La fama del polémico juez Baltasar Garzón, suspendido cautelarmente de sus funciones, no conoce fronteras. Su inhabilitación y su próximo juicio por presunta prevaricación sigue siendo tema de conversación en las más altas instituciones del Estado, incluida la Casa Real, a cuyos miembros no dejan de preguntar por el caso Garzón en sus múltiples actos de representación, tanto en España como en el exterior. El enorme interés, así como el apoyo externo que despierta la figura del polémico juez de la Audiencia Nacional ha llevado a algunos miembros de la familia real a tener que dar explicaciones sobre el asunto a otros mandatarios y Jefes de Estado.
La sorpresa que ha provocado esa situación en la Casa Real, ha sido asimismo trasladada a las más altas instancias del Poder Judicial, según aseguran fuentes de la judicatura. Así, no sólo durante la pasada Cumbre Iberoamericana, sino en muchos otros actos a los que han acudido tanto los Reyes como los Príncipes de Asturias, el tema Garzón ha sido y sigue siendo una constante.
Un distinguido miembro del Poder Judicial asegura que ese “fenómeno Garzón”, preocupa especialmente al presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Dívar, uno de los que ha conocido de primera mano la extrañeza provocada en la Casa Real y ha lamentado el hecho ante algunos de sus colegas del Poder Judicial. En opinión de uno de los magistrados que han conocido tanto la sorpresa de la Casa Real como el pesar del presidente del CGPJ, “no es normal que el Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, vaya a América Latina e, inmediatamente después de preguntarle por la salud de su padre, el Rey Don Juan Carlos, le pregunten por el juez Garzón al tiempo que le trasladan su extrañeza cuando no su opinión contraria a una posible condena a Garzón”.
En el Gobierno, al que también llegan preguntas y expresiones de sorpresa desde muchos países y muy altas instituciones, reina la preocupación, ya que temen lo que, con toda probabilidad, puede ocurrir durante el juicio: un espectáculo mediático al que asistirán multitud de medios nacionales e internacionales y por el que pasarán numerosas personalidades, desde el premio Nobel de la Paz, Desmond Tutu, hasta las Madres de Mayo. Desde Sudáfrica hasta Argentina, Garzón tiene tras de sí un elenco de personalidades que, si bien pueden ser un gran apoyo para el juez, seguro que hacen mucho más visible la causa contra Garzón, algo que incomoda al PSOE y al Gobierno, pues, en opinión de un miembro del Tribunal Supremo “No sólo temen (los miembros del gobierno) el espectáculo, sino una de las consecuencias lógicas e inmediatas: que el personal termine pensando que, de haberse hecho una Ley de Memoria Histórica mejor y en condiciones, no ocurrirían casos como el de Garzón”
Por otra parte y ante la gran expectación que ha despertado el caso Garzón están pensando que el juicio, que está previsto que se fije para este otoño, se va a tener que celebrar en algún macroespacio, que pueda dar cabida a tanta personalidad y tanto medio de comunicación como se prevé. Y eso es algo que en el Gobierno ni esperaban ni deseaban, pero que, tal como están las cosas, se van a tener que tragar.
Viven aislados de la realidad. Sólo así se puede entender que se sorprendan de una obviedad.
A ver que hace el gobierno para esconder a Teresa Ferandez de la Vega cuando comience el juicio. Fuera de los tribunales van a ser «juzgados» muchos otros.
Es evidente, que la gente no sabe, que este tipo es un puto trepa, que lo han suspendido por GILIPOLLAS, y que la gente del extranjero no tiene NI PUTA IDEA de como es este personaje de ciencia ficción.
Da la impresion de que no le preguntan gentes de paises muy democráticos
Doy fe desde Estados Unidos de que las cosas son tal cual Esther Jaén las percibe y las cuenta. En este país si dices la más mínima contra Garzón eres un facha. En parte eso se debe a cierto paternalismo hemingwayano (todavía nos ven como a unos brutos con boina) y en parte al inmenso prestigio que el caso Pinochet le dio a Garzón en este país. Hay que entender que para muchos de ellos Nixon es lo más parecido a Franco y la intervención americana en Chile un motivo de vergüenza ilimitada que aún trae cola.
Lo más curioso es que, cuando se trata de sus propios jueces, hilan mucho más fino y no consideran para nada que haber instruido una causa histórica sitúe a nadie por encima del bien y del mal. Para muestra, aquí está la curiosa historia del juez Bobby DeLaughter, tal y como en su día la conté en ABC:
http://www.abc.es/blogs/anna-grau/public/post/a-escupitajos-con-boris-vian-2680.asp