Alarma preventiva

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Chaves, Rubalcaba, Zapatero, Salgado y Blanco (de izqda. a dcha.), ayer, al comienzo de la reunión extraordinaria del Consejo de Ministros en el que se decidió proponer al Congreso la prórroga del estado de alarma. / Ángel Díaz (Efe)

No será el presidente del Gobierno quien suba el jueves a la tribuna para pedir a los diputados que voten a favor de la prolongación del estado de alarma por si a los controladores aéreos se les cruzan los cables y abandonan de repente sus puestos de trabajo, como hicieron la tarde del 4 de diciembre. José Luis Rodríguez Zapatero utilizará a Ramón Jáuregui, que para eso le ha traído del Parlamento Europeo y le ha nombrado ministro de la Presidencia, para que razone y justifique la prórroga de alarma. Se trata de mantener a los controladores aéreos bajo la jurisdicción militar y de evitar sobresaltos a los pasajeros durante las fiestas navideñas.

De la reunión que el Consejo de Ministros celebró el martes en el Congreso para elevar la petición de prórroga del estado de alarma –pura formalidad-- se filtró la duda del titular de Justicia, Francisco Caamaño, sobre si la “alarma preventiva” es ortodoxa en derecho. Y enseguida se lió un ciribicindio sobre el fundamento jurídico de la prórroga. Un miembro del Gobierno que ha leído a Albert Camus zanjó el asunto diciendo: “De sobra sabemos que el que traiciona una vez, traiciona siempre”. Los portavoces de CiU y PNV anticiparon su voto favorable. El PP esperará a oír a Jáuregui para votar a favor o absteneerse.

El presidente Zapatero seguirá el trámite parlamentario con la mente puesta en la cumbre europea de Bruselas, y para que vean que se concentra en lo importante, la crisis económica y la política agraria, ni siquiera acudirá al viaje inaugural del AVE desde Madrid a Cuenca y Albacete. Al presidente castellano-manchego, José María Barreda, no le importará demasiado la ausencia de Zapatero, pues le considera un lastre y el lunes dijo ante algunos periodistas: “mejor que no venga

Cierto es que Zapatero acompañará el sábado al Rey en el primer viaje hasta Valencia en ese tren maravilloso que va esparciendo riqueza. En Valencia aclamaron el domingo al vicepresidente Alfredo Pérez Rubalcaba con gritos de presidente. Pero el lunes, decenas de diputados y trabajadores del PSOE animaron durante dos horas al presidente en una discoteca de la calle de Ferraz y le hicieron saber que el líder es él.

Volviendo a la prórroga de la alarma para prevenir un nuevo pulso de los controladores vale decir que el ministro Blanco ha evitado comparar la gestión de la crisis con la que realizaron Mariano Rajoy y Francisco Álvarez Cascos en el caso del Prestige. Ganas le quedaron a Blanco de relatar cómo a los tres meses de que Cascos entregara, en 1999, el gobierno del tráfico aéreo a los controladores, el secretario general del sindicato de estos profesionales llamó a su “número dos”, Benigno Blanco, para que acudiera a su despacho, en Barcelona, a negociar el justiprecio de las horas extraordinarias. Y el responsable ministerial acudió como un corderito, ¡a ver!, qué remedio.

Entre tanto, algunos despachos de abogados ya han comenzado a hacer negocio con los cientos de miles de damnificados por el sabotaje en el puente de la Constitución. El de Cremades y Calvo-Sotelo pide 25 euros a cada damnificado para cursar la reclamación y previene que sus emolumentos serán el 30% de las compensaciones económicas que obtuviere.

3 Comments
  1. Marisa says

    Volvemos a las mismas: resulta chocante que un grupo de dos mil individuos pueda mantener en vilo a todo el país.

  2. Jose says

    Este señor, no sé si es o no periodista, debería opinar menos e informar más. Lo de «alarma preventiva», habla mas de su actitud negativa antiZP, que de la realidad de los hechos. Todos sabemos, o deberíamos saber que las actitudes seleccionan y dan significado a los hechos. las opiniones surgen de esas intrerpretaciones. Aplaudo la decisión del gobierno de mantener en sus puestos a los controladores; se acabaron las chiquilladas señores.

  3. Chinto says

    A la PPería mediática les ha salido el tiriuo por la culata con lo de los controladores. Pesnaban hacer sangre y se les quedó todo en agua de borrajas. El zarpazo de Zapatero militarizando a los controladores, les encabronó.No les queda más salida que atacar la militarización Se les ve el plumero.

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