El empleo se hunde a niveles de 2002
Prácticamente cada mes, desde el principio de la crisis, la economía real llama a las puertas de la actualidad -y se abre paso a mamporros entre felicitaciones del FMI, informes del Santander o parabienes de la Comisión Europea- a través de los datos de paro registrado y afiliación a la Seguridad Social. Enero de 2014 no ha sido una excepción y esta mañana nos desayunamos con el dato de que, a pesar del manguerazo de optimismo y exaltación patria con que nos ha regado el presidente Rajoy desde la Convención Nacional de su partido este fin de semana, el número de parados aumentó el pasado enero en 113.097 personas respecto al mes anterior, situando la cifra total de desempleados en 4.814.435.
La nota del Ministerio de Fátima Báñez se apresura a precisar, claro está, que enero es tradicionalmente un mal mes para el empleo y que la subida es la menor desde 2007, y eso, seguramente, también será muy importante.
Los datos ratifican, además, las previsiones de los aguafiestas, de los agoreros, de los traidores que se atreven a decir que de esta crisis, como de todas, acabaremos saliendo, aunque aún no sepamos cuándo, y que el problema no es salir, sino cómo salimos. Y no parece que vayamos a salir bien. Del total de los 1.259.240 contratos firmados en enero, solo 98.366 fueron indefinidos, cifra equivalente al 7,81% del total y un 2,2% inferior a la del mismo mes de 2013.
O sea, que definitivamente hemos alcanzado el objetivo de la reforma laboral de superar la dualidad empleo fijo-empleo temporal y que lo hemos hecho a favor del segundo por la vía de arrasar el primero. De hecho, a pesar de que sube el paro, los 1.259.240 contratos firmados suponen un 14,3% más que los realizados en enero de 2013. Quizás el asunto tenga algo que ver con que ahora contratar es gratis y despedir también, aunque eso, según el Gobierno, no tienen que decirlo los buenos españoles.
Tampoco son buenos los datos de afiliación a la Seguridad Social, que pierde en enero 184.031 cotizantes para alcanzar una cifra total de 16.173.610, lo que sitúa el empleo en niveles de enero de 2002.
La paradoja es que, a pesar de que los discursos transmitan lo contrario, el primer no sorprendido por estas cifras es el propio Gobierno, que en la última revisión de sus previsiones situaba la tasa de paro para final de año en el 25,9%, lo que supondría una caída del 0,2% respecto a 2013. Esto es, que según las cifras del propio Gobierno, el margen de mejora en este ejercicio no parce relevante, especialmente para los parados, que no sabemos si serán muy patriotas o no, pero que, eso sí lo sabemos, no tienen trabajo.
claro, desde zapatero.todo gira en torno a zapatero.
Lo único que le cabe al Rajoy y sus secuaces es la dimisión.
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Sencillamente, con semejantes reses es imposible una corrida medianamente decente. Pues dada la dehesa en que han pacido y el forraje ingerido: defraudaciones a hacienda, cobros de sobre-sueldos ilegales, tráfico de influencias, aceptación de sobornos, mentiras a mansalva, etc., ni siquiera es posible una faena de aliño. La corrupción les ha invadido y se van pata abajo.
En consecuencia, se pasan los días y las horas buscando un clavo ardiendo con el que tratar de disimular sus cochambrosos apaños y, claro, nos le queda ni un minuto de sosiego para hacer lo que deberían hacer.
Porque la situación es tremenda y hace falta tener el colmillo más retorcido que le jabalí d de Calidón para soportarla y no digamos para atreverse a salir en público. Y claro las consecuencias las pagamos todos.
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Y, además, está su asqueroso ejemplo: Si es que han dejado con el culo al aire a los inspectores de hacienda: ¿Con que moral podrá dirigirse un inspector de hacienda a un defraudador del IVA, el IBI, IRPF o cualquier otro impuesto a un defraudador cuando el Rajoy y sus secuaces andan como andan?
Dejad ya de hacer publicidad del papanatas de Pablo Iglesias.