Los “cachorros” de Mayor Oreja, purgados por el nuevo PP de Rajoy

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Mientras en el PP se respeta la figura del ex ministro Jaime Mayor Oreja, aun cuando sus opiniones sean “manifiestamente inconvenientes” para su partido, como admite un miembro de la actual dirección del Partido Popular con respecto a las recientes acusaciones sobre una presunta alianza y convergencia de intereses entre José Luis Rodríguez Zapatero y ETA,  los fieles seguidores de la escuela de Mayor Oreja, están siendo purgados, cuando no abandonados al olvido. Es el caso de la que se define como la “hija política” de Mayor Oreja, María San Gil, que abandonó su escaño y la política en 2008, por falta de confianza en Rajoy y su proyecto. Dos años después, María San Gil está en el paro, engrosando las listas del INEM. Cierto es que en 2008, cuando dio la espantada, Esperanza Aguirre le ofreció un puesto de trabajo en la Comunidad de Madrid, pero entonces ella prefirió “no estar en la primera fila del ámbito político y mediático”, según explicó la propia Aguirre en su día. Desde entonces, San Gil ha realizado dos colaboraciones puntuales con la Fundación FAES, el think tank que preside José María Aznar, pero ahí ha concluido su actividad laboral. Según un miembro del PP del País Vasco, “ella no ha manifestado ninguna necesidad de ayuda. De hecho, no mantiene ningún contacto con nosotros”.

Si ella no confía en Rajoy, tal como confesó en su día, Rajoy y los suyos no han movido un solo dedo por echarle una mano en la búsqueda de un puesto de trabajo. Mucho menos el presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti, que parece entenderse mucho mejor con el lehendakari socialista, Patxi López, que con aquellos discípulos de Mayor Oreja, convertidos en críticos a su gestión y a la del propio Rajoy. Un ejemplo del trato dispensado a los cachorros de Jaime Mayor Oreja es la resolución del expediente abierto a la ex diputada en el Parlamento de Vitoria y concejal del PP en el Ayuntamiento de Sondika, Nerea Alzola, a quien el equipo dirigido por Basagoiti impidió presentarse a la presidencia del PP de Vizcaya en 2009, por observar “irregularidades” en su candidatura y que ahora ha decidido suspenderla de militancia tres años, por las opiniones que vertió en el programa de la cadena de Federico Jiménez Losantos, EsRadio, dentro del programa En casa de Herrero, durante aquellos días próximos al Congreso del PP de Vizcaya en los que Alzola no logró presentar su candidatura. La ex diputada popular denunció que, al no dejarla presentar, le estaban haciendo trampas, aseguró que el presidente electo no era “el presidente de todos” y añadió que “se están vetando los derechos democráticos de los afiliados”. Si se compara la sanción impuesta a Alzola -3 años de suspensión de militancia-  con las recién impuestas tanto a Ricardo Costa, por negarse a aceptar la decisión de la Ejecutiva de relegarle de la secretaría general del PP de la Comunidad Valenciana, o al vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo, por poner a caer de un burro a Esperanza Aguirre en una entrevista concedida a El País, se observa un trato bien distinto. A ellos, sus hazañas  les salieron por un año de suspensión de militancia y, si las comparaciones son odiosas, en este caso, además, arrojan un serio desequilibrio entre unos y otros.

En la órbita de Mayor Oreja y situados ya, si no fuera del PP vasco, fuera de sus órganos de dirección y de cargos institucionales, están también José Antonio Ortega Lara, el ex funcionario de prisiones que protagonizó el secuestro más largo perpetrado por la banda terrorista ETA, que renunció a su condición de afiliado en 2009, o el que fuera dirigente de Nuevas Generaciones y también diputado autonómico en el Parlamento Vasco, Santiago Abascal, que ha centrado su actividad profesional en la presidencia de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES). Y es que Mayor Oreja es una especie de “vaca sagrada” dentro del PP y, por ello, se le permiten comentarios dispares, pero a sus terneros, no.   De hecho, a estos últimos tratan de apartarlos poco a poco de la vida política del PP. Y, poco a poco, mientras Mayor Oreja permanece en su escaño europeo, lo están consiguiendo: sus apoyos van cayendo y sus palabras no reciben el respaldo de la dirección popular. Jaime Mayor Oreja está cada vez más solo dentro de su partido. 

3 Comments
  1. Franesco says

    Creo que a Abascal ya lo ha recogido Aguirre, ¿no? Y si a San Gil también le ofreció trabajo la lideresa con el dinero de todos, y Ortega Lara tendrá un merecido régimen laboral especial por lo sufrido (¿baja permanente?) y la tal Nerea sigue siendo concejal, lo de «purga» parece exagerado, ¿no?

    Contención con los titulares, colega.

  2. santiago says

    Creo que el titular lo expresa correctamente.
    La corriente de Mayor Oreja está siendo apartada de la política del «nuevo» PP de manera evidente, ya veremos si eso tiene refrendo en las urnas que es lo que vale.
    Esperanza Aguirre, no está tampoco en la línea oficialista, pero su sólida posición en la Comunidad de Madrid (además en línea ascendente) la preservan de todo mal.
    El que emplée a San Gil o no está dentro de sus atribuciones, ya que es muy libre de construir su equipo como mejor le parezca y el tema de que Ortega Lara cobre (merecida) pensión no viene al caso: el artículo habla de políticos apartados y no de políticos sin sustento.
    Lo que podríamos ver en próximas fechas es un «spin-off» del PP en el País Vasco y en Cataluña y sino al tiempo.

  3. vilaboi says

    a pero Rajoy no es un cachorro de a Mayor Oreja, pués los dos rechazan sus idiomas natales. Cenutrios.

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