La mayoría del PP espanta a CiU y PNV

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La posibilidad de unas elecciones anticipadas en las que el PP obtuviera la mayoría absoluta o suficiente para gobernar espanta a los nacionalistas vascos y catalanes por dos razones elementales: porque no serían necesarios para mantener la estabilidad gubernamental y porque no podrían arrancar más autogobierno ni margen de maniobra económica del que ahora tienen. De ahí que en la cena que celebraron el 12 de julio en Madrid el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y los dirigentes de CiU Artur Mas y Josep Antoni Duran i Lleida, hablaran de la conveniencia de no forzar al presidente José Luis Rodríguez Zapatero a anticipar las elecciones generales.

La encuesta del CIS realizada por aquellas fechas y cuyos resultados fueron divulgados ayer aumenta la brecha entre el PP y el PSOE. Los conservadores obtendrían el 41,2% del voto y los socialistas quedarían en el 34,9% del voto estimado. La diferencia de 6,3 puntos del PP sobre el PSOE sitúa a Mariano Rajoy al borde de la mayoría absoluta y le otorga la mayor ventaja registrada desde el triunfo socialista de 2004 que acabó con otra mayoría absoluta, la de José María Aznar. El anterior sondeo del CIS otorgaba al PP una ventaja de 1,5 puntos, lo que significa que el “tijeretazo” de Zapatero al gasto social y la reducción de sueldos a los empleados públicos tiene un coste electoral perfectamente mensurable.

Como nadie es hipócrita en sus placeres, a Rajoy le faltó tiempo para reclamar elecciones anticipadas en el debate sobre el estado de la nación. Durán mantuvo su petición de culminar la reforma laboral y convocar elecciones, pero lo hizo por coherencia consigo mismo y sin ningún entusiasmo, pues, para entonces la reflexión común con los nacionalistas vascos ya indicaba que era peor el remedio que la enfermedad. De hecho, según las referencias de aquella cena, fueron los dirigentes de CiU los más interesados en que el PNV respalde el Presupuesto de 2011 y facilite la culminación de la legislatura.

Los del PNV venderán caro su voto y reclamarán contrapartidas postelectorales al PSE-PSOE. La Diputación Foral de Álava y algún ayuntamiento de Vizcaya figuran entre sus demandas. Los socialistas vascos deberán maniobrar para no irritar demasiado al PP y es probable que intenten un acuerdo de caballeros para que gobierne la lista más votada. El PNV reclamará además que no se consume la reforma electoral que impediría a sus aliados naturales de Eusko Alkartasuna atraer votos abertzales colocando a elementos de HB en sus candidaturas. Pero todo indica que el PSOE mantendrá el acuerdo con el PP y el PNV pinchará en hueso.

La esperanza de CiU de que el PNV apuntale a Zapatero y le ayude a resolver el trámite presupuestario se fundamenta también en que al dirigente socialista, comprometido con el desarrollo del Estatut, se le pueden arrancar unas reformas legislativas y unas transferencias que serían difíciles de obtener de un PP que recurrió la carta magna de los catalanes, si lograse esa mayoría que le otorgan las encuestas.

Se comprende así la tranquilidad con la que el presidente despachó la pregunta en su rueda de prensa de balance del curso sobre si dispone de aliados para evitar el anticipo electoral. Ya aparecerán, dijo sin alterarse. Desde Cristobal Montoro (PP) hasta Joan Herrera (ICV) –que deja el Congreso para concurrir a las elecciones catalanas– reconocen que Zapatero no tendrá problemas para encontrar aliados presupuestarios en la “geometría variable” que caracteriza a esta legislatura.

Aunque no se verifique la máxima bélica de Negrín de que resistir es vencer, en la encuesta del CIS ya aparece un brote verde favorable a Zapatero. Y es que la confianza de los ciudadanos en que la situación económica vaya a mejor aumenta en 6 puntos. Si en abril sólo el 16% creía que la situación económica mejoraría el próximo año, ahora ese porcentaje ha subido al 22%.

3 Comments
  1. Simplicio says

    Que no se confíe tanto Zp a ver si le van a dejar colgado de la brocha, aunque por su política de derechas parece que no.

  2. Ana says

    No me creo la encuesta: el 6% de los entrevistados pertenecen al sector primario, más que al industrial. ¿Es eso una buena muestra? Que cierren el CIS y los políticos salgan a la calle de una vez a ver si se enteran de la realidad.

  3. Maria Fraguas de Pablo says

    Me gusta vuestro trabajo y hoy me ha interesado mucho el artículo que comenta las encuestas del CIs y sobre todo lo relacionado con el timidísimo «brote verde»…..

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