Decíamos ayer

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Joder como pasa el tiempo. Va para cuatro años que Arsenio Escolar, el todavía director de 20 Minutos -no se vea maldad en el “todavía”- me ofreció ser el corresponsal político de su diario gratuito. La oferta no era ni mucho menos tentadora, pero acepté porque ya colaboraba con el medio, y ni tenía otra cosa mejor que hacer ni el cargo llevaba aparejadas responsabilidades que pudieran abducirme. Mi función consistía esencialmente en un crónica semanal, en una entrevista postinera y en un blog de actualidad política para 20minutos.es. Se me explicó entonces que a los lectores de la edición impresa la política les interesaba un carajo, pero que en Internet daba más tráfico de la N-1 en hora punta. Así que me resigné a hacer un blog, cuyo nombre, Preferiría no hacerlo, resumía mi admiración por Melville y mi apasionamiento por el encargo. En el periódico el nombre pareció hasta gracioso, lo que da idea de lo que cuesta hacer entender una indirecta.

La primera entrada fue el 4 de octubre de 2006. Se hablaba entonces de la conspiración del 11-M, de la negociación con ETA y del España se rompe o, cuando menos, se descose. Seguirían otras muchas hasta el 9 de julio de 2008, en el que cayó el telón. En ese período llegué a neutralizar mi aversión inicial al blog y hasta le tomé aprecio. El periódico, además, me trataba divinamente. Por eso de la vanidad, aún conservo algún correo electrónico del director en el que se refería a un servidor como un lujo para el diario, que no es algo que lleve al ego hasta la obesidad mórbida aunque lo engorda bastante.

Lo de ser un lujo tiene sus riesgos porque suele ser lo primero a lo que uno renuncia cuando pinta en bastos. Y eso fue lo que ocurrió al principio de la crisis. Se acabó el dinero y el diario me despidió con mucho cariño, eso sí. El blog quedó abandonado a su suerte, como un buque a la deriva, mientras su timonel recalaba en el puerto de Público con visitas semanales al muelle de El Confidencial. En 20 Minutos hubo más despidos y no se descarta que los siga habiendo en el futuro más inmediato. Los noruegos son muy suyos para cuadrar las cuentas de resultados, como bien sabe Arsenio. Se sacudieron el lujo y continuaron con lo básico. No sería extraño que acabaran por deshacerse de lo imprescindible.

Aquella fue una experiencia inacabada que me propongo continuar en Cuarto Poder. Humildemente, trataré de mantenerles informados con la pizca de acidez de quien sufre del estómago. No lo tomen a mal. Sepan, en cualquier caso, que lo del nombre del blog es sólo eso, un nombre. Lo haré de mil amores.

2 Comments
  1. krollian says

    Pues enhorabuena,Sr. Escudier. La ironía (no se pude emplear otra cosa) de sus artículos me encanta.
    De hecho le descubrí en 20 minutos y compré su libro sobre ese señor (empresario y presidente de un blanco club de fútbol) que hizo que hasta los funcionarios trabajaran los fines de semana.

    Adelante y ánimo con sus escritos.

  2. CoheteAzul says

    Ya era hora de verte por este blog! Muchas felicidades por Cuarto Poder: por fin está aquí. Un beso. Julia

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