El Gobierno destinará 10 millones a reinsertar talibanes

El Gobierno destinará 10 millones de euros a la reinserción de los talibanes que decidan dejar las armas y volver a sus pueblos en Afganistán, según los compromisos adquiridos en la OTAN. A los que se reinserten les entregarán medios de supervivencia (ganado),  dinero para construir sus casas y corrales con servicios básicos (luz y agua potable). Los que deseen integrarse en el ejército y la policía afgana del presidente Hamid Karzai recibirán instrucción militar, armamento, munición y una cantidad de dinero inicial en concepto de soldada. Se trata de minar a la insurgencia y de debilitar a los llamados señores de la guerra.

La cantidad comprometida por el Ejecutivo español representa el 10% de Peace and Reintegration Fund, un fondo de reinserción de los insurgentes que estará dotado con 100 millones de euros. La iniciativa se inscribe en los nuevos planes del presidente Barck Obama sobre la guerra afgana.

La nueva política sobre Afganistán todavía no ha sido explicada por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero, aunque, a petición del líder del PP, Mariano Rajoy, se ha comprometido a hacerlo en una sesión del Congreso de los Diputados. No hay fecha para esa comparecencia y los responsables del Grupo Socialista afirman que no se producirá antes de que termine la presidencia de turno de la Unión Europea, el 30 de junio.

De momento, la nueva estrategia en Afganistán ha sido presentada por la ministra de Defensa, Carme Chacón, con los conceptos amables de “seguridad, reconstrucción, gobernabilidad y cooperación”. Tras esas palabras se esconden dos principios tan novedosos como el palo y la zanahoria.

Para contribuir al palo, el Ejecutivo ha duplicando las tropas. En menos de un año ha pasado de 800 a 1.600 militares y guardias civiles. Se trata de reforzar la retaguardia y de controlar las rutas asignadas en Herat y Qala-i-Naw para que no se cuelen talibanes. También, de formar al nuevo ejército afgano.

El coste del esfuerzo militar se ha quintuplicado. De 100 millones  de euros al año se ha pasado a 500 este año. El negocio de las empresas de armamento, aeronáuticas y de suministros –incluidas las que envían leche condensada caducada a los soldados-- ha aumentado exponencialmente. Y todos los grupos parlamentarios, con excepción de IU-ICV que, desde el principio se opuso a la intervención española en Afganistán, han apoyado el aumento de tropas y de costes.

La misión ha costado ya 90 vidas –incluyendo los militares que fallecieron en el accidente del Yak-42 en mayo de 2003-- y ha obtenido hasta ahora tan escasos resultados que la propia ministra de Defensa, Chacón, reconoce que se han sido ocho años perdidos. “No deberíamos estar ahí ocho años después, pero estamos ahí por los errores cometidos”, confesó a finales de febrero en el Congreso.

La implementación del valor proteico de la zanahoria -la reinserción de los insurgentes, el peace and reintegration, la vuelta de los guerrilleros- se presenta como la gran novedad. Se les combate pero se les ofrece ayuda y se les abren las puertas del nuevo ejército regular afgano. El objetivo confesado por la OTAN es que Kabul cuente con 100.000 individuos encuadrados a final de año y disponga de una policía un ejército con un total de 300.000 efectivos en 2013.

La contribución de España a la zanahoria consiste en aportar los 10 millones de euros mencionados, cuadruplicar el esfuerzo de formación de unidades del nuevo ejército y la policía afgana y construirles un cuartel en Qala-i-Naw. Se les entregará en junio y su coste oficial es de 4 millones de euros.

Pero hay un problema. Los militares españoles consultados afirman que la principal dificultad para un encuadramiento que reste poder a la insurgencia y mine a los señores de la guerra consiste en que los alistados no son tontos y saben que van a ser enviados lejos de sus pueblos a luchar contra sus hermanos. Sin embargo, la nueva estrategia de reinserción y alistamiento está en marcha. ¿Cuántas vidas, recursos y tasa de corrupción costará esa afganización del conflicto antes de emprender la retirada? ¿Lo explicará Zapatero al soberano?