La película del 23-F y otros golpes silenciados

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Unos autobuses cargados de guardias civiles han aparcado ante la verja del Congreso de los Diputados. Los hombres de José Luis Cortina, el jefe de la agrupación operativa del CESID, los han guiado hasta allí en dos coches desde el Paseo de las Delicias. Van comandados por aquel revienta democracias que conspiraba en la cafetería Galaxia y en la taberna de la propia dirección de la Guardia Civil, en la calle Guzmán el Bueno, sin importarle la presencia de los generales Aramburu Topete y Sáenz de Santamaría. Es el famoso teniente coronel Tejero, tejeringo, y se dispone a asaltar el templo de la democracia para salvar España.

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Cuando faltan unos meses para el trigésimo aniversario del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, los autobuses con guardias civiles supuestos, con subfusiles de atrezo y el actor Paco Tous al frente en el papel de Tejero, volvieron ayer lunes al Congreso para rodar el primer largometraje sobre aquellos hechos bajo la dirección de Chema de la Peña. El director y los productores de Lazona, con financiación de TVE y Canal Plus, han aprovechado las vacaciones parlamentarias para no asustar a sus señorías y mover a su gusto a los actores y figurantes. Los tiros de Tejero y su compañía serán de fogueo, por supuesto.

El rodaje durará dos días en hemiciclo y una semana en la Carrera de San Jerónimo, donde el cielo encapotado favorece el clima invernal. El presidente José Bono ha ofrecido todas las facilidades para que los cineastas reproduzcan las escenas más significativas entre los rehenes y los guardias durante las quince horas de secuestro. Por cierto que en el juicio de Campamento –militar, por supuesto--, los jefes golpistas se enfadaron mucho al escuchar el término “rehenes” con el que el general Sáenz de Santamaría se refirió a los diputados y a los miembros del Gobierno.

El papel del bravo vicepresidente, general Manuel Gutiérrez Mellado, ha correspondido al actor Gonzalo Uriarte. El del miserable capitán Muñecas que quiso derribarlo de un empujón y una zancadillaza sin conseguirlo, no lo sabemos. Ginés García Millán repite como Adolfo Suárez, Juan Pera hace de Santiago Carrillo, Sebastián Aro de Landelino Lavilla, Juan Diego de Alfonso Armada –el “elefante blanco” con tumba familiar reservada en la catedral de Santiago de Compostela--, y, en fin, el papel de rey Juan Carlos ha correspondido a Fernando Cayo.

Al evocar el 23-F suele decirse que fue la “prueba de fuego” del Rey designado por el dictador y refrendado después por los españoles con su voto masivo y favorable a la Constitución de 1978. Es cierto. El Rey y su ayudante, el general Sabino Fernández Campo, hicieron bien su trabajo. El primero empleó su legitimidad para devolver el favor a los españoles que le asentaron en el trono. Y el segundo se tuvo que emplear a fondo para cortocircuitar la osmosis entre los golpistas, que eran bastantes más de los que aparecieron y aparecerán en escena en el oportuno filme de De la Peña. Pero eso tal vez nunca lo sepamos. Ni siquiera han aparecido las 123 cintas con las grabaciones de las llamadas telefónicas que se hicieron aquella noche desde el Congreso y desde distintos centros de poder económico, civil y militar.

El 23-F no fue además un impulso agotado en sí mismo, como lo prueba el hecho de que el Jaime Milans del Bosch siguiera conspirando desde su arresto en el cuartel madrileño de Fuencarral y diera el visto bueno al cruento plan militar previsto para el 27 de octubre de 1982. Las discretas detenciones de los correveidiles por parte de los hombres del general Emilio Alonso Manglano, ya director del CESID, no acabaron de disuadir a los golpistas.

En su siguiente plan incluyeron la liquidación del Rey, la Reina y el Gobierno en pleno durante el desfile del Día de las Fuerzas Armadas de 1985 en A Coruña. El propio Milans dio el visto bueno desde el castillo de Carranza, en El Ferrol, a la “operación zambombazo”. Los golpistas alquilaron una tienda detrás del lugar donde se iba a colocar la tribuna de autoridades, sacaron dinamita de los cuarteles y se dispusieron a cavar el túnel para colocar la gran bomba. No consiguieron su objetivo porque fueron descubiertos a tiempo. El asunto se volvió a tapar sin una investigación a fondo. Sólo algunos años después, el presidente Felipe González aludió crípticamente a aquellos hechos. Tampoco era cuestión de que los españoles supiéramos demasiado, no fuera a ser exigiésemos el fin de la impunidad que algunos se empeñaron en disfrazar como “generosidad de la democracia”.

3 Comments
  1. Beny says

    Eloi escrigue9:Per mi tambe9 te9 culpa de la sutcaiif3 la gent. M’explico La culpa de la crisi e9s f2bvia. Perf2 tinc amics que s’han quedat sense feina i estan a l’atur. Tenen la prestacif3 completa, e9s a dir, 2 anys. Doncs be9, la meva sorpresa es tal que em quedo astorat quan sento que molts d’ells s’ho prenen com unes vacances i nome9s buscaran feina quan s’estigui apunt d’esgotar el seu dret d’atur. Incomprensible. I com sempre . les coses no nome9s tenen una vessant. Amb actituds com aquesta tampoc es colb7labora a minvar l’atur Tot i que evidentment, e9s una sutcaiif3 ledcita i totalment respectable. Suposo que va a care0cters. Jo no podria fer-ho Salut i felicitats pel blog Dani i per la gran espectacif3 que has creat amb la notedcia de Marc Siegel. Ja t’has fet tot un mercat a centre Ame8rica eh??

  2. Hilde María Couto (@hildemagadala) says

    a mi no me pareció creible esa escena, era una adolescente, estaba en Coruña con una tia de mi madre la cual temblaba al ver las imágenes de la TVE porque a ella en la guerra le habian matado a un hermano y a su marido..Pero yo.., yo era ajena aesa guerra, vivia en otro mundo en le cual los tricornios estaban hiperdesfasados y aquella escenografia me resultó ridícula y cómica, absurda .., no entendia el terror de mi tia, yo solo veia una parodia..Algo parecido me había pasado con Franco al cual tanta gente parecia temer pero yo solo veía a un viejo decrépìto con un pie en el mas allá de la vida

  3. Hilde María Couto (@hildemagadala) says

    Por cierto, hay que reconocer que este 23 F benefició a D. Juan carlos

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