La fiscal Olga Sánchez no nos duerme bien

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El inspector 18.403 estaba a punto de remontarse a los edictos de Boabdil el Chico como antecedente de los comunicados de Al Qaeda cuando el juez Gómez Bermúdez le ha interrumpido. “Esto no es objeto de la prueba testifical”. Las tres intervenciones consecutivas del magistrado han sido providenciales para sacudir el sopor que había invadido la sala y que se había cebado con la propia fiscal Olga Sánchez, que unas veces parece triste y otras indolente.

Lo que Bermudez estaba diciendo es que el instructor de la causa general del 11-M no estaba allí para hacer un prolijo relato sobre el origen del terrorista islamista –porque para eso tenía que haber sido citado como perito o como ‘testigo-perito’ y no como testigo a secas- sino para contestar a los preguntas sobre cómo se realizó la investigación de los atentados. Claro que, para eso, alguien tenía que preguntarle y doña Olga ha debido de pasar una mala noche y no estaba por la labor. Un testimonio que podía haber durado una semana se ha consumido en unas horas.

Nada de lo declarado por el máximo responsable policial sobre el terrorismo islamista procedente del Magreb ha supuesto novedad alguna y cuándo se le ha preguntado directamente por quién planificó los afectados se ha ido por los cerros de Úbeda diciendo que los últimos preparativos de los atentados se realizaron en octubre de 2003 y que la idea de atentar en trenes ya figuraba en comunicados de Al Qaeda. La fiscal no ha insistido, ya fuera porque se consideraba satisfecha con la respuesta, porque estaba dormida, por apatía o por una salvaje combinación de alguna de estas causas.

Si algo hemos aprendido hoy es que un policía cuando es citado como testigo inicia un 80% de sus respuestas con la coletilla “en el marco de la investigación”. Pues bien, en el marco de la investigación, el agente 18.043 ha dicho que nunca recibió de sus compañeros una vinculación con los atentados que no fuera islamista, que la finca de Morata de Tajuña ya había sido objeto de atención policial en septiembre de 2002 “en el marco de otra investigación” contra Mustafá Maimouni, preso en Marruecos por el atentado de Casablanca, que, desde entonces, se seguían los pasos de algunos implicados, como Serhane El Tunecino, y que las indagaciones sobre la trama de los explosivos correspondieron a la Guardia Civil, algo que le fue comunicado por la superioridad.

Bermúdez opina que el 11-M es un “juicio de alto riesgo” y de ahí su estrecho marcaje a las preguntas de las acusaciones. Otro de los magistrados, Alfonso Guevara, ya ha experimentado en sus carnes ese riesgo. La semana pasada se cayó en casa, se dislocó la muñeca y ha tenido que atracarse a ‘nolotiles’. La mañana ha sido tediosa, es cierto, pero ello no es óbice para que algunos abogados se hayan puesto a leer el periódico. El presidente del Tribunal les ha afeado la conducta.

TODO SOBRE EL JUICIO DEL 11-M

3 Comments
  1. Colmillo Rojo says

    ID: 153481
    Después de leer su artículo la única conclusión es clara: el único que no duerme bien es usted. La fiscal ha hecho un excelente trabajo por mucha campaña que se quiera diseñar para desprestigiarla al igual que en el caso del juez Del Olmo.

    Malos tiempos para los conspiranoicos…

  2. marius says

    ID: 153721
    A la fiscal Sánchez este sumario la sobrepasa, la abruma, la hunde; es verdad que tiene cara de profunda tristeza y, a veces, da la impresión de estar ida o somnolienta. Ya veremos si aguanta hasta el final.

  3. Rafael says

    ID: 180702
    Muchas gracias por la información, pero debo decir que el artículo está escrito de pena.
    Saludos.

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