El hereje Rajoy recita el credo

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Después de escuchar los mandamientos de la ley de Aznar, que se resumen en dos –prohibido cambiar nada y si en algún momento surgen dudas atenerse al primer precepto-, Rajoy ha podido recitar su credo ante los compromisarios que acaban de reelegirle presidente del PP. Pero antes no pudo reprimir la pregunta del millón: “¿De dónde sacan algunos que vayamos a cambiar de principios?”.
Nunca fue tan necesaria una respuesta a esta cuestión porque, no sólo en el proceso precongresual sino en estas dos jornadas de congreso grandes santones del partido han sugerido que Rajoy había vendido su alma al diablo o, cuando menos, la había puesto en almoneda, y todo ello con el objetivo de ganar las elecciones aun a costa de traicionar a los vivos y hasta la memoria de los muertos.
Así que en tres cuartas partes de su discurso se ha centrado en desgranar muchas obviedades, empezando porque la nación no es discutible ni España es una nación de naciones, pasando por el necesario combate contra terrorismo, y hasta por la afirmación de la familia como núcleo básico de la sociedad. El exhaustivo catálogo de convicciones ha concluido con la promesa de que no las cambiará, algo que ha repetido unas trescientas veces en las pasadas semanas con escaso eco entre sus detractores.
Pero a continuación ha explicado lo que se propone hacer, una tarea tan ‘revolucionaria’ que consiste esencialmente en acabar con esa imagen que asocia al partido con la figura de Don Pelayo y en hablar a los españoles de algo que no sea ETA, la ruptura de España a la altura del Ebro y la entrega de Navarra a los encapuchados de ETA o a los entxapelados de Arzalluz. “Ni somos monotemáticos ni podemos permitirnos parecerlo”, ha sentenciado.
Ha sido aquí cuando ha contestado a la segunda gran pregunta: ¿se puede hablar con los nacionalistas o es pecado y el todopoderoso del bigote hará que los osados se consuman en el infierno? Todos hemos escuchado la herejía de sus labios: sí, se puede hablar con los nacionalistas pero sólo para procurar el bienestar de los españoles, lo que excluye hasta los comentarios de bar sobre la unidad de España, la soberanía nacional y la igualdad de los españoles. “Yo no soy nacionalista”, ha aclarado. Se crea o no, se han escuchado tímidos aplausos.
Por enésima vez ha vuelto a enumerar los ingredientes de su receta: comunicar mejor, no asustar, huir del ombliguismo y evitar dar argumentos a quienes difunden que el PP desprecia a Cataluña y al País Vasco porque allí les votan más bien poco. Rajoy ha dorado la píldora a Acebes y ha castigado con el látigo de su indiferencia Zaplana y a María San Gil, a la que ha englobado en un reconocimiento colectivo a los militantes del partido en Euskadi. Para compensar su marcha o para que el injuriador de la COPE no se atreva a acusarle de proetarra, el gallego ha incluido a la hermana de Miguel Ángel Blanco en el Comité Ejecutivo.
Una enseñanza para los críticos: en el futuro no se crean eso de que la discrepancia enriquece y que nadie será excluido por pensar diferente. Fieles y nada más que fieles componen el equipo de dirección, donde hay hueco para la mochila de Moragas y las estrategias de Lasalle. O sea, que Juan Costa ya lo sabe para su próxima reencarnación en el Zapatero del PP.
Respecto al Comité Ejecutivo y a la Junta Directiva, se ha impuesto el reparto territorial, del que sólo Esperanza Aguirre ha quedado insatisfecha. “No me parece que sea una lista de integración”, ha dicho con razón. Para colmo se ha enterado de que Gallardón seguirá participando en las reuniones de los lunes con Rajoy, más conocidos como maitines, que ahora tendrán otro nombre por eso de renovarse o morir. Ha habido que esperar casi hasta las 11 de la noche para contemplar la venganza de la presidenta de Madrid: casi un 16% de los votos válidos en la elección de Rajoy lo fueron en blanco. Que sobrevuelen los cuervos siempre es un mal presagio.

6 Comments
  1. Soledad says

    ID: 444294
    Ha sido un giro radical,una renovación interna y externa sin precedentes desde la transición. El PP, ha dado un giro de 360º, está en el mismo sitio pero se ha movido mucho.
    «Hay que cambiar las cosas para que todo siga igual» escribía Lampedusa en su Gatopardo y eso es lo que han hecho.
    Mariano como líder, no ha salido reforzado y ese 17% de descontentos, con la fuga de Astarloa en el último momento y la ex-lideresa «plantada» le van a dar muchos problemas.
    Tienes razón, le persiguen muchos buitres experimentados. Ahora esperaremos a que se ponga a trabajar y ver la oposición que hace. Rajoy va a estar muy vigilado por los de dentro y por los de fuera.
    Saludos

  2. Proust says

    ID: 444342
    Yo creo en la modificación de conducta.
    Las adicciones se pueden vencer, con técnicas apropiadas.
    No creo en el cambio de Rajoy. Por el contrario, justifica incentivos para no cambiar, se enmascara para mimetizarse carnavalescamente. No tardará en dar coces, para no defraudar.
    Pensaba yo, ingenuo de mi,o deseaba, que con la brillante oposición que entre todos hicieron en la pasada legislatura, las urnas, ya que ellos no lo hacían voluntariamente, le iban a restar dos millones de votos para convencerlos que sobraban, además de Rajoy, Aznar, el titiritero de la tramoya, Acebes,Aguirre, Ana Pastor, Astarloa, Mayor Oreja, María S. Gil y Zaplana. Las urnas les premiaron con más votos, el poder del fanatismo. Se está cumpliendo en parte mi deseo. Espero que se cumpla en su totalidad y surja una derecha sin complejos, como dios les manda.
    Lo del centro es un camelo.

  3. JPatache says

    ID: 444449
    Rajoy ha dado un ligero giro de timón hacía el centro porque ha dejado de beber Heineken, la cerveza sumisa.

  4. Peritta says

    ID: 444544
    No he seguido el debate, reunión, congreso o ceremonia de coronación que han celebrado los de la Pepé en Valencia porque uno ni pertenece al partido ni mal a penas conoce a los jugadores. Además el final del cuento ya nos lo barruntábamos todos y, no siendo de los que se conocen los entresijos de la agrupación política en profundidad ni teniéndo intereses creados en el asunto, no he tenido motivos de peso para prestarle mucha atención.
    Total que solo me he enterado del tema por las notas e imágenes que echaban los de la televisión analógica a la sombra de la noticia que acapara la mayor parte de los esfuerzos periodísticos de la prensa nacional (toa): la Eurocopa ésa de furbol-soccer.
    Lo siento, pero yo lo que sigo son las motos.
    Bueno pues hoy, entre la carrera de 250cc y la de Moto GP, he visto a Rajoy cancelar el espectáculo ése donde se han repartido canongías y prebendas, vaya usté a saber con qué criterio, y donde nos han enseñado la foto oficial del club para las próximas temporadas. Naturalmente, a los que sabemos leer entre líneas no nos hacía falta que posaran con más balones.
    Lo que más me ha llamado la atención en el poquito rato que han enchufao al tío Rajoy diciendo la última palabra, ha sido el elegante traje mil rayas a lo gangster de los años veinte o treinta que Don Mariano había decidido ponerse para la ocasión. No sé si para darle más solemnidad al acto o quizá para decirles algo a los de su partido.
    ¿Hay capitto?.
    Pues éso mismo.
    ————————-
    http://www.telefonica.net/web/villacadima

  5. Bolsa says

    ID: 444706
    La verdad es que despues de este congreso se han podido sacar muchas cosas en claro, la verdad es que yo veo al PP post congreso mucho mas centrado, asi que a ver si es verdad.

  6. Eulogio says

    ID: 444831
    Estimado Escudier,
    Me da un poco de miedo pensar que los votantes libres, los susceptibles de cambiar el voto según vaya la gestión de la res pública, se crean que el PP ha viajado al centro.
    Por las opiniones de los medios, digamos progresistas, parece que Rajoy sea un hombre cabal que ha terminado con el extremismo liberal del PP, del que él nunca ha formado parte.
    Pero eso no se lo cree ni Zapatero, que es quien hasta ahora se ha aprovechado del miedo mientras hacía una política económica y social tan de derechas como la de los cuervos que sobrevuelan la sombra de Rajoy.
    Saludos perplejos

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