Zapatero demuestra que gobierna

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La reciente aprobación del proyecto de ley de Economía Sostenible hace por fin evidente que el Gobierno nunca ha dejado de gobernar contra la crisis económica aunque en ocasiones lo haya hecho dando palos de ciego. Al centenar y pico de medidas adoptadas desde el verano de 2008, cando el capitalismo se vino abajo estrepitosamente, suma ahora todo un plan general al que no le faltan, tampoco, medidas de extrema urgencia como las que se están acordando en el marco de la llamada Comisión Anticrisis y también, por su indefinición, Comisión Zurbano, término cuando menos ajustado al del palacete del Ministerio de Fomento donde se han reunido todos los grupos parlamentarios con el Gobierno.

El PP, siempre a lo suyo, no ha tardado ni un día en descalificar el plan. Este fin de semana el propio Mariano Rajoy, desde Colombia, además de recordar que ha sido largo porque la gestación se llevó a cabo en mayo del año pasado, lo ha considerado el parto de los montes. La Ley que contiene el plan, ha dicho, “no es ni buena ni mala, sino indiferente” a la hora de atajar la crisis. España, añadió, no necesita las 137 medidas, las leyes con decenas de artículos ni los decretos “con los que nos obsequia el Gobierno”.

Resulta curioso porque, de entrada, Rajoy olvida que él mismo no para de acusar a José Luis Rodríguez Zapatero de no gobernar. Así que ¿en qué quedamos? ¿Gobierna o no gobierna? Porque otra cosa es discutir si lo hace bien o mal. ¡Pero negar que lo hace! ¡Si no para!

Los conservadores mantienen su estrategia del desgaste a tope, no importa cómo. No quieren soluciones consensuadas porque quieren imponer sus soluciones. Son como esos “emprendedores” de los que tanto hablan y a quienes evidentemente representan. Ellos, los “emprendedores”, no arriesgan un euro ni aspiran a otra cosa que volver al, metafóricamente hablando (espero), derecho de pernada. ¿Por qué les van a dar agua a los trabajadores si no se organizan para reclamarla, si se rinden a la sed y renuncian a sus derechos, se arrastran por beber? Y el PP no cede ni un ápice porque representa a los “emprendedores” tanto en la filosofía sobre el riesgo (ni una sola apuesta por el diálogo, la cesión o el pacto, ni una sola alternativa concreta que revele sus intenciones y les desgaste) como en la aspiración a reducir a la nada los derechos laborales. Se llenan la boca de la palabra competitividad pero nunca añaden que no sea al precio de los salarios de miseria del sudeste asiático o de la depauperada África.

En eso, basta un ejemplo. La derecha afirma que la mejor forma de ayudar a un parado no es pagándole el desempleo sino dándole trabajo. Pero nunca hablan del precio a pagar por el trabajo (y no es una frase hecha porque ya hay quien paga por trabajar, como sucede con los masters en tantos sectores, y quienes, como los becarios, han vuelto a la menguada paga del aprendiz aunque trabajen igual que los demás).

Pero con o sin acuerdos con el PP, Zapatero se siente protegido ahora por los nacionalismos centristas de CiU, PNV y CC y ha decidido echarse “p´adelante” y gobernar. Está decidido a hacerlo incluso en el ámbito de la reforma laboral donde la “emprendedora” patronal se ha negado hasta ahora a cambiar cromos hasta el punto de no ofrecer nunca creación de empleo a cambio de las concesiones que se les hagan por trabajadores y Gobierno. Si no hay pacto social, Zapatero está decidido a presentar en mayo o junio, también, sus propios proyectos de ley de reforma del mercado laboral entre los que no está por cierto el criterio de abaratar los costes del despido.

De momento, lo aprobado en el último Consejo de Ministros de Sevilla implica que, en el caso de que se alcance un acuerdo en la Comisión Zurbano, se extraerán varias medidas del texto de la Ley aprobada. Concretamente, las referidas a la rehabilitación de vivienda, como la aplicación de IVA reducido a todo tipo de reforma que se haga en una vivienda y la deducción en el IRPF del 10% de los costes de las obras; las encaminadas a combatir la morosidad (reduciendo el plazo de pago de facturas por parte de la Administración de 60 a 30 días y estableciendo en el sector privado la obligación de pago de facturas a PYMES y Autónomos en un máximo de 60 días); y las de aprobación de la nueva línea directa de crédito ICO a las PYMES, con un importe máximo de 200.000 €, con cobertura de riesgo del 100%.

Y, además, se adoptarán actuaciones más de fondo, que trascienden el corto plazo, para impulsar el cambio de modelo productivo en España, sobre la base de una economía sostenible. Por ejemplo, se podrá constituir una empresa en 24 horas y con un coste de 100€, las sociedades cotizadas tendrán que informar a los accionistas de los sueldos de los ejecutivos, se suprimirán las licencias municipales para las actividades sin riesgo, el acceso a banda ancha será un servicio universal antes de 2011, se fomenta la colaboración público-privada para inversiones productivas, se reducirá el número de consejeros de los organismos reguladores, se impulsará la implantación del vehículo eléctrico, se fomentarán las energías renovables y se eliminarán las ventajas fiscales en el IRPF en el caso de retribuciones plurianuales superiores a 600.000 euros.

Nadie sabe si funcionará porque el Gobierno propone y Don Dinero dispone, pero la ley está cargada de buenas intenciones. Cuando menos, pretende crear las condiciones que estimulen una actividad económica más dinámica y productiva en España estableciendo, entre otras cosas, más supervisión sobre el sector financiero, que el Banco de España exija a las entidades de crédito normas y prácticas de remuneración que promuevan una gestión del riesgo razonable y la reforma de organismos reguladores como la Comisión Nacional de la Energía para que sean más eficaces en su labor de control y supervisión.

También se pretende eliminar burocracias y cargas administrativas, normalizar el sector de la vivienda y apoyar a nuevos sectores para lo que también se han anunciado decenas de medidas específicas. Es decir, Zapatero quiere demostrar que no le faltan ideas y que, salvo que los inversores boicoteen su proyecto con intencionalidad exclusivamente política, para ayudar a que vuelva el PP a Gobierno, España puede salir del agujero más pronto que tarde, por más que el proceso, inevitablemente, sea lento.

Aunque, para creer en él, no estaría mal que la Ley de Economía Sostenible vaya acompañada de un profundo plan de austeridad en las Administraciones Públicas. En breve, el Ejecutivo ha anunciado que convocará un Consejo de Política Fiscal y Financiera para plantear recortes de gasto en el que, dicen, las autonomías gobernadas por el PP tendrán que retratarse. En este punto, es bueno que se sepa donde está cada uno. Pero el presidente debe recordar que no hay mejor pregón que dar ejemplo y que él es el primero que debe mover ficha.

3 Comments
  1. vilaboi says

    Estaria de acuerdo con este articulo si Zapatero fuera creible pero no lo es. El problema de este hombre es que es un mentiroso. Y asi no hay confianza.Y en cuanto al fondo económico de sus propuestas son vaguedades sin concrección, estoy de acuerdo en que Mariano es un tonto solemne, pero a mi me interesa la politica económica del Gobierno y este no la tiene lo del IVA, va en contra del consumidor, porque no entra a las SICAM, ¿Porqué no va a por los «seres superiores». Porque no hace limpieza de funcionarios cobrantes pero inútiles total, sus competencias las tienen las CC.AA., esto de facto es un federalismo, leer el informe de la patronal FOMENTO, y de la catedrática Gómez; hay un montón de tios cobrando en los Min isterios que sólo cobran no sirven para nada. Porque no hace nada.

  2. posidonio says

    Zapatero…¡Qué gran tipo! Gobierna para Botín y miente al obrero. ¿Nacionalizará la Banca, la embridará, evitará sus abusos? Ni la Banca ni la CEOE ni la Cepyme son sostenibles si no fuera por Zapatero

  3. Sylvia Resa López says

    En una historia de fantasía, JLR Zapatero haría las veces de mago al que parece que se le ha perdido el manual. No obstante, para ocultar su torpeza y tapar sus ignorancias en materia económica no recurre a un gran equipo de gobierno participativo y enmendador de errores, qué va. Cuando la dialéctica le falla, cuando es incapaz de convencer opta por una atávica forma de gobierno, basado en la orden y no en la discusión y el consenso. Personalmente estoy cansada de que se le sigan dando oportunidades. Pero aún me resulta más cansina la nueva tendencia ‘progreta’ del nihilismo explicativo: como no nos gusta quien gobierna aunque en su día apostamos por él, lo mejor es no participar. Y con mohín condescendiente aunque iracundo se lanzan a proponer el aburrimiento como única alternativa. También recomiendan, de forma más o menos velada, que no se debe votar ni siquiera en blanco. Me rebelo contra esta newapatía, pues considero que no ayuda en nada a las nuevas generaciones de ciudadanos votantes y responsables.

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