Rajoy quiere un rescate ‘light’; Merkel, que España saque bandera blanca de una vez

España volvió a sufrir una sesión infernal en los mercados y la gente en general se pregunta ya cuánto se podrá aguantar sin que pase ‘algo’. No se sabe muy bien el qué: desde fuera se dice que hay riesgo de rescate y en el Gobierno se suspira por un cortafuegos que aplane momentaneamente las rentabilidades de la deuda y ofrezca tiempo para implementar un mecanismo de salvaguarda bancaria que no estigmatice a los Gobiernos. Y sí, poco a poco, ir haciendo reformas estructurales no sólo en España sino también en la Eurozona. Una consolidación fiscal que armonizaría la moneda única como un verdadero territorio común y que diluiría en gran medida la presión nacionalista. Utópico, sí. Pero Alemania sigue negándose: si hay que ayudar, tendrá que ser a la griega. Bandera blanca y troika de control.

De momento, el Banco Central Europeo (BCE) no apareció con el deseado cortafuegos, lo que mandó la deuda al 6,6%, una cota insostenible, como reconoció el propio ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos. Todavía peor es el hecho de que el tipo a 5 años también está por encima del 6% y el de 3 años muy cerca de dicha cota. Ese aplanamiento de la curva es un primer acto del desastre. El segundo es la definitiva subida del tipo a 10 años, y entonces el Tesoro colapsará: no puede emitir ni a corto ni a largo. Así ha ocurrido con Irlanda, por ejemplo.

Vuelve a ser desesperante la pasividad del BCE que tanto irrita de puertas adentro al Ejecutivo, aunque oficialmente lanza globos sonda o mensajes más o menos encriptados. Ese fuego cruzado va en doble dirección: la portada de ayer de Financial Times, en la que decía que el banco central no aprobaba el plan financiero de rescate a Bankia no es otra cosa que un recadito desde las altas esferas comnitarias. El Gobierno no ha presentado ningún plan, entre otras cosas porque no tiene claro cómo salir del atolladero.

De los 19.000 millones necesarios, planean usar algo más de 5.000 que tiene el FROB. Banca Cívica tiene que devolver en breve otros 2.000 al citado Fondo de Reordenación Ordenada Bancaria. Ya van más de 7.000. Hasta la cifra total, España confía en el Tesoro y en emisiones del propio FROB, pero lo cierto es que nuestra economía se está financiando gracias a la ‘barra libre’ de liquidez del BCE, de la que se surtieron convenientemente los bancos españoles. En cada subasta, los inversores no residentes cogen su dinero y se van, dejando el puesto a los domésticos. Pero estas instituciones españolas no puede plantearse ahora cubrir otros 12.000 millones adicionales por Bankia.

España necesita financiación externa, es cierto. El Gobierno se resiste a decirlo con crudeza porque quiere un apoyo financiero directo a la banca, que no se confunda con un rescate al país. La verdad es que la diferencia tampoco es tanta.

Entre esas reformas estructurales que quiere Rajoy está el que el fondo de rescate (EFSF) pueda inyectar dinero a los bancos directamente, y no ser considerados de esta manera “préstamos a los estados”. Un pequeño eufemismo, pero que en teoría suaviza el estigma de la intervención. En eso está la UE, pero no de manera unánime. Aunque así fuera, es un trámite parlamentario que llevará su tiempo.

Mientras tanto, en Alemania quieren que España saque la bandera blanca, pida oficialmente un rescate y que se instale una troika aquí. Todo el mundo sabe que ya no es cuestión de más o menos reformas. Ni a propósito el PP podría haber hecho cosas más antipopulares.

Así están las cosas. El resultado de las elecciones griegas será una información de gran peso a la hora de decidir. Si sale un resultado pro-euro, se podrán estudiar unas medidas. Si sale contrario, la salida del país de la moneda única y la intervención de España en condiciones duras puede ser la opción más probable. Lo malo es que hasta el 17 de junio falta mucho todavía. Igual se precipitan los acontecimientos antes.