La insoportable lentitud de las olas electorales

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Zapatero, durante su intervención en el mitin celebrado el domingo en Ponferrada. / Ana F. Barredo (Efe)

José Luis Rodríguez Zapatero tiene despejadas las dudas del momento en que debe cambiar a fondo el Gobierno para modificar los efectos de la ola electoral que sitúa al PP en su cresta, a más de doce puntos del PSOE. Él mismo ha dicho que la remodelación, de hacerla, será en torno a enero porque cree que cinco meses son suficientes para pasar la resaca y darle la vuelta a los sondeos o, cuando menos, evitar la debacle que supondría, por ejemplo, perder el 22 de mayo las alcaldías de Sevilla y Barcelona, feudos históricos del partido gubernamental.

Sin embargo, gran parte de los barones del partido, de cuya lealtad no tiene duda porque le postulan como candidato para las próximas generales (entre ellos José Antonio Griñán, de Andalucía; José María Barreda, de Castilla-La Mancha; y Francesc Antich, de Baleares) piensan que no hay un minuto que perder. Es más, siguen considerando que ese cambio para frenar y modificar la oleada electoral que favorece al PP, provocada sin duda por la crisis económica y los terribles efectos sobre el paro, debía haberse llevado a cabo en julio o en septiembre, aunque entienden que Zapatero haya esperado a estar seguro del apoyo del PNV en los Presupuestos.

Esos experimentados barones saben que las olas electorales se mueven con insoportable lentitud y piensan, con razón, que cuanto más tarde el presidente en dar un nuevo impulso a la lucha de los socialistas contra la crisis y el paro, proponiendo un nuevo gabinete ministerial nítidamente político, con el que se juegue todos los cartuchos que le quedan por tirar, será peor. Para cuando la gente empiece a darse cuenta de que sus reformas (financiera, laboral, energética o de pensiones) son necesarias, dicen, el PP habrá barrido en mayo y se volverá a repetir la quiebra de 1995, cuando los comicios autonómicos y municipales tumbaron al PSOE en Madrid y Valencia y anunciaron la caída de Felipe González en las generales de 1996.

Algunos barones, con todo el respeto para su líder, porque saben que es de su exclusiva responsabilidad, siguen reclamando el cambio de Gobierno para ya mismo, sin ni siquiera esperar a las catalanas de noviembre. Cuando los próximos días 19 y 20 de octubre, el pleno del Congreso rechace las seis enmiendas de totalidad que han presentado PP, CiU, ERC, ICV-IU, BNG y UPyD, el pacto del PSOE con PNV y CC se habrá consumado y ese bloque de 177 diputados, al que posiblemente se sumará el de UPN, le permitirá al presidente abordar sus grandes leyes de reforma con tanta tranquilidad que hasta espera que CiU se sume al bloque cuando pasen los comicios catalanes.

De abordar la crisis de inmediato, añaden, la “nueva cara” del Gobierno contaría con siete meses para recomponer la figura y remontar en las encuestas. Dos meses más que pueden ser decisivos si la economía se recupera aunque sea con respiración asistida. Después de todo, sólo será tarea de recuperar votos que han huido, los de ciudadanos que se han sentido engañados por el giro derechista del PSOE pero consideran que el PP será más duro en los ajustes, por lo que la derrota socialista supondría salir de Guatemala para entrar en Guatepeor.

Con todo, no parece que las cosas vayan por ahí. Lo que se anuncia es que Zapatero, siempre tan paciente y “segurola”, esperará a ver qué pasa en las elecciones catalanas e incluso a que los Presupuestos del 2011 estén votados a finales de diciembre con carácter definitivo. Por si acaso.

Así que me temo que el miércoles verá cómo los suyos aplauden a Elena Salgado en el debate de totalidad de los Presupuestos, el viernes se sentará en el Consejo de Ministros junto al sustituto de Celestino Corbacho y el sábado, en el Comité Federal, Tomás Gómez y él se dirán lo mucho que se quieren y todos celebrarán la unidad sin fisuras del partido con sonrisas de oreja a oreja. Por moral, que no falte.

3 Comments
  1. Iker G.U. says

    Por mi y la de todos los jovenes que nos vamos a largar de este pais, k se keden kn el pesoé y el pepé lo chinos sudamericanos y jubilados, dentro de poco quien sabe, a lo mejor gobierna esto con mejor mano una embajada oriental, o sudamericana por que no?

  2. Marita says

    ¿Por qué se empeñan en decir a ZP lo que tiene que hacer y no le dicen claro de una vez que se vaya, que no le van a votar ni los ratones hartos de vino? En vez de meter mano a los márgenes de beneficio del capital, que no han parado de crecer, castigan a los trabajadores que les votan. De la crisis se sale, pero ellos, que no han entrado ni renunciado a los privilegios. Clase política, les llaman a esos descoloridos desclasados.

  3. aguila says

    Es lamentable cuando en un pais los jovenes pierden la esperanza. La clase politica tiene la responsabilidad de gobernar sin las pequeneces con las que estan actuando. Es necesario elevar el debate politico y pensar en Espana y los ciudadanos que estan pasandolo mal.

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