Moratinos y la batalla de Cuba

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Moratinos, durante su comparecencia de ayer, martes, en el Congreso. / Manuel H. de León (Efe)

El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, no ha tenido más remedio que felicitarse a sí mismo por haber logrado la liberación de “todos los presos políticos cubanos”, según sus propias palabras. La autofelicitación se produjo el martes ante la Comisión Mixta para las relaciones con la UE, unas horas después de que siete excarcelados cubanos aterrizasen en Madrid-Barajas. Moratinos estaba satisfecho: “Han llegado siete y mañana llegarán cuatro más”, informó.

Si el ministro esperaba algún apoyo o felicitación del principal partido de la oposición, allí estaba el senador Alejandro Muñoz Alonso para negársela. No importaban las visitas ni las gestiones ni el diálogo con las autoridades cubanas. Para el PP lo importante es que ni todos los presos políticos han sido excarcelados ni se ven signos de democracia en Cuba. En esa tesitura, Moratinos no tuvo más remedio que felicitarse a sí mismo.

De momento, el jefe de la diplomacia española se colgó la medalla por haber conseguido la excarcelación de 52 del grupo de los 75 que fueron arrestados en 2003 y condenados a 20 años de prisión. Los otros ya estaban en la calle, gracias a las excarcelaciones extrajudiciales conseguidas por el Gobierno español, según recordó. Incluso la primera en salir, Marta Benítez Roque, “no para de hacer críticas al ministro Moratinos, y yo tan feliz de que pueda hacerlas”, dijo. Además de los 52 prometió examinar otros casos para ver si son presos políticos o no.

A Moratinos tampoco parece importarle que le llamen “monaguillo”. Cuando el diputado de CiU, Jordi Xuclá, reprodujo el sustantivo que le han aplicado algunos medios de comunicación, el ministro contestó: “Que me llamen monaguillo o lo que ustedes quieran; lo importante es que todos los presos políticos van fuera”. Luego aclaró que él mismo había elegido el término “acompañamiento” de las gestiones de la jerarquía católica cubana.

Más importante, en el terreno político, que el compromiso sobre la excarcelación es para Moratinos poder demostrar a la derecha española y a los gobiernos europeos que la llamada “posición común” que promovió José María Aznar en la UE para aislar a Cuba no ha servido para nada y debe ser anulada. Durante años, las autoridades cubanas se limitaron a ignorar la maniobra del “caballerete” del bigote y a encarcelar a los opositores. Eso fue todo.

Por el contrario, el diálogo bilateral promovido por el Gobierno y por el PSOE ha ido obteniendo resultados. Aunque no cabe ignorar la brecha que abrió la muerte del preso Orlando Zapata tras 85 días en huelga de hambre ni la antorcha que recogió el periodista Guillermo Fariñas ni las protestas silenciosas de las damas de blanco ni las gestiones de la Iglesia Católica, Moratinos confía en que la UE se rinda a la evidencia y anule aquel “logro” de Aznar. “Voy a seguir trabajando y voy a lograr que la UE cambie la posición común sobre Cuba”, proclamó solemnemente.

Sobre los excarcelados aclaró que “el acuerdo con Castro es que no son deportados sino personas que han elegido libremente su destino; si les damos el estatuto de refugiados políticos no podrán volver a Cuba, así que serán considerados inmigrantes para que puedan volver cuando quieran”.

1 Comment
  1. Cape says

    Punto primero y el único importante. Esa gente por fin es libre. Que parece mentira que hoy por hoy aún existan países donde se puede encarcelar a alguien por pensar diferente.

    Punto segundo. El gobierno está haciendo sullo un éxito que en buena medida no le corresponde. En la liberación de los presos ha participado muchas personalidades de la política internacional, y muy probablemente, el peso de Moratinos halla sido mucho menor del que nos hacen creer en España.

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