El ministro de Economía ideal habría sido Pizarro en lugar de De Guindos

Es una simple opinión personal que, gracias al privilegio de publicar en cuartopoder.es la suelto, para quien le interese. Creo que habría sido mucho más idóneo para el cargo de ministro de Economía Manuel Pizarro que Luis de Guindos.

Luis de Guindos tiene un hándicap como es el de haber sido el número uno de Lehman Brothers en España, hasta que le estalló la crisis al frente de la entidad. Una pena, porque seguramente no merecía esta auténtica desgracia, pero Rajoy sabe mejor que nadie que a estas alturas, un Gobierno debe ser competente, como el aclaró y, además, tener un perfil claro que emane unas sensaciones concretas.

Es algo irresponsable arriesgarse alegremente a que en los foros internacionales le encasqueten titulares como estos a las primeras de cambio. La persona que lidere la salida de la crisis debe ser alguien lo más limpia de cargas posible y a la que no le puedan colgar sambenitos a la primera de cambio.

Rajoy sabe que tendrá que lidiar mucho en el extranjero, con la percepción sobre España y la confianza de los mercados. Es por eso que ha exigido a casi todos sus ministros (al de Economía, desde luego) un buen manejo del inglés.

Pero esta crisis está causada por una serie de entidades concretas y la banca de negocios está entre los grandes culpables de la misma. Es lamentable comprobar como los nuevos tiempos los siguen capitaneando personas que estuvieron en los órganos de decisión de las anteriores entidades que inflaron la burbuja. ¿Es de recibo tener a un ex Goldman como Mario Draghi al frente del Banco Central Europeo (BCE)? Yo creo que no y que es algo bochornoso, aunque, claro, ese es mi problema. ¿O el de todos?

Si se hubiera nombrado a Pizarro, se habría hecho una justicia histórica. El ex presidente de Endesa entró por la puerta de atrás en política, es decir, antes de haber ganado las elecciones, y tuvo que fajarse en un cuerpo a cuerpo con Solbes, en el que le faltó barriobajerismo. La elegancia y la objetividad no ponderan en absoluto y Pizarro salió con las orejas gachas, aguantando en el burladero político después, cuando lo que le pedía el cuerpo era irse a sus negocios.

A Pizarro le pide el cuerpo una última aventura grande aun. Algo así como una presidencia de una Ibex… aunque ya la ha tenido. Seguramente, una llamada para gestionar lo económico habría sido una gran idea. Pizarro es un bolsero de toda la vida, creó una sociedad de valores que vendió al Banco Sabadell, presidió la Bolsa, la CECA, Endesa y ahora está de jefe de Baker & McKenzie en España.

Su defensa numantina sobre Endesa cuando le lanzaron una rácana OPA con un impresentable tufo político provocó que en la última junta de accionistas al frente de la compañía casi le sacaran a hombros, como a los toreros.

Ignoro si tendría ganas de afrontar un reto semejante como es dar un fuerte golpe de timón al país.

De Guindos es un hombre muy preparado. Uno de los más listos que salieron de la vieja factoría de AB Asesores, donde era consejero delegado de la gestora de fondos de inversión, como también lo era Jaime Caruana de la de Renta 4.

Uno de los grandes valores del PP, que ¿por qué no?, podría haberse convertido incluso en un futuro Sarkozy español. Lo malo es que vendió demasiados productos estructurados de Lehman Brothers durante una temporada. A fondos, cajas de ahorros…

Esa odiosa economía de lo ficticio nos ha saltado a todos por los aires. Pizarro sería un gran ministro ahora. Y si no, savia nueva. Gente no contaminada por el pasado, con empuje, tampoco sería una mala cosa. Bueno, como decían los hermanos Hernández y Fernández en Tintín, “es mi opinión y, por tanto, la comparto”.