Se busca nombre que no asuste para movimiento social pacífico: ‘Ocupa el Congreso’ pasa a ser ‘Rescata el Congreso’

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Un momento de la asamblea de la Coordinadora 25-S, celebrada ayer, día 2, junto al Palacio de Cristal del Retiro. / A. T. F.

No son golpistas. No son de extrema derecha. No van a dificultar la entrada de los diputados al Parlamento el 25 de septiembre. No van a permanecer en torno al Congreso hasta que el Gobierno dimita, “porque no es prioridad quitar a un Gobierno para poner otro igual”. No van a pedir con su acción del día 25 que se disuelvan las Cortes ni se derogue la Constitución. No quieren ocupar el Congreso de los Diputados. Así avanza el 25S, definiéndose a base de explicar lo que no es. Porque no lo fue nunca o porque se ha consensuado eliminar una idea del manifiesto original. Una energía que dan por bien empleada visto el empeño que existe desde la Delegación del Gobierno en Madrid, los medios de derechas y ciertos políticos de mostrarlos ante la sociedad como un elemento peligroso, violento y desestabilizador. Lo último decidido, cambiar el lema de la convocatoria. Ocupa el Congreso deja de ser Ocupa el Congreso.

Desde que las riendas del movimiento dejaron de estar en manos de sus impulsores originales, la Plataforma ¡En Pie! y pasaron a la Coordinadora 25S, no hay dolor. No hay dogmas intocables, ni siquiera el nombre de la acción, que pasará a cobijarse en el lema “Rescata el Congreso, rescata la soberanía”. Un mensaje más amable, alejado de la beligerancia del verbo ocupar, que complicaba convencer a la sociedad de las intenciones pacíficas del movimiento.

Un mensaje estudiado palabra por palabra. Que no es fácil tratar con el léxico. Ayer la asamblea de la Coordinadora 25S, reunida por segundo día consecutivo junto al Palacio de Cristal del Parque del Retiro (Madrid), fue limando palabras hasta llegar al lema de consenso. De Ocupa el Congreso se probó con Rodea el Congreso, porque la intención no es ni ha sido entrar dentro de las Cortes sino manifestarse en torno al edificio que se elige por ser el lugar donde se toman las decisiones. Se da por hecho que la Policía no va a permitir ese día acercarse mucho al Parlamento, que el cordón será aún más amplio que el que ya atrinchera a los parlamentarios. “Rodea el Congreso para rescatar la soberanía popular”, se propuso desde moderación como idea de síntesis entre las que iban surgiendo. Pero “rodear” también podía tomarse como un verbo beligerante. Sin embargo, aplicar la idea de rescate al Congreso podía mostrar la intención de devolver la soberanía a la Cámara elegida por los ciudadanos. Consenso.

Lo que ya no son

Hay unos cuantos puntos del manifiesto original de la Plataforma ¡En Pie! que han causado especial vértigo en la sociedad y que ayer fueron suprimidos o modificados. De hecho, de aquel texto empieza a no quedar ni sombra. La propia acción ya no será tal y como se planteó en un principio, cuando se quería que fuese "indefinida hasta conseguir la dimisión del Gobierno actual, la disolución de Las Cortes y de la Jefatura del Estado y la apertura de un proceso de transición hacia un nuevo modelo de organización política, social y económica". Ni indefinida, ni ligada a dimisión alguna y ni siquiera se utilizará la palabra "transición", por su relación con un periodo concreto de la historia de España.

Una vez se avance en el proceso, se tenga elaborado un borrador de Constitución que refleje el contexto legal en el que los españoles quieren vivir, un texto consensuado después de haber sido debatido, se entiende que será más sencillo que el Gobierno vea que no cuenta con el respaldo del pueblo y se opere el cambio.

El salto cualitativo

El trabajo del grupo de Contenidos encontraba ayer respaldo y desarrollo en la asamblea a las ideas básicas que van aprobándose de cara a ser incluidas en un manifiesto decidido por acuerdo.

Quedaba ayer definitivamente claro que la intención no es que de la acción del 25S salga una Constitución aprobada, sino que es el punto de partida para iniciar el proceso de su elaboración. Un proceso que debe ser “participativo, articulado a través de asambleas” y que incluya “cambios jurídicos, instrumentos en la Carta Magna para que el pueblo pueda exigir sus demandas al Gobierno”.

Como explicación a por qué se ha llegado a este punto se quiere incluir en el manifiesto una mención al tiempo que se lleva trabajando en definir demandas sociales a través del debate. Año y medio casi desde que el 15M nació, año y medio debatiendo y no se ha escuchado. Por eso, consideran, “hay que dar un salto cualitativo”, para que no vuelvan a caer en saco roto iniciativas como la consulta popular sobre la privatización del agua, se puso como ejemplo.

Hay una motivación detrás de esta efervescencia popular que se quiere incluir igualmente en el manifiesto: el haberse alcanzado una situación de “democracia que no es real, un sistema socialmente injusto, ecológicamente insostenible y económicamente depredador”, como fruto de la peor cara del sistema capitalista.

Los trabajos de los grupos seguirán esta semana, con reuniones hoy del grupo de Acción (Patio Maravillas); el martes, del grupo de Contenidos (La Tabacalera) y el el miércoles, de Comunicación (La Tabacalera).

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