La hoja de ruta de Zapatero

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En los sólo dos años que llevamos de legislatura, forzado a dar volantazos por los avatares de la crisis económica, el presidente del Gobierno se ha visto obligado a cambiar de hoja de ruta en varias ocasiones. Y está claro que, como proclaman las encuestas, no le ha ido bien.

Hasta hoy, equivocarse ha sido un lujo que podía permitirse relativamente, aunque haya sido a penas más duras que las esperadas. Pero ahora, el tiempo se acabó. En el ecuador de su segundo mandato presidencial, José Luis Rodríguez Zapatero tiene que meter gasolina en el depósito aunque el bólido pese más y acelere menos. Porque, si no, corre el riesgo de acercarse a la meta renqueando.

Aunque dijera en Televisión Española que cambiar de Gobierno tras el semestre de presidencia europea no está en sus previsiones, es muy posible que, como tanto acostumbra a hacer, haya jugado con las palabras para no mentir. Puede que no esté en sus previsiones pero sí en sus planes y que, por aquello de que en política es decisivo sorprender en la medida de lo posible al adversario, guarde el as en la manga para septiembre, por dar un impulso al socialismo a las puertas de las elecciones catalanas de noviembre (una interpretación laxa del nuevo Estatut permite al president José Montilla aguantar la convocatoria hasta el 15 de diciembre, según sus allegados) o por Navidades, pensando más en los decisivos comicios autonómicos y municipales de mayo de 2011.

Con todo, meses arriba o abajo -y posiblemente dependiendo mucho de ello-, los ritmos políticos sí están definidos. Antes de Semana Santa, como desveló Josep Antoni Durán Lleida tras entrevistarse brevemente con el presidente en el Congreso el miércoles pasado, habrá un decreto con 20 o 30 medidas contra la crisis económica pactado por todos los grupos parlamentarios menos el PP (algunos puntos incluso podría suscribirlos el PP porque, aunque su estrategia pasa por dinamitar cualquier posibilidad de acuerdo, podría verse obligado a hacerlo para no evidenciar que la recuperación le preocupa menos que su victoria electoral).

Hay quien piensa que si no fuera por el respeto que le merece la tradición de no hacer cambios de Gobierno cuando se preside la Unión Europea, Zapatero se decantaría por el cambio de Ejecutivo durante o después de la Semana Santa (ya hizo en esa fecha el anterior), subido a esa ola del pacto contra la crisis. En cualquier caso, los dos siguientes meses parlamentarios los dedicará a vender la puesta en marcha de las medidas (el decreto o los decretos se ratificarán en el Parlamento como proyectos de ley) de manera que se alcancen las vacaciones veraniegas con algo de sosiego y en la esperanza de que, para la vuelta, la recuperación, aunque se presuma lenta, haya suavizado el ánimo antigubernamental colectivo.

En la Ejecutiva Federal del PSOE y entre los presidentes autonómicos socialistas está más que extendida la idea de que es necesario cambiar el Ejecutivo para darle aire fresco y provocar un nuevo impulso político que trasforme a Zapatero en un singular Ave Fénix. Todos dicen que es él quien tiene que tomar la decisión y que, por supuesto, respetarán lo que haga. Pero los Ave Fénix modernos, para renacer, necesitan brasas entre los rescoldos. En estos aciagos tiempos, de las cenizas no vuelven ni los Ave Fénix.

2 Comments
  1. Desmemoria historica says

    !que raro se me hace ese ponerse de acuerdo de toda la prensa para no hablar del estraño caso de la DESAPARICION Y APARICION DEL CADAVER CONGELADO DE JON ANZA!.

    Que raro que en CUARTO PODER ni se haya mencionado.

    No me imagino yo que de ser un «opositor al régimen cubano» el que desaparece hace un año, con mucho dinero y sus compañeros de organización dicen que iba a una cita con otros opositores en el momento de su desaparición, no se mencionara su aparición «milagrosa» en cuanto la prensa del país dónde desapareció, en el caso real Francia, en el supuesto inventado imaginemos EEUU, se interesara por el tema.

    Sospechoso coincidente silencio en la prensa de un pais en la que ya se ocultó durante muchos años, del 86 al 93, todo lo relacionado con el terrorismo de estado conocido como GAL.

    Triste «CUARTO PODER» que ni se atreve a mencionar algo tan grave como lo sucedido con JON ANZA. Más parece que deberíabn llamarse «CUARTO DE ATRAS DEL PODER»

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