Rajoy se hace el gallego, de momento, ante una Merkel que quiere recortes que tapen su crisis interna

Mariano Rajoy ha comenzado sin alharacas la andadura postelectoral, después de un incontestable triunfo el 20N. Los que esperábamos un golpe de efecto rápido, sobre todo con la revelación del próximo ministro de Economía o de alguna reforma, nos estamos quedando con las ganas. Las presiones de Ángela Merkel, erigida en absoluta jueza europea, de los mercados o de las agencias de rating no le están acelerando su agenda. De momento. Por cierto, comienzan a mirar con malos ojos a la canciller en algunos foros.

El pasado lunes compareció María Dolores Cospedal después de la primera Ejecutiva del PP tras las elecciones y las expectativas eran altas. Pero nada. Ni un nombre, ni una medida, ni siquiera una fecha. A la secretaria general se la veía muy incómoda, como si le hubieran prohibido a última hora decir lo que tenía que decir y se hubiera visto obligada a improvisar, hablando sin decir nada.

La tranquilidad que muestra Rajoy está poniendo muy nerviosa a mucha gente. Empezando por las agencias de rating, que le reclaman medidas que sorprendan, pasando por los mercados: el Ibex fue ayer el peor índice de Europa ante la falta de noticias en España, mientras las Letras volvieron a colocarse por encima del 5% y parecen garantizar unas subastas muy costosas hasta la formación de Gobierno.

Y la Merkel ya está dando toques de atención, con un deje de impaciencia indiscutible. La alemana quiere recortes por doquier aunque rechaza la idea de los eurobonos, ya que le tocaría pagar más que nadie con estos instrumentos. Sin embargo, su economía también deja mucho que desear. Muchísimo. El martes, sin ir más lejos, Commerzbank, uno de los bancos más emblemáticos de Alemania, se hundió un 15% en Bolsa (81% desde marzo), ante la posibilidad de que sufra un agujero mucho mayor del temido. El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, ya ha dicho que la locomotora europea tiene mucho material en sus calderas que pueden hacerle gripar. “Tiene más deuda que España, aunque a nadie le interesa”, dijo.

Los deberes

Rajoy tiene mucho que hacer. “Nosotros tenemos lo nuestro, aunque si Rajoy hace los deberes, será una condición necesaria pero no suficiente para salir de la crisis”, indica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney.

Hay mucho por hacer, sin duda, pero deben aplicarse todos. Ángela Merkel no para de exigir a todo el mundo, sin contrapartidas claras, intentando pasar balones al Fondo Monetario Internacional (FMI), porque sabe que, si no, los rescates y demás los pagará sobre todo Alemania.

No es de extrañar que cada vez haya más voces críticas contra la señorona. Ha sido mítico el artículo de Jaime Botín (sí, el hermano de Emilio, además de ex presidente de Bankinter y, con toda seguridad, una de las grandes fortunas de este país) denunciando el papel de la canciller, hundiendo todas las deudas con su dedo acusador, mientras el bono alemán se beneficia de toda la salida de dinero de los mercados periféricos y permite a Alemania financiarse más barato que nadie.

Rajoy debe decir algo ya mismo, de todas formas. Cospedal haciendo de parapeto no va a frenar los embates de los mercados. Debe ponerse las pilas y si pretende esperar a mediados de diciembre para decir que su ministro de Luis de Guindos o Montoro, va a sorprender realmente poco. Eso sí, está muy bien que se empiecen a escuchar voces que digan que lo de Merkel no es de recibo.