Obsesión y ambiciones para el 28-N

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Artur Mas realiza, anoche, una pegada simbólica del cartel electoral de CiU. / Toni Garriga (Efe)

Acaba de sonar el pistoletazo de salida oficial a la campaña electoral en Cataluña y los partidos políticos tienen claro tanto que el vencedor será CiU, como la estrategia a seguir. Artur Mas y los suyos, buscan una mayoría absoluta que se les resiste, según las últimas encuestas que poseen. Y socialistas y populares intentan obtener un resultado que condicione a CiU y la aboque a asumir pactos de legislatura con ellos. Por su parte, ERC trata de frenar la sangría que se presume se producirá en sus filas, mientras que ICV y Ciutadans persiguen mantenerse  y las nuevas formaciones independentistas del ex presidente del F.C. Barcelona, JoanLaporta, y del exconseller Joan Carretero intentan entrar en el Parlament y no descartan, para ello, establecer pactos y retiradas de última hora. Rosa Díez y UPyD, aspiran también a obtener representación parlamentaria, pero las encuestas reiteran que lo tienen muy difícil.

Los más osados, dentro de la formación nacionalista CiU, aseguran que, “a partir de 55 escaños, podemos y queremos gobernar solos”. Pero tamaña audacia es inmediatamente matizada por los más mayores del lugar: “podemos, sí, pero no es realista pensar que lo vayamos a hacer, salvo que tengamos el apoyo  externo de alguna formación para las cosas más gordas”. Este dirigente de la federación nacionalista está describiendo ante cuartopoder.es un hipotético acuerdo de legislatura con el PP, que “apoyaría a CiU desde fuera del gobierno por el mero interés de ver descabalgados y hundidos a los socialistas”. Pero dentro de CiU pesa mucho todavía el retroceso que tuvo su formación tras los últimos acuerdos de Jordi Pujol con José María Aznar, así como la actitud mantenida por el PP desde que perdió su mayoría absoluta y en los años sucesivos: su recurso contra el Estatut, su beligerancia contra el decreto lingüístico, etc. Un alto dirigente de CiU confesaba recientemente que: “Nuestras posturas chocan frontalmente con los postulados del PP. Para las cuestiones ciudadanas, los asuntos del ser, nos entendemos mucho mejor con los socialistas, pero con el PP podríamos entendernos en materia económica…bueno, nos entenderíamos mejor con Rodrigo Rato que con el PP actual”. Esa es la esencia de las aspiraciones de los más veteranos de CiU: “volver a ser influyentes” y “que se nos rifen unos y otros por contar con nuestro apoyo en Madrid, a cambio de un esfuerzo por cambiar su actitud de mantener bajo sospecha permanente cualquier iniciativa que proceda de Cataluña”. Y a eso pretenden jugar, al menos hasta que las elecciones generales de 2012 definan quién gobierna desde la Moncloa. Para ello, los líderes convergentes están convencidos que obtendrán no menos de 55 escaños, pero no más de 64, lo que les situaría a 4 escaños de la mayoría absoluta.

Por su parte, en el PSC ha empezado el desmantelamiento del poder antes incluso de la pérdida del mismo. La reciente marcha y el “rescate” por parte de José Blanco de “la sombra de José Montilla”, el hasta hace unos días secretario general de la presidencia de la Generalitat de Cataluña, Isaías Taboas, es un claro síntoma de que en las filas socialistas ha comenzado el “sálvese quien pueda”. Taboas ha podido: se ha reconvertido en Secretario de Estado de Fomento y ha dejado a José Montilla compuesto y sin sombra. La obsesión del PSC en esta campaña es tratar de movilizar al voto que le es fiel en las elecciones generales y que, de celebrarse hoy, volvería a convertirles en vencedores en Cataluña pese a todo, según los últimos sondeos. Pero conforme pasan los días, constatan que están lejos de alcanzar sus objetivos y que ese mítico electorado tiene todas las trazas de hacerles un buen corte de manga. En el PSC, conscientes de la derrota que se avecina, están pensando en el día después: sus posibilidades de pactos, o la consecución de la “sociovergencia”, así como el intento de recuperarse e incluso mantener sus bastiones más emblemáticos dentro de 6 meses, en las elecciones municipales. Tanto para una cosa como para la otra, el hombre elegido es el ex ministro, Celestino Corbacho, de quien, por el mismo precio, esperan que se convierta en reclamo electoral al menos en la ciudad de la que fue alcalde durante años, l´Hospitalet de Llobregat, que alberga nada menos que medio millón de almas y, por tanto, de potenciales votantes. Además, si hay que pactar con CiU y relevar a Montilla en el Parlament, para cerrar ese esperado pacto CiU-PSC, o si hay que hacer autocrítica y pasar a cuchillo a quien corresponda, por ver si se recuperan de cara a las municipales, quién mejor que uno de los hombres de confianza de José Montilla, uno de sus “iguales”, capitán como Montilla y compañero de tantas batallas. Sus previsiones electorales para el 28-N son nefastas: ni una sola encuesta prevé que salven los muebles. Algunas, llegan a dejarle con la friolera de 30 escaños, el peor resultado obtenido por el PSC.

El PP, con su candidata Alicia Sánchez Camacho al frente, busca influir en CiU, conseguir atar en corto a los nacionalistas y garantizar su voto y su apoyo para su líder, Mariano Rajoy, en 2012. Con sus actuales 14 escaños, aspira a subirlos hasta 16 ó 17, pero tiene enfrente a Ciutadans, de Albert Rivera, que se mueve en un espectro electoral similar. Si Ciutadans se mantiene, las posibilidades de subir del PP catalán se reducen sensiblemente. “No parece probable – admite un  dirigente del PP nacional- que Alicia Sánchez Camacho pueda batir nuestro techo electoral (obtenido en 1995, 17 escaños, con Aleix Vidal-Quadras como candidato), pero si cumple su misión, seguro que Rajoy se lo sabrá agradecer”. ¿Sánchez-Camacho, ministra de un gobierno de Rajoy? Así al menos, la ven no pocos de sus correligionarios.

Y mientras los ecosocialistas  de ICV parecen ser los únicos que se mantienen en cotas similares a las alcanzadas hace 4 años, ERC se destaca como la fuerza que mayor batacazo puede sufrir en las urnas. Pero eso no les deja técnicamente fuera de la lista de posibles “novias” de CiU. En este punto, muchos nacionalistas se muestran reticentes, no solo porque entienden que ERC les sitúa a remolque de sus planteamientos, sino porque consideran que un partido de corte asambleario es “un guirigay que no nos podemos permitir”. Como muestra, ponen un botón: las polémicas y broncas innecesarias que han provocado los independentistas en el seno del gobierno tripartito. Tal vez ese sea uno de los factores que ha provocado el retroceso de ERC que vienen reflejando las encuestas, pero, sin duda, la aparición de otras dos plataformas independentistas, que consideran “descafeinados” los planteamientos de ERC, están también relacionados con esos esperados malos resultados. Las últimas encuestas parecen dar por segura la irrupción de Democracia Catalana y de su líder, Joan Laporta. Con menos fuerza se sitúa la formación del ex conseller Joan Carretero, pero los líderes de los principales partidos no descartan retiradas y acuerdos de última hora entre ambas formaciones que podrían dar como resultado hasta 7 u 8 escaños, según los cálculos y las proyecciones que manejan tanto en los cuarteles generales de CiU como en el PSC. Obsesiones y ambicione están ya desatadas. El 28-N las urnas confirmarán o desmentirán, pero, sin duda, darán paso a un interesante “día después”.

2 Comments
  1. el andaluz says

    Magnifico retrato de la actualidad catalana y tal vez sea el comienzo de algún cambio de tendencia a nivel nacional.
    Unas elecciones tan importantes como las catalanas con un panorama tan amplio y diverso,con grandes dosis de escepticismo por parte de muchos votantes,un tripartito agotado,un PP incapaz de superar el techo electoral y unos partidos minoritarios que tal vez den alguna sorpresa…está claro que CIU es la fuerza consolidada.
    Desde Andalucia deseamos lo mejor a nuestros conciudadanos catalanes y ojala triunfe la cordura y la democracia;y se aleje el fantasma del radicalismo absurdo de ERC.

  2. Mara9 says

    Tan poca gente y tan peleada!

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