un templo en el que se han otorgado una pátina de respetabilidad los grandes gurús de los bancos de inversión estadounidenses. Los economistas jefes de Morgan Stanley, Merrill, Goldman, etcétera, nos han inundado de sabiduría en años anteriores y en éste ha ocurrido lo mismo.

En mi opinión, Davos debería estar hablando de la gran reforma financiera pendiente. Esta crisis global tiene origen anglosajón, no español. Los grandes bancos de negocios han sido los que han inflado la burbuja que estalló y cuyos efectos aún perduran. Han sido los artífices de estas titulizaciones interminables que tanto hincharon el globo inmobiliario a ambos lados del Atlántico (conviene no olvidar las subprime). Han llenado los mercados de derivados que al final no eran más que papelitos. Han ayudado a falsear las cuentas públicas de Grecia.

En España, por ejemplo, se acercaban a los ladrilleros que han emergido en estos años y tanto daño han hecho, con un esquema de “tírale una OPA o compra tal compañía. Yo te diseño la operación y te consigo la financiación”.  Ellos cobraban su sustancioso fee y a otra cosa. Qué más da que luego Metrovacesa, Colonial, Astroc, Martinsa-Fadesa  y etcétera hayan caído como lo han hecho. Ahí entraron todos esos bancos alemanes y británicos en las operaciones domésticas. Sin duda, por eso hay tanta preocupación ‘desinteresada’ por España, porque en su día estas entidades foráneas entraron con fuerza en nuestro país para hacer dinero fácil.

El gran asunto es la reforma financiera global. España tiene muchos problemas y el Gobierno de Zapatero seguramente no es el más indicado para abordarlas, pero ojo, exigir en meses un core capital del 8% a nuestras cajas es una medida draconiana no vista nunca. Veremos lo que pasa. De momento, la única caja de ahorros que ha caído es CCM, que tiene un riesgo sistémico monumental. Bancos ninguno.

España tiene mucho que trabajar y mejorar, porque tiene un gran drama de más de 4,5 millones de parados. Es preciso dotar de capital a las entidades financieras (y de liquidez). Hay mucho trabajo por hacer, pero los santones de Davos, los gurús de Wall Street e incluso algún que otro Nobel de Economía que escribe artículos en prensa a razón de 60.000 euros la pieza me merecen poquísima credibilidad. Lo que quiero es que salga el Banco de España y diga a cuánto asciende la fiesta. Es al único que creeré.

Davos debe pregonar una reforma en la que la banca tenga todo en balance y los grandes brokers no puedan seguir como si nada hubiera pasado.

1 Comment
  1. Ramón says

    Bombas fétidas para esa tropa. Hay que disolverlos, acabar con esos cínicos farsarios y rastreros.

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