Los mineros prometen volver a Madrid en un final de marcha marcado por las cargas policiales

De Norte a Sur, de Este a Oeste, entre 400 y 500 autobuses, según fuentes sindicales, llegaban a Madrid preñados de gente que quería acompañar hoy a los 200 mineros de la marcha negra en el último tramo de su andadura, iniciada el pasado 22 de junio desde Asturias, Aragón y Castilla y León. Una marcha que ha terminado con duras cargas policiales contra manifestantes y miembros de la prensa y el enfrentamiento entre algunos de esos manifestantes y los antidisturbios.

Gentes de todas partes de España junto a millares de madrileños querían unirse a la protesta de la mina por los recortes de 200 millones en ayudas públicas (cerca de dos tercios sobre la cifra actual) que el Gobierno de Mariano Rajoy quiere imponer al carbón y que ha puesto en jaque los más de 8.000 empleos que mantiene el sector sin ofrecerles una alternativa. Pero también, como se vio la noche anterior durante la emotiva llegada de los mineros a la capital, las consignas coreadas demostraban que se quiere convertir la lucha de la mina en el referente de la lucha obrera. Máxime hoy que el Ejecutivo ha anunciado duras medidas de ajuste con cargo al bolsillo de los ciudadanos, que incluyen una subida del tipo actual del IVA del 18% al 21%, recortes en las prestaciones por desempleo y la eliminación de la paga de Navidad de los funcionarios.

Movilización general el 19 de julio

Precisamente por esa y otras medidas anunciadas en el Congreso por Mariano Rajoy, los líderes de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo respectivamente, han anunciado al final de la marcha de los mineros que esta tarde iban a reunirse con la intención de concretar “una movilización general”, en palabras de Toxo. Horas después han anunciado la convocatoria de manifestaciones en toda España el próximo jueves, 19 de julio. Será la primera de una serie de actuaciones que anuncian un movido verano, incluida la vuelta de los mineros a Madrid. Porque  regresar a sus casas hoy es solo “para coger impulso”, aseguran.

Los mineros se han sentido apoyados por Madrid. Alineados en columnas, arropados por los cuatro costados por la capital, seguidos y aplaudidos desde los laterales de la arteria de la ciudad mientras la partían en dos por el paseo de la Castellana, mineros y el resto de manifestantes cubrieron desde las once de la mañana sin percances el trayecto entre Colón y las puertas del Ministerio de Industria, con más trompeta, tambor y petardo que frases coreadas. Pero se llegó a Cuzco. Las dependencias en las que trabaja como máximo responsable el ministro encargado del diseño de la política energética del país, José Manuel Soria, recibían blindadas a los mineros. Furgones policiales, antidisturbios y vallas querían aislar el interior de una protesta social que ya había sido ignorada por la mañana por el presidente del Gobierno en su discurso ante el Congreso de los Diputados.

Los petardos empezaron a sobrevolar las vallas y llover sobre los policías, que abortaron su primer amago de carga por el lateral derecho de la Castellana al coincidir este con el momento en que los líderes sindicales llegaban a la tribuna de oradores para dirigirse a los manifestantes bajo el lema  “Por el futuro del carbón autóctono, la reactivación de las monarcas mineras. Por el empleo”. Antes de que acabasen los discursos, Twitter empezaba a recoger que algo sucedía en los alrededores y laterales del paseo. La policía cargaba contra los concentrados. Se sucedían las fotos de manifestantes y miembros de la prensa con la cara ensangrentada o impactos de balas de goma por el cuerpo. Más de 75 heridos, entre policías y manifestantes, ha sido el saldo, además de siete detenidos.