Miles de padres y alumnos respaldan en la calle la huelga por la enseñanza pública

La multitudinaria manifestación celebrada ayer en Madrid en contra de los recortes en la educación pública dejó varias cosas claras. Entre los 90.000 congregados, según los sindicatos –decenas de miles en cualquier caso, un éxito-,  se podían encontrar miles de padres y de alumnos. Eso parece que significa que no estamos ante un conflicto laboral de un colectivo profesional, el de los profesores, ni ante una pataleta de una élite de privilegiados que tienen que trabajar dos horas más a la semana –así lo ha vendido haciendo gala de una irresponsabilidad grosera el gobierno de Esperanza Aguirre-, sino ante una lucha social en defensa de la dignidad de la educación pública, dicho sea, como la ocasión requiere, con toda solemnidad. Lo de las cifras debe de tener su importancia, o así lo debe de pensar el Gobierno madrileño, que en un ejercicio de lechuguinismo -no sé si será de tanto té o de qué-, la redujo a 5.000.

Otra de las cosas que quedaron claras es que los profesores secundaron mayoritariamente el paro convocado por CCOO, UGT, CSI-F, STEM y ANPE (hasta un 78%, según los sindicatos; un 43% según la Consejería) y que volverán a hacerlo hoy y, muchos de ellos, también mañana, ya que CCOO, la central mayoritaria en la enseñanza madrileña, ha prolongado la protesta hasta el miércoles. Y no parece que esta vez los trabajadores públicos  estén dispuestos a dar su brazo a torcer. Quizás estén hasta el gorro de recibir palos en las cenas de Nochebuena y de que todo el mundo se parta el  ¿culo? porque un día, de repente, así, sin más, el Gobierno le baja el sueldo un 5% a su hermana, a su cuñada. No paro de reírme, amigo.

Y así se lo advirtieron a la presidenta madrileña, a las puertas del Gobierno regional, los responsables sindicales, que, por un lado, imponen una condición: que se retiren las ‘instrucciones’ de este curso (que, entre otras cosas, han puesto en la calle a 3.200 interinos); y, por otro, reclaman a Esperanza Aguirre que abra un proceso de diálogo y se siente en una mesa a negociar.

Solo unas horas antes, la presidenta regional coincidía con el ministro Gabilondo durante la visita a un colegio para escenificar la apertura oficial del curso. Y lejos de mostrarse apesadumbrada, se echaba una risas quepaque a costa del titular de Educación, el audaz Gabilondo. “Yo lo que quiero es que dimitas por alentar una huelga política (ja ja ja)… A ti lo que te viene bien ahora es dimitir (ja ja ja)”. En qué manos estamos papá, me habría dicho, de haberlo tenido, mi hijo de cuatro años viendo el Telediario de ayer por la noche.

También ayer se celebraron concentraciones en todas las capitales de provincia de Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla y León, y en Santander, Murcia, Palma de Mallorca y Melilla. Y hoy mismo, y el próximo día 27, se celebra la huelga convocada en Galicia… El pulso se mantiene.