La rueda de la fortuna sigue estrellándose contra la Casa de Borbón. La abdicación de Juan Carlos, luego Cristina en el banquillo de los acusados, y Letizia haciendo carantoñas a un "compiyogui"… Y ahora nos sale la infanta Pilar de Borbón con su larga aventura panameña. Ya ruge otra vez Leviatán: la fiscalía y la inspección de Hacienda han comenzado a revisar los papeles americanos de Pilar. Las amenazas se ciernen sobre la egregia señora: la ruina, la peste social, el ridículo más espantoso…Sin embargo, todo tiene una solución, por mediana que sea. Dios aprieta, pero no ahoga. Y si Dios estuviera harto de los borbones, éstos siempre podrán contar con la caridad de la Familia y la solidaridad de los Grandes de España.
Algunas ilustres damas de la Casa lo veían venir. Hace unos años compraron una bola de cristal que no miente jamás y se pusieron a trabajar (aunque no debe tomarse nadie el verbo en su sentido literal). Consulte el lector esta Orden del Ministerio de Sanidad y Política Social, publicada el 25 de enero de 2010. Sí, han leído bien. Por ella se aprueba la inscripción administrativa de la “Fundación Marquesa de Balboa Ancianos Solitarios Venidos a Menos (A.S.V.A.M.), “cuyos fines de interés general –según el Ministerio de la época, que si la memoria no me falla lo dirigía Trinidad Jiménez- son de asistencia social”. ¡Huy!
A.S.V.A.M. es un “a mí la Legión” pronunciado por la Casa de Borbón. La Fundación es un sindicato de nobles surgido del testamento de doña Isabel de Borbón y Esteban de León, Marquesa de Balboa. La fundadora le otorgó una dotación inicial de 601.012,10 euros. ¿Y qué decir de los miembros de su Patronato? Repasemos la lista:
Presidenta: Doña Leticia de Borbón de Rojas
Vicepresidente (sic): Doña Oliva de Borbón y Rueda
Secretaria: Doña Cristina de Figueroa Borbón
Vocal: Doña Beatriz Bullón de Mendoza Gómez de Valugera
El indudable “interés general” de A.S.V.A.M. lo demuestra el artículo 6 de sus Estatutos. Apuren el chupito de ron, agárrense al sillón y lean despacito: los fines de la Fundación consisten en “atender y cuidar a pobres vergonzantes y ancianos solitarios venidos a menos, que vivan solos o en condiciones precarias, con su familia o con personas a quienes también estorban, o en residencias que tienen deficientes condiciones de higiene y en donde además les traten mal, atendiendo primero a las mujeres, y preferentemente a las que tuvieron una buena posición, con preferencia a las personas de la condición social que tuvo la extinta Excma. Marquesa de Balboa, que necesitan ayuda y no se atreven a solicitarla o no lo consiguen”. Muy cursi pero legal.
No sé nada más de A.S.V.A.M. De sus presuntos donantes, subvenciones y deducciones fiscales. Desconozco su vida posterior. Me basta con la nostalgia de aquellos años “zapateriles” y pioneros de “las políticas sociales”, mejoradas luego por Mariano el Grande, apodado “El Que Nunca Miente”.
Pero volvamos al “dramatis personae”. Pilar: los tuyos, lo reconozcan o no, te quieren tal como eres. Si existe todavía la Fundación, nunca te faltará un catre limpio y un plato de sopa boba. Porque es posible que seas boba, tampoco lo sé, pero tu supuesta idiocia sería magnífica, solemne y quizás también amiga íntima de la impunidad. Ya lo veremos (presunción de inocencia por delante). Pero tú no eres de la masa del común, a quienes nuestros representantes nos toman como idiotas de verdad. Si robamos una gallina, no saldremos impunes ni aquí ni en Panamá. Y, desde luego, no pasarán cuarenta años sin descubrirse nuestra falta.
Mira, siempre se aprende algo. Estupendo artículo!!!
¡Los «gobernados en funciones» no acabamos de sorprendernos!
Cada día tiene su aquél.
A.S.V.A.M=
Así Nos Va, Alucinando Mazo!!!
La última marxista esta Marquesa de Balboa!
Por lo menos podía dar una alegría a las/los que nunca tuvieron buena posición. Un detallito antes de que se los lleve la parca. Al fin de al cabo las/los tuvieron ya su momento, pero estos pobres. esto es hacer caridad sin quitarse los anillos. Que poca empatia con los pobres la de los grandes de España, y que pequeñitos como personas.