¿Qué pasará si un menor gana un premio en los casinos de Adelson?

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Recreación del complejo Eurovegas que se construirá en la localidad madrileña de Alcorcón. / madrid.gob

En una entrega anterior hemos visto que los menores de edad, los "incapacitados" y los ludópatas podrán acceder a los futuros establecimientos de juego de Alcorcón. Estas personas, a dichos efectos, contarán con todos los permisos legales por parte de la Comunidad de Madrid, “pero no podrán practicar ningún juego de suerte, envite o azar, usar máquinas de juego con premio ni participar en ningún género de apuesta de los desarrollados en los Centros Integrados de Desarrollo [sic]. En el caso de los menores (y probablemente no serán los únicos) es una simple cuestión de tiempo. Acompañados por un mayor de edad, se les faculta a circular por las salas de juego para ir haciendo boca y aprender del “ambiente”. Cuando ya sean mayorcitos estarán en condiciones de demostrar su aprovechamiento ejemplar de los años preparatorios de instrucción en el juego y alguno será todo un campeón internacional de la ruleta o el póker.

No parece un mal remedio para acabar con el desempleo juvenil de nuestro país. Si entonces los ya adultos necesitaran algún capital previo para desplegar con efectividad todas sus habilidades profesionales, tampoco tendrán que preocuparse demasiado. Los casinos, según la legislación autonómica madrileña, también son como los bancos. La ley “autoriza a los operadores de casinos y otros establecimientos de juego en Centros Integrados de Desarrollo la concesión de operaciones de crédito a jugadores, en los términos y condiciones regulados en la normativa aplicable”. Un hurra por el partido de Esperanza Aguirre. Se lo merece por sus nobles y atinados propósitos de sacarnos de la recesión y de poner a trabajar a nuestros hijos. Como decía el desaparecido Joaquín Prat: “¡A jugar!”.

Ahora bien, ¿qué sucederá si el menor –o cualquier otra persona sujeta a la prohibición legal del juego- decide explotar sus oportunidades de negocio antes de tiempo y sortea con éxito los controles familiares y administrativos? Esto es lo que dice la ley de Madrid: “Cuando se compruebe que una persona ha obtenido un premio sin tener derecho a jugar por edad o limitaciones en su capacidad de obrar, el titular del Centro depositará tal premio a disposición de la Comisión de Control del Juego [un órgano público recién creado, adscrito a la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid], que determinará su destino a la vista de las circunstancias que concurran, pero sin que le pueda ser entregado a dicha persona en ningún caso. Bueno, bueno, jurídicamente eso es calificar la nulidad de una apuesta ilegal de acuerdo con su resultado: el menor burla los controles, saca un billetito, apuesta, gana y cuando va a cobrar el premio…se le pilla ex post facto y se queda frustrado y a verlas venir. Incluso puede que llore y se agarre una rabieta. Pero y si pierde, ¿qué pasa?, ¿será válida su apuesta o se le devolverá su importe al chaval? La ley madrileña calla como una muerta, por lo que –a contrario sensu- de su silencio cabe deducir razonablemente que la apuesta es válida y mantener la ficción jurídica –muy real, por otro lado- de que ha sido una apuesta perdedora cuyo precio será finalmente un rendimiento lícito que se embolsará el casino.

En resumen: el fruto del juego prohibido (pero no consumado en las bazas ganadoras) se lo comerán a medias el señor Adelson y la Comunidad de Madrid. ¿Son o no son dos jugadores con las cartas marcadas?

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