Doscientos mil descendientes de exiliados y emigrantes piden la nacionalidad española

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Más de 200.000 hijos y nietos de exiliados y emigrantes se han acogido a la Ley de la Memoria Histórica para recuperar la nacionalidad española. Concretamente, 200.309 habían presentado sus solicitudes en los registros consulares hasta el mes de marzo, según los datos que ha recabado el diputado salmantino del PP José Antonio Bermúdez de Castro. Esta cifra desmiente la alarma de los conservadores que en diciembre de 2007, cuando se aprobó la ley, auguraron una avalancha de “un millón de nuevos españoles”.

Según fuentes gubernamentales, la Administración todavía no ha tramitado ni el 10% de las solicitudes. La oficina especial habilitada en el Ministerio de Justicia, del que es titular Francisco Caamaño, se encuentra desbordada de peticiones y carece de funcionarios suficientes. El diputado de ICV Joan Herrera la visitó antes del verano y dijo que “allí no había más de tres funcionarios”. Otras fuentes han confirmado esa precariedad de medios.

Cuba encabeza el ranking de países con más descendientes de españoles que quieren lograr la nacionalidad, con 68.263 peticiones. Le siguen Argentina, con 47.312 solicitudes, y México con 20.884. La cifra de solicitantes mexicanos que son hijos y nietos de españoles coincide, curiosamente, con el número de exiliados republicanos acogidos por el presidente Lázaro Cárdenas en 1939, al término de la Guerra Civil. La mayor parte de ellos procedían de los campos de concentración franceses, rodeados de alambradas y custodiados por guardias senegaleses, en los arenales del litoral mediterráneo, desde la frontera catalana hasta Marsella.

El Servicio de Evacuación de los Refugiados Españoles (SERE) negoció la acogida con los representantes en París de varios países latinoamericanos. Trujillo, el dictador dominicano, aceptó a unos 5.000, pero en cuanto pudieron se trasladaron a México y a los Estados Unidos. Hoy la República Dominicana ocupa el undécimo lugar en peticionarios de la nacionalidad española (2.276), en contraste con los 9.426 estadounidenses descendientes de españoles que la han solicitado. Aunque la diáspora hacia la antigua Unión Soviética fue numerosa, el Gobierno sólo ha recibido 680 peticiones de Moscú.

A Cuba, Argentina y México le siguen, por número de solicitudes, Venezuela (10.026), Estados Unidos (9.426), Brasil (8.930), Uruguay (8.666), Chile (5.367), Francia (2.922), Colombia (2.612), República Dominicana (2.276), Perú (1.930), Guatemala (1.384), Ecuador (1.121) y los demás países de América Latina --junto con Alemania, Italia, Reino Unido, Marruecos y Filipinas-- ya en cifras decrecientes.

El Cono Sur latinoamericano acogió a varios miles de exiliados y a cientos de intelectuales entre los que estaban Rafael Alberti y María Teresa León, que fijaron su residencia en Buenos Aires. Los nacionalistas vascos contaron con el apoyo de los jesuitas para asentarse en Venezuela. Pronto los exiliados y los emigrantes económicos juntaron su destino en agrupaciones, asociaciones y casas regionales. Y el mensaje común de las autoridades franquistas para todos ellos fue el mismo durante décadas: envíen divisas, pero no vuelvan. Todavía en 1974, un año antes de morir, el dictador escribía una carta de saludo al congreso de asociaciones de emigrantes, reunido en Caracas, en la que les desanimaba a regresar, pues “España no ha alcanzado las necesarias condiciones de desarrollo”. Eso les decía.

1 Comment
  1. Reme says

    ¡Impresionante, la diáspora española! ¡Cuántas lágrimas y sombras perdidas…!

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