La desigualdad agita su agenda mundial

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Gráfico obtenido sobre el estudio del balance prliminar de las economías de Amércia Latina y Caribe / CEPAL
Gráfico obtenido del balance preliminar de las economías de América Latina y Caribe / CEPAL

Todo parece indicar que la economía mundial crece ya como nunca en los cuatro últimos años y podrá expandir su PIB el año próximo cerca de un 3,5% tras menos del 3% actual. Esa es la buena noticia del resumen de los pronósticos más destacados al acabar este duro 2013. La mala consiste en que la desigualdad económica, extendida tras la crisis iniciada hace cinco años, remontará aún más durante el ejercicio entrante, hasta el punto de convertirse en el segundo mayor reto global, después de los problemas en Oriente y Norte de África, según el Foro Económico Mundial de Davos.

Hay una inusitada coincidencia en lo de que caminamos por fin hacia la recuperación. También en que esta será por primera vez en los últimos años mundial; es decir, de los países desarrollados  (léase incluso de la Unión Europea, tras dos años de retrocesos recesivos), de los países emergentes, y del resto de los subdesarrollados. Pero no se hagan muchas ilusiones. Todos tardaremos más de lo que se dice en recuperarnos de esta crisis iniciada en el 2007 con las hipotecas subprime y acentuada en el 2008 por la caída de Lehman Brothers, algunos más de diez años todavía, aunque se oigan voces de que ya ha acabado hasta en España. Y todos nos veremos afectados por la creciente brecha de la desigualdad, que es un lastre y una amenaza para ese crecimiento mundial en perspectiva.

Para no aburrirles, la evolución de los últimos tres años y las perspectivas de recuperación en 2014 pueden verlas en el gráfico adjunto de la CEPAL, Comisión Económica de las Naciones Unidas para Iberoamérica (países americanos que formaron parte de los reinos de España y Portugal), que franceses y norteamericanos consiguieron bautizar como América Latina. Ahí se aprecia que crecerá  hasta la Eurozona, única de las seis áreas mundiales afectada por la recesión los dos últimos años, y Japón, que superó su ultima crisis del 2011 los dos últimos años. Otra cosa será cuándo y cómo algunos países de la Eurozona recuperarán los niveles previos al 2008. Pero hasta la periferia europea (y con ella desde Grecia hasta Irlanda, pasando por España, que podría aspirar al 1,1% de crecimiento medio de la Eurozona) se verá beneficiada por el hecho de que el conjunto vaya a crecer del 3,3% al 3,6% vaticinado también para el área iberoamericana. Lo viene diciendo desde principios de otoño el FMI y lo acaban de ratificar los últimos días tras la CEPAL la agencia Bloomberg y sus fuentes en principales economistas de Goldman Sachs Group Inc., Deutsche Bank AG y Morgan Stanley.

Sin embargo, los riesgos y amenazas crecen en este mundo de creciente interdependencia tanto como las oportunidades. La Agenda Global 2014 elaborada en Abu Dhabi por la sexta Cumbre del Foro Económico Mundial  -el más extenso intercambio global de ideas de representantes de empresas, gobierno y sociedadades civiles- advierte de los peligros de la desigualdad, la inestabilidad y la debilidad de las instituciones mundiales. A lo largo de su texto se desgranan esos riesgos, encabezados por las crecientes tensiones sociales en Oriente y Norte de África, así como por la ampliación de las disparidades en los ingresos económicos, las dos únicas de las diez grandes tendencias para el 2014 que con 4,07 y 4,02 puntos superan la calificación de problemas muy significativos para aproximarse a la de “extremadamente significativos”.

Les siguen muy de cerca a esos dos grandes problemas el persistente desempleo estructural, que en España bate records mundiales dentro de los países desarrollados, la intensificación de las ciber-amenazas, la inacción sobre el cambio del clima (confirmada tras la última cumbre mundial de la ONU) y la decreciente confianza en las políticas económicas, que superan los 3,70 puntos sobre 5. Los otros cuatro riesgos son la falta de valores en el liderazgo, la expansión de las clases medias en Asia, la creciente importancia de las megaciudades y la rápida propagación de la desinformación online, que también superan los 3,35 puntos propios del notable.

Una lectura más atenta de esos problemas refleja que todos los principales se reflejan en el de la creciente desigualdad. En efecto, excluidas las tensiones sociales de Oriente y Norte de África en las que también tiene gran influencia (un 45% la inestabilidad política, otro 27% el paro y un 7% la educación, según los encuestados), el aumento de la desigualdad aparece como el más citado por los líderes económicos, políticos y sociales consultados por el Foro Mundial.

De los desafíos sobre los que se ha preguntado en el 2013 que debe encarar Iberoamérica, donde México y Chile exhiben tanta y tan creciente desigualdad como la de los EEUU pero desde mayores niveles de pobreza, un 30% se centran en el aumento de la desigualdad,  un 14% en el crecimiento económico y otro 13% en la educación, considerada por Nelson Mandela como “el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”.

Igualmente, para la más poblada y emergente Asia del 2014, un 14% de los desafíos se centran en el aumento de la desigualdad, el 11% en el papel de China, el 7% en el crecimiento inclusivo y sostenible, otro tanto en los conflictos geopolíticos, y un 6% en la cooperación global.

Incluso para Norteamérica, los principales desafíos del 2014 serán en un 15% el aumento de la desigualdad, en un 10% el paro y en un 9% el cambio climático.

El desempleo, que también es citado como segundo problema tanto en Oriente y Norte de Africa como en el África subsahariana, alcanza en Europa su máximo apogeo de mayor problema, tras los dos años de recesión citados. Aparece con el 21% de las apuestas, frente al 20% del crecimiento económico y ya sólo un 13% de las crisis de deuda y fiscal.

El Foro Mundial extiende así las previas voces de alarma llegadas desde el FMI, el G-20, la ONU (cuyos programas ajustan por la desigualdad el índice de desarrollo humano del PNUD), la revista The Economist y otros trabajos previos que también citábamos hace dos años en Ibercampus del World Economic Forum (WEF) de Davos cuando en Europa el problema expandió algunos incendios y esas y otras instituciones tradicionalmente impregnadas de liberalismo ya asumían la desigualdad como el mayor desafío mundial y empezaron a competir en ello con las socialistas o radicales.

Hoy también la agenda del FMI está enfocada desde hace unos días a ese “crecimiento sólido, equilibrado e inclusivo” al que para superar la desigualdad se refieren otras organizaciones de cooperación internacional como el Banco Mundial y la propia OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). Desde allí, y citando a España como el país del G-20 donde el paro juvenil ha crecido más desde el año 2007 (el doble que en Italia y cuatro veces más que en Francia), Stefano Scarpetta, Director de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales, se pregunta en los últimos días si la innovación (la especialidad de esa institución) puede cerrar las crecientes brechas de la riqueza, crecientes según dice por muchas razones, desde  los avances tecnológicos que "exigen conocimientos especializados" hasta la corrupción. Su respuesta es que sí, y que ello significa para empezar acceso a una educación de calidad y al cuidado de la salud; es decir, la educación, la salud o las finanzas inclusivas que ya esgrimen como objetivo muchas instituciones públicas como esas u otras privadas, como por ejemplo la Fundación de Bill y Melinga Gates. También los gobiernos, incluido el de España, que en su ultimo Consejo de Ministros aprobó un plan de inclusión 2014-2017 que excluye a las finanzas y la educación sobre ellas.

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